Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es
“Si haces una mala elección, engendrarás un monstruo”
Mathias Malzieu
Entre la legalidad y la legitimidad hay un hilo que separa o une, un acto puede ser legal, pero ilegitimo, o ilegal, pero legítimo, lo que se espera en estos momentos de la máxima casa de estudios, es que sus actos sean legales y legítimos como mínimo, nobleza obliga.
Al momento de escribir el presente, aún el CSU no ha tomado una decisión, en relación con la fallida elección a Rector de la USAC, la que inició bajo señalamientos de ilegalidades porque no se acreditaron a todos los cuerpos electorales bajo varios argumentos, se mencionan algunas falencias, que han dejado en ambiente la siguiente pregunta ¿Todos los Tribunales Electorales de esos Colegios Profesionales fueron ineficaces en los procesos electorales? ¿Por qué solamente en señaladas agrupaciones existieron ilegalidades y en otras ninguna? Fue mucha la información que principió a circular desde las segundas vueltas en los Colegios, varios factores entraron en juego: 1) La forma en que terminó la rectoría anterior, 2) Se trata de una elección importante para la sociedad en general, por el papel que se espera juegue la USAC, 3) El 27 de abril, día convocado desde septiembre para la elección más importante en la San Carlos, debía ser un ejemplo de que, por lo menos en la academia se respetaba la democracia.
En un escenario nunca vivido en la USAC, sin mayorías absolutas, restándole cuerpos electorales a unas agrupaciones y a otras no, con señalamientos incluso de fraude, no lograron llevarse a cabo las elecciones a Rector el día en cuestión, por lo que en cumplimiento de la normativa específica electoral de la USAC, las elecciones se deberían haber llevado a cabo al día siguiente, el CSU calló, y tampoco se llevaron a cabo, quedaba el tercer y último día, en el que tampoco se concretó la elección, nuevamente el CSU calló, ¿Que sucedió? Como resultado del incumplimiento a la normativa universitaria, esa elección es nula de pleno derecho, porque al no practicarla en la fecha de la convocatoria por primera vez en la historia sancarlista, se tiene que convocar nuevamente a elecciones.
Veamos, el mismo reglamento de elecciones, establece la solución a los probables problemas que se podían presentar, recordemos que la norma regula complicaciones hipotéticas para que, cuando sucedan haya una solución, sucedió un hecho teóricamente regulado en el artículo 73 del Reglamento de Elecciones de la USAC, que constituye uno de los vicios fundamentales, y por consiguiente produce la nulidad de la elección, el artículo enumera varios vicios, el que se concretó públicamente y sin duda alguna es el establecido en la literal “C” que literalmente dice: “Que no se practique en la fecha indicada en la convocatoria”, y sucedió, no se llevó a cabo el evento electoral en la fecha establecida en la convocatoria, al no hacerlo se consideran nulas las elecciones por haberse incurrido en vicio fundamental.
Al darse por primera vez el fenómeno, de que no existan mayorías absolutas, lo que significa que no hubo un grupo predominante, tuve la peregrina idea que era una oportunidad para que se llegaran a consensos y se negociaran contenidos, privilegiando la academia, pero aparentemente fue lo que menos importó, como ya es frecuente en nuestra casa de estudios, que con el tiempo de ser un reservorio de las ideas más progresistas, se ha convertido en un botín, aunque como una luz al final del túnel, queda mucho aun de lo que fue la USAC.
El CSU se ha encontrado al límite en los últimos tiempos, lejos quedaron los tiempos en los que con gallardía desconocieron a Cipriano Soto, y tantos actos de verdadera heroicidad, ya en la elección a Magistrados titular y suplente a la Corte de Constitucionalidad en el CSU se cometieron errores de fondo y forma que dejó ante la sociedad en general una imagen dudosa del Consejo, hoy nuevamente se encuentra en entredicho el órgano de dirección de la San Carlos, en el que se encuentran representantes de todas las unidades académicas, y los Colegios Profesionales, por lo que representa a la Academia en general de la USAC, los cuestionamientos vienen de propios y extraños, no solamente contra el CSU, contra todos nosotros los sancarlitas.
La única solución a este entuerto es convocar a nuevas elecciones, y no solamente porque lo establezca la norma, porque es un acto de coherencia con el deber ser del órgano de dirección de la más antigua casa de estudios superiores.
Es el momento por lo tanto que los sancarlitas exijamos al CSU que honren el espacio que les concedimos y actúen, no solamente conforme a derecho, que es lo mínimo, también conforme a la ética profesional y humana, que es mucho decir.
Una vez tenemos la oportunidad de levantar la frente, desperdiciarla es ver para abajo siempre.