Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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Cada 22 de abril se conmemora el Día Internacional de la Madre Tierra, el cual se instauró para: “Rendirle homenaje y reconocerla como nuestro hogar y nuestra madre, así como lo han expresado distintas culturas a lo largo de la historia, demostrando la interdependencia entre sus muchos ecosistemas y los seres vivos que la habitamos”.

ONU Mujeres, parte de la Organización de las Naciones Unidas que: “Desarrolla programas, políticas y normas con el fin de defender los derechos humanos de las mujeres y garantizar que todas las mujeres y las niñas alcancen su pleno potencial”, comprenden sobre los: “Cuidados y la preservación de la vida y de lo vivo que debe estar en el centro del modelo de desarrollo, si queremos garantizar la sobrevivencia de la especie humana.”

Y agregan que: “La importancia de dar respuesta a la triple crisis ambiental radica en que la pérdida del equilibrio del funcionamiento de la naturaleza y la destrucción de los ecosistemas ponen en riesgo la continuidad de nuestra especie; por lo tanto, las soluciones no pueden ser construidas desde una mirada sesgada por el patriarcado que ha basado su sistema económico justamente en la explotación de los elementos de la naturaleza sin medir las consecuencias de cada intervención. Por tanto, las mujeres no pueden estar fuera de las discusiones y de la toma de decisiones que afectan directamente a la vida”.

Un documento muy significativo relacionado con el Día Internacional de la Madre Tierra es la Carta Encíclica del Papa Francisco, publicada en el año 2015 y dirigida a todas las personas, es una obra preciosa de trascendental importancia, en ella define su postura exacta sobre la aceleración de la crisis ecológica en el mundo y todo lo que contiene.

Este superlativo comunicado papal, es una clara advertencia y un gran reto para que la humanidad logre urgentemente frenar y detener el desequilibrio ambiental; al principio de la Encíclica, el Papa Francisco afirma que los seres humanos “hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, de la Tierra, autorizados a expoliarla. La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes”.

El Santo Padre tituló su Encíclica “Alabado seas” en honor a San Francisco de Asís por su “Cántico a las Criaturas”, en el que exalta y glorifica a Dios por su creación: “Alabado seas mi Señor, por la hermana nuestra Madre Tierra, la cual nos sostiene y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierbas”.

En el Día Internacional de la Madre Tierra recuerdo el famoso Himno a la Tierra, el cual está dedicado a la hermosura de su naturaleza y biodiversidad, se entona para celebrar este día tan importante. Su autor es el multifacético y reconocido diplomático hindú Abhay Kumar, quien también es un prolífero poeta, el himno dice así:

“Nuestro oasis cósmico, cósmica perla azul

el planeta más hermoso del universo

todos los continentes y los océanos del mundo

somos unidos como la flora y la fauna

somos unidos como las especies de una tierra

negro, marrón, blanco, colores diferentes

somos humanos, la tierra es nuestra casa.

Nuestro oasis cósmico, cósmica perla azul

el planeta más hermoso del universo

todas las personas y las naciones del mundo

todos para uno y uno para todos.

Juntos desplegamos la bandera de mármol azul

negro, marrón, blanco, colores diferentes,

somos humanos, la tierra es nuestra casa”.

El planeta Tierra es responsabilidad de todos los que vivimos en él, un maravilloso hábitat que nos ha otorgado Dios, cuidemos de él a toda costa.

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