Gladys Monterroso
“Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé…Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.”
Enrique Santos Discépolo
El tango Cambalache fue escrito en 1934, y parece que lo hubieran creado, tan solo ayer, ya encontrándonos el tercer decenio del siglo XXII, nos tropezamos como hace 500 años en los males endémicos conocidos como, la corrupción, el cinismo, la hipocresía, el engaño y la mentira, que aunados al silencio impuesto durante toda la historia de nuestro país desde la conquista a nuestros días, nos hacen la víctima más vulnerable del crimen organizado, en todas sus manifestaciones, que se ha apoderado de todo el territorio de frontera a frontera, permeando algunas de las instituciones, dando como resulta una imparable corrupción
¿Cómo llegamos a este momento? Sucedió que, como el cáncer se apodera del cuerpo humano y lo corroe sin que la mayoría de las veces el enfermo se dé cuenta, pero la enfermedad se posiciona y crece, así ha ocurrido con nuestra sociedad, son muchos los nombres y apellidos de los causantes históricos, de los momentos complejos que hemos vivido y que seguimos viviendo, hemos sido superados por la pobreza económica, intelectual y anímica con la que coexistimos; hemos vivido arroyados por un silencio autoimpuesto, desde tiempos de la corona hasta la fecha, ordenado desde nuestra niñez, pero es posible hablar, y debemos hacerlo constantemente, se puede y debe manifestar el pensamiento, porque lo que no se ha podido prohibir es pensar.
Hoy, no son pocos los jóvenes que levantan la voz para decir lo que piensan, no importa que utilicen los medios electrónicos, lo importante es que se manifiesten, pero ante todo que piensen, y que denuncien lo que consideren injusto, es el momento en el que digamos: hasta aquí llegamos, cambiemos el sistema por uno mejor, cuando escucho que tenemos un Estado Fallido me niego a aceptarlo, porque podemos tener instituciones fallidas, un gobierno fallido, pero no un Estado, porque el Estado somos todos nosotros, los jóvenes que tienen un camino por delante, a quienes se suman los profesionales, trabajadores, campesinos, obreros, estudiantes, usted guatemalteco no es fallido y no debe aceptarlo, debemos negarnos a la violencia cómplice del silencio que nos ha llevado al borde del abismo, y no debemos caer en él.
¿Cómo solucionamos un problema ancestral? Cambiando radicalmente nuestra forma de ser y pensar, salgamos de la burbuja en que vivimos, porque esa pompa nos permite ver, porque lo vemos, pero no actuamos, y preferimos bajar la vista para engañarnos nosotros, mismos pensando que la violencia está afuera no adentro, pero ¿Y los pilotos, las madres, los jóvenes, los niños, niñas y los hombres muertos que nos reclaman? Justicia, ¿Y qué les damos? Nada.
Debemos romper el muro de la indiferencia y empezar a caminar, escribió Otto René Castillo “Vamos patria a caminar, yo te acompaño” hagámoslo, todos juntos, no separados que todas las manos sean una sola mano, varios problemas hemos vivido como sociedad, el silencio, la división y la indiferencia, dejémoslos de atrás es el momento, después es tarde.
Es necesario iniciar una cruzada contra la corrupción y la violencia, ¿Con que objetivo? Dar los primeros pasos para erradicar estos males endémicos, ¿Cómo se cura? Con acciones concretas ¿Cuáles son estas?
Es urgente que entre otras cosas, se cree una nueva ley de Presidios, que convierta la cárcel y los hogares de menores en espacios de reinserción social, y de crecimiento para que quienes se encuentren temporalmente en estos lugares, no sean una carga para la sociedad, hay excelentes trabajos sobre este tema, también es una buen medida, que se capacite, se investigue y se fortalezca a la Policía Nacional Civil, que se le aumente el presupuesto a esta institución, pero que se realice una fiscalización social y forense constante.
Que se exija verdadera inversión en Salud Educación y Desarrollo Social, con una fiscalización forense, so pena de incurrir en delito, al no cumplir con las obligaciones sociales, nadie es superior a la ley, menos a la Constitución, como población exijamos transparencia, levantemos la cabeza, y no aceptemos aguantar más, porque más de 500 años son demasiados.
Los males se mantienen y crecen, porque el enfermo lo permite.