Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Y me largue del pueblo amado, porque esa chucha llamada miseria, no dejaba de ladrarme”
Elder Exvedi Morales Mérida

La estructura que la oligarquía implemento en el país dese la conquista, y que se ha mantenido, debido a que las elecciones no han sido más que formalismos, para vender dentro y fuera que somos un país democrático, y que las decisiones fundamentales las tomamos nosotros, cuando nunca ha sido así, las clases más bajas que sostienen la pirámide, se ven en la disyuntiva de continuar sosteniéndola, en una situación de precariedad total, o migrar en busca de un sueño que se puede convertir en pesadilla, el dilema asemeja una lotería en la que se pierde más o menos, pero siempre se pierde.

Los gobiernos desde 1954, han sido colocados para que se mantenga el estatus quo de la parte jerárquicamente superior de la pirámide, sin importar quién sea la cara visible, o lo que haga o deje de hacer, al fin todos somos peones con limites insalvables en una estructura que ha funcionado, en la que han colocado al poli malo y al menos malo, para que a falta de una mejor opción, votemos por la menos peor, acá no hay ideología alguna, lo que importa es que se mantenga la estructura, lo demás es lo de menos.

En ese contexto, a falta de un regular futuro se ve al norte como única posibilidad de sobrevivir, no ya de vivir, en la creencia que existen mejores posibilidades económicas, los latinos, pero especialmente los chapines, hemos creído que es posible realizar un sueño, que se traduce en más dinero y una mejor forma de vida, en la creencia que esto es posible, se han creado estructuras paralelas de enriquecimiento a costa del infrahumano negocio de la exportación de personas.

Los diferentes gobiernos, no han hecho absolutamente nada para minimizar la migración ilegal, que no consiste en poner puertas al campo, el problema es profundo y complejo, nadie se desarraiga por satisfacción, siempre existe un fondo más profundo de lo que se ve a la distancia, los guatemaltecos huyen de la pobreza, cuando esta se manifiesta como falta de educación, salud y hambre, ante todo hambre, nadie puede vivir en esas circunstancias, para huir de ellas solamente se ha encontrado un camino, y este conduce al norte, del otro lado del charco es más complejo.

El problema fundamental del combate a la migración ilegal, es la banalidad con la que se pretende combatir, se identifica al problema con el resultado, no con la causa, la causa es la falta de políticas públicas de desarrollo real, elementos no discutidos por ninguno de los gobiernos de los últimos sesenta años, mucho tiempo para detener el cáncer de la pobreza que se ha devorado el proyecto de nación que Arévalo y Árbenz construyeron en diez años, proyecto que dejó de serlo, de ahí para acá la política ha sido desmantelar no construir.

De nada sirve a la población, que se lamente la muerte un día sí, y otro también de connacionales en condiciones deplorables, por pretender un mejor nivel de vida, mientras no cambie la estructura política real del país, en la que, la corrupción es un grave problema, pero desafortunadamente no es el único, otros más se suman para que las condiciones no cambien, y uno de los más importantes es la falta de políticas públicas de desarrollo, carencias que vienen de un sistema de feudos del que no existe voluntad política de salir.

Un problema estructural, no se combate con muros ni con represión, los coyotes no existirían si las condiciones no se dieran, tanto ellos como los migrantes son efecto no causa, y las causas vienen de arriba, de las elites de poder, de quienes deciden quien gobierna, y quien no lo hará nunca, de quienes nos venden ilusiones cada cuatro años, quien llega tiene poco espacio de movimiento, pero podría hacer algo, aun con las facturas que tiene que pagar, el problema estriba entre otros en que a nadie le ha interesado dejar un legado, esa asignatura ha quedado para los ilusos.

Si no exigimos a los gobiernos que cumplan con las necesidades mínimas de la población, la migración ilegal crecerá aún más, convirtiéndose en un problema imposible de resolver.

Las fronteras separan a los pobres de los ricos, convirtiendo a los pobres en más pobres, y a los ricos en más ricos.

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