Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
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“Apenas son suficientes mil años para formar un Estado; pero puede bastar una hora para reducirlo a polvo.” Lord Byron

Copio literalmente, las palabras de la Viceministra de Salud, como una pequeña observación de una cuestión trascendental para los guatemaltecos, y de la comunidad global: La pandemia que aún padecemos, y que, por lo visto, seremos los últimos de los últimos en tomar el control, pero ¿Qué pasó? Que a todos nos tomó por sorpresa un virus de esta índole, porque a) Es totalmente nuevo en la tierra, b) Se evidencia la debilidad de los países subdesarrollados frente a los del primer mundo c) Históricamente los ministros y viceministros de Salud no tienen experiencia en el área administrativa, aunque sean buenos médicos, y d) A la mayoría de los ciudadanos parece no interesarle si se contaminan o no porque “De algo nos tenemos que morir”.

Este virus, hasta finales de 2019 prácticamente no existía, porque inició precisamente en esas fechas en China, pocas personas intuyeron que iba a extenderse tan rápida y extensamente en la comunidad global, tanto que a mediados del 2020 más de la mitad del planeta nos encontrábamos en pleno confinamiento, lo que significó que la sociedad global se paralizara para todos aquellos hechos no esenciales, en Guatemala la justicia ya de por si lastimada, se detuvo aún más, de la lentitud con la que se mueve, y económicamente sufrimos un parón del que intentamos salir, adicional al problema sanitario que nos mantiene en un impase, porque no hay día en que no se reporte un creciente número de contagiados, que no son todos, porque no todo es público derivado de que muchas personas no aceptan tener el virus.

Nuestra debilidad de acción y reacción se evidenció aún más, como sociedad toda la primera etapa si obedecimos, aunque no al cien por ciento, las medidas de restricción a las que fuimos sometidos se cumplieron. Por lo tanto, las instituciones tuvieron el tiempo suficiente para que se implementara toda una política territorial que hiciera frente a la segunda y demás olas del virus, así como contar con la estructura suficiente para las siguientes fases, y que no se les saliera de control, como en este momento lo acepta la Viceministra.

Cuando se trata de problemas de Estado, los funcionarios se deben anticipar a los acontecimientos, no el acontecimiento a la reacción del funcionario, como suele suceder en nuestro país, se debe separar lo administrativo de lo político, la política debe ser no solamente preventiva, también de resultados en las decisiones necesarias.

Los ministros, o en su defecto los viceministros de cualquier ministerio, deben ser administradores públicos, no solamente con conocimientos, también con carrera administrativa, porque hay decisiones que se deben tomar con criterio administrativo a futuro, si estos elementos no se cumplen, las crisis se repetirán constantemente, lo peor estriba en que, cuando esas crisis se manifiestan en la pérdida de vidas humanas, como desafortunadamente suele suceder, el impacto en la población es de incertidumbre y dolor.

Veamos, en los países del primer mundo, además de algunas medidas que en la mayoría de los estados se replican, como lo fue con la pandemia cerrar territorios enteros; en los países desarrollados, se tomaron medidas a futuro, como lo es la preparación de suficientes hospitales temporales para recibir a los enfermos y tratarlos.
Nosotros en este momento estamos viviendo el resultado no solamente de las políticas históricamente mediocres sobre nuestro Sistema de Salud, también la falta de prevención de un hecho que, en otras sociedades no se salió de control, porque en esas repúblicas siempre la salud ha sido una política de Estado.

Aunado a lo anterior, la falta de responsabilidad del guatemalteco para respetarse a sí mismo y a sus seres queridos, no se vale que no nos cuidemos para los demás, si nuestra vida no nos importa, nada se puede hacer, pero sí nos debe importar la vida de los demás, los demás son la sociedad en general, abuelos, padres, tíos, hermanos, sobrinos primos, y principalmente hijos, tomemos en cuenta que esta enfermedad no respeta ni edad, condición social, económica o de género, debemos ser responsables de nosotros mismos y de nuestro entorno.

El cúmulo de los aspectos mencionados, y otros más que no enumero, han dado como resultado que este problema mundial, se nos haya salido de control, esto, no solamente repercute en las autoridades, también en la población en general.

Las situaciones no se salen de control, lo cierto es que nunca se tuvo control sobre ellas.

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