La crisis política institucional que en estos momentos atraviesa Guatemala, amenaza la institucionalidad democrática y el Estado de derecho, subió de tono después del resultado final de las votaciones generales efectuadas el 25 de junio pasado y que fue adverso para los intereses de Gobernantes, de la clase política corrupta e impune, de las elites conservadoras, depredadoras y neoliberales.
El escalamiento de la crisis en este país centroamericano, que se supone regido por un régimen de democracia representativa, rebasó los límites del marco democrático que debe sobresalir en todos los Estados que se declaran respetuosos de esos principios y de los derechos humanos.
La tenaz resistencia de los corruptos aferrados al Poder que tiemblan al pensar que se acabaron los días de placeres imperiales, de sonoras carcajadas en festines, de corrupción por montones y que a algunos o muchos les espera la vergüenza pública y quizá la cárcel; atrajo la atención regional e internacional. El Consejo Permanente CP de la Organización de Estados Americanos OEA, facultó al Secretario General para hacer una visita a Guatemala e informar.
La incomodidad de los sectores mencionados es con el partido Movimiento Semilla que fue uno de los que más votos recibió, por esa razón, obtuvo el derecho de participar en la segunda vuelta junto al partido Unidad Nacional de la Esperanza UNE. A partir de esa realidad, el presidente Giammattei, los operadores políticos del pacto de corruptos, las facciones político partidistas derrotadas y autoridades del sistema de justicia, Ministerio Público, Corte de Constitucionalidad y Organismo Judicial, iniciaron una feroz embestida contra autoridades del Tribunal Supremo Electoral TSE y dirigentes de Semilla, que incluyó allanamientos a oficinas del TSE y a la sede del citado partido, además, intimidaciones, amenazas y órdenes de captura.
Todas esas acciones, más la excesiva judicialización del proceso electoral, el uso indebido y abusivo del Derecho Penal en asuntos electorales, la desinformación y campañas de desprestigio con discursos de odio, pretendían desvirtuar las elecciones del 25 de junio, evitar la celebración de la segunda vuelta, violar el derecho a elegir y ser electos e impedir la movilización ciudadana. Hasta este día, las autoridades respectivas garantizan la celebración de la segunda vuelta, se espera que los comicios se realicen en calma y se respete el resultado final que en su debida oportunidad debe declarar el TSE.
En el informe que presentó Almagro en la reunión matutina del Consejo Permanente celebrada el 10 de agosto 2023, ratificó que la Misión de Observación Electoral de ese organismo MOE-OEA mantendrá presencia en el país después del 20 de agosto, durante el proceso de transición septiembre 2023-enero 2024 hasta la toma de posesión de los nuevos Gobernantes elegidos en las próximas votaciones de segunda vuelta. También aseguró, que tienen el firme compromiso del actual presidente Alejandro Giamattei, de entregar el poder el 14 de enero 2024 de conformidad con lo que establece la Constitución Política de la República de Guatemala.
Esas decisiones de la OEA, están en la lista de solicitudes que la Convergencia Nacional de Resistencia -CNR- le entregó por escrito al señor Luis Almagro, Secretario General, durante la reunión que sostuvo con delegados de la CNR en la visita reciente que realizó a Guatemala.