Grecia Aguilera

Periodista, escritora, filósofa y musicóloga. Excelsa poeta laureada. Orden Ixmukané, Orden de la Estrella de Italia, Homenaje del Programa Cívico Permanente de Banco Industrial, Embajadora y Mensajera de la Paz.

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GRECIA AGUILERA

El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero: “Clava el Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias o las noventa y cinco tesis, en el portal de la Iglesia del Castillo de Wittenberg”, rechazando fehacientemente el comercio de indulgencias; es por ello que cada 31 de octubre se conmemora el inicio de la Reforma Luterana o Protestante, el próximo lunes se celebrará el 505 aniversario.

Las tesis impulsaban las explicaciones de Lutero: “Contra lo que él consideraba un abuso de la práctica del clero al vender indulgencias plenarias, certificados que, según las creencias católicas, reducen el castigo temporal del purgatorio por los pecados cometidos por los compradores o sus seres queridos.”

Recuerdo que el año pasado representantes de la Federación Luterana Mundial fueron recibidos por el Santo Padre Francisco con motivo de conmemorarse la Confesión de Augsburgo y planificar el quincentenario de su lectura en el año 2030.

Esta obra: “Constituye la primera exposición oficial de los principios del luteranismo, redactados en 1530 por Philipp Melanchthon, para ser presentada en la Dieta de Augsburgo, Ciudad del Sacro Imperio Romano Germánico, ante la presencia del Emperador Carlos V, y es considerado uno de los textos básicos de las Iglesias Luteranas de todo el mundo.”

Por tal motivo el Papa Francisco manifestó: “En el camino del conflicto a la comunión, en el día de la conmemoración de la Confesión de Augsburgo habéis venido a Roma para que crezca la unidad entre nosotros; os doy las gracias por ello y expreso mi esperanza de que una reflexión común sobre la Confesión de Augsburgo, en vista del 500 aniversario de su lectura el 25 de junio de 2030, beneficie nuestro camino ecuménico.

En su momento, la Confesión de Augsburgo representó un intento de evitar la amenaza de una ruptura en la cristiandad occidental; pensada originalmente como un documento de reconciliación intracatólica, adquirió solo más tarde el carácter de un texto confesional luterano; ya en 1980, con motivo de su 450 aniversario, luteranos y católicos afirmaron: Lo que hemos reconocido en la Confesión de Augsburgo, como una fe común, puede ayudarnos a confesar esta fe juntos de una manera nueva, también en nuestro tiempo.”

El Santo Padre Francisco agregó: “Será importante mirar con humildad espiritual y teológica las circunstancias que condujeron a las divisiones, confiando en que, si bien es imposible deshacer los tristes acontecimientos del pasado, es posible releerlos dentro de una historia reconciliada; vuestra Asamblea General de 2023 podría ser un paso importante para purificar la memoria y potenciar los numerosos tesoros espirituales que el Señor ha puesto a disposición de todos a lo largo de los siglos.

El camino que va del conflicto a la comunión por el camino de la crisis no es fácil, pero no estamos solos: Cristo nos acompaña; que el Señor crucificado y resucitado nos bendiga a todos, os invito a rezar juntos el Padre Nuestro, cada uno en su propio idioma, por el restablecimiento de la plena unidad entre los cristianos.”

En uno de los párrafos del octavo capítulo de la Carta Encíclica “Fratelli Tutti” del Papa Francisco se lee: “Entre las religiones es posible un camino de paz; el punto de partida debe ser la mirada de Dios… El amor de Dios es el mismo para cada persona, sea de la religión que sea.”

Es importante mencionar que para conmemorar el Quincentenario de la Reforma Luterana en el 2017 y hacer honor a su reformador Martín Lutero, se originó la “Declaración Conjunta emitida por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y la Federación Luterana Mundial”, que fue firmada el 31 de octubre de 2016 por Papa Francisco y en aquel momento por el Obispo Munib Younan, en la Catedral luterana de la Ciudad de Lund en Suecia.

En esta importantísima declaración sobresale el trabajo ecuménico realizado por Católicos y Luteranos, la parte inicial de la misma expone el siguiente versículo del Evangelio de Juan: “Permanezcan unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes; Ninguna rama puede producir fruto por sí misma, sin permanecer unida a la vid, y lo mismo les ocurrirá a ustedes, si no están unidos a mí.”

Más adelante se lee: “Pedimos a Dios inspiración, impulso y fortaleza para que podamos seguir juntos en el servicio, defendiendo los Derechos Humanos y la dignidad, especialmente la de los pobres, trabajando por la justicia y rechazando toda forma de violencia. Dios nos convoca para estar cerca de todos los que anhelan dignidad, justicia, paz y reconciliación.”

Recordemos que el amor de Dios es perfecto.

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