Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“La violencia crea más problemas sociales, que los que resuelve”
Martin Luther King

Pese a que se decretó la ley del femicidio, que no solamente condena todo tipo de violencia contra la mujer, establece que los delitos contra la mujer son perseguibles de oficio, parece que no pasó nada, un mayor número de mujeres siguen muriendo violentamente en Guatemala, con el agravante que son asesinadas por el hecho de ser mujeres, con un total desprecio a su condición femenina, situación que modifica un homicidio a un feminicidio, es lamentable que desde que se creó la norma, aumentaron considerablemente los delitos contra las mujeres.

Han sido muchas las mujeres asesinadas en Guatemala, como referencia vamos a citar el caso de Blanca Ramírez y Angie Caseros, madre e hija, quienes desaparecieron en la Colonia Los Olivos, y posteriormente fueron localizadas ya sin vida en San Pedro Ayampuc, llama la atención y es de citar el caso, por diversas situaciones que rodearon el asesinato de estas dos víctimas de una desenfrenada ola de violencia contra la mujer, por el hecho de ser mujer.
Ellas vivían en una colonia, en la que sus habitantes, además de pagar todos los servicios comunes, también pagan seguridad privada, lo que significa que no se puede entrar ni salir sin la previa identificación, por medio de la licencia de conducir, principalmente los visitantes, o eso es lo que venden los desarrolladores del complejo habitacional, la primera pregunta es ¿Quiénes se llevaron a Blanca y Angie? La seguridad de la colonia debería tener la respuesta, porque ¿Qué sentido tiene pagar seguridad privada, si los asesinos entran y salen de un lugar como Juan por su casa?

De acuerdo a las informaciones de prensa, la desaparición tiene elementos especiales entre los que llaman la atención: a) Que el 5 de septiembre aproximadamente a medio día, el personal de seguridad del residencial, fue alertado sobre un incidente en la casa donde vivían Blanca y Angie, b) Los agentes de seguridad del residencial, “detectaron en la parte de atrás de la casa a dos personas de sexo femenino, una de ellas herida”, por lo que solicitaron auxilio a los bomberos y la presencia de la PNC para que fueran atendidas c) Tres días después fueron localizadas sin vida a la orilla de la carretera hacia San Pedro Ayampuc, envueltas en sábanas, y d) Angie y Blanca fueron vistas por última cerca de su residencia, el domingo 5 de septiembre.

Veamos, si el personal de seguridad, que se entiende está para velar por la seguridad de los habitantes del condominio fue alertado sobre el incidente, y también según noticias de prensa vieron que una de las dos estaba herida, ¿Por qué no reportaron a sus superiores de lo que sucedía? ¿Cuál es la razón de ser de los guardias de seguridad privada, por la que pagan todos los habitantes de los condominios?

Si, como mencionan los medios de comunicación, los guardias privados llamaron a los bomberos, y a la PNC, ¿Por qué ninguna de estas dos instituciones tomó medidas dado que una de ellas estaba herida? ¿Quién la hirió? ¿Por qué la hirieron?

¿Qué pasó con Angie y Blanca esos tres días que mediaron entre el día del incidente y el día en que las encontraron muertas? Tomando en cuenta que los medios de comunicación informan que aparentemente la última vez que fueron vistas con vida fue el 5 de septiembre.

Como podemos observar, son demasiadas interrogantes en relación con un hecho de sangre, en el que existieron suficientes señales del peligro en los que madre e hija se encontraban, pero nadie puso atención, por lo que nadie les prestó auxilio preventivo, si cualquiera de las instituciones hubiera puesto un mínimo de atención, probablemente Blanca y Angie, estuvieran vivas.

El mensaje que nos queda, es de una total indiferencia hacía el dolor ajeno, el individualismo se ha apoderado de esta sociedad que ve la muerte del prójimo como una película, el problema es que en estos casos, las personas si mueren y con mucho sufrimiento.

Hay muchas Blancas y Angies, que mueren diariamente en esta vorágine de violencia, sin que las autoridades implementen políticas preventivas y de combate hacia la desmedida violencia contra todos los seres humanos, especialmente a las mujeres y los niños.

Por cada mujer que es asesinada hay un niño que no nacerá, o que se quedará huérfano, ya no más asesinatos de mujeres.

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