Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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Las personas se mueren de hambre porque el Estado las machaca con sus impuestos. Lao Tse

El lunes amaneció el país, con un ostensible aumento de los precios de todos los productos, derivado del alza del precio de la gasolina y sus derivados, porque el primer titular corresponde a las gasolinas, pero los siguientes y no menos importantes a los derivados que no es poco, mientras a nivel mundial se está considerando una rebaja de los impuestos que, impactará inmediatamente en los precios a los productos que inciden directamente en la inflación, tomando en cuenta, como se encuentra estructurado nuestro sistema económico y tributario, se hace necesario reflexionar sobre el impacto de los impuestos en nuestra maltrecha economía doméstica, en la actual situación mundial.

El Congreso de la República, como depositario directo del poder tributario, y el ejecutivo como depositario indirecto, son los únicos que podrían tomar una decisión, y que sería bien recibida por la población, en este momento en el que la comunidad global, no sabe cómo continuará, y en qué momento terminará el conflicto bélico, que ha causado un alto golpe humanitario con repercusiones económicas, sin que se haya resuelto aún el problema de la pandemia, que nos sigue aquejando.

Como una probable respuesta a este problema, circula ya un proyecto de ley, que pretende exceptuar temporalmente, del pago de los dos impuestos indirectos, que gravan un artículo por demás importante en la economía nacional, y que repercuten en el precio de los productos de la canasta básica, en sociedades como la nuestra, de todos los productos esenciales que podemos mencionar, el combustible es uno de los más importantes, por esencial, porque se necesita directa o indirectamente para cualquier actividad o prestación de servicios, este producto elemental se encuentra doblemente gravado, porque al impuesto específico como el IDP, se debe agregar el pago del IVA, que soportamos todos los consumidores del país, Juan Pueblo paga un 12%, en concepto del impuesto antes mencionado, si agregamos a lo anterior que paga también el IDP fijado en Q4.70 por galón para la gasolina súper, la regular Q4.60, por galón, y el diésel Q1.30 por galón.

Si a lo anteriormente expuesto, agregamos que los dos impuestos antes mencionados, no son los únicos que gravan el galón de combustible, porque, aunque se trata de un impuesto directo, el ISR cuya tasa impositiva es de un 25% sobre el total de las ganancias, amplía toda esa carga que impacta directamente el bolsillo de los guatemaltecos, que todos los días sienten como somos más pobres, tenemos cada día menos capacidad de gasto, sin encontrar respuesta a esta problemática, hasta el momento.

En relación a la propuesta que se encuentra sobre la mesa en el Congreso de la República, el legislativo, habrá de estimar la temporalidad de la exención propuesta, ya que la misma no establece este elemento, por lo que resulta ambiguo si cada vez que el precio CIF oscile entre menos de Q15.00 o Q15.50, se cobrarán los dos impuestos, y cuando aumente este precio, el impuesto no gravará el consumo de los derivados del petróleo, en ese contexto la exención no sería temporal, sería fluctuante, situación que crearía incertidumbre e inseguridad jurídica en relación la temporalidad de la modificación a dos leyes tributarias esenciales en la economía nacional.

La mayoría de los estados actualmente, están proponiendo una rebaja de impuestos a los combustibles, no una exención, más aún, si tomamos en cuenta que, de acuerdo a los análisis de la mayoría de los expertos, así como los mensajes de los principales líderes mundiales, la guerra que está asolando a una población en su mayor parte civil, como hemos podido observar en los diferentes medios de comunicación, tiene la triste posibilidad de no ser tan corta como sería lo deseable para evitar más pérdidas de vidas humanas.

En nuestro país, la escalada de precios ya inició, por ejemplo el Transmetro aumentó de Q5.00 a Q7.00, pero no es solamente en este transporte de pasajeros, los taxis y con ellos, el precio de los productos de la canasta básica ha aumentado ostensiblemente, el problema es que, además del aumento de los combustibles, nos encontramos con el hecho de que, el precio que aumenta no baja, aunque los costos si bajen, se prevé, derivado de lo anterior, una inflación que, cuando la pandemia aún amenaza con mantenerse durante no se sabe cuánto tiempo, se suma el conflicto bélico que nos obliga a encontrar soluciones a corto, mediano y largo plazo.

Si la microeconomía o economía doméstica no es sana, de poco le sirve a la población que la macroeconomía lo sea.

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