Factor Méndez Doninelli.
El acceso a la salud es un derecho humano universal inherente a todas las personas, sin distinción de ninguna naturaleza, que en el caso de Guatemala no se respeta y menos se cumple. Es de conocimiento público que este país de Centroamérica tiene una sociedad multiétnica, pluricultural y multilingüe. En América Latina se caracteriza por ser una de las naciones más desiguales. En Guatemala persiste el racismo, la discriminación, exclusión y marginación de amplios sectores de población que les impide realizar y desarrollar una vida digna para ellos y sus familias.
La pandemia desatada a inicio del año pasado agudizó la ya difícil situación de millones de familias, sumado a las precarias condiciones del sistema nacional de salud, la falta de planificación de las autoridades de Gobierno y los negocios opacos para la adquisición de insumos, equipo, medicamentos, más la escasez de vacunas tiene a la mayoría de la población angustiada por falta de inmunización, por el aumento de la pobreza y la falta de oportunidades. Condiciones que determinan y promueven la migración.
En nombre de la salud pública se impusieron medidas de restricción de todo tipo desde cuarentena de toda la población, decretos de Estados de excepción, toques de queda, restricciones a las libertades de tránsito y movilización, hasta suspensión de derechos y libertades fundamentales que propiciaron abusos y violaciones a los derechos humanos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales.
Han pasado 16 meses desde que se anunció en el país el brote de covid19 y hasta ahora el costo social en vidas humanas sobrepasa los 10,400 fallecidos y sumando. La cifra de contagios diarios también es alarmante, en esta semana que transcurre el promedio de infectados subió a 4,100.
Sobre el tema de las vacunas, Guatemala ocupa el último lugar de América Latina con relación a la población vacunada. Según información divulgada por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, el país ha recibido más de 7 millones de dosis que en términos porcentuales significa lo siguiente: 14% por compra directa, 15% por medio del mecanismo COVAX y 71% que han sido donadas.
Ayer 5 de agosto del presente año, ingresó a Guatemala a través del mecanismo COVAX un nuevo lote de 363,870 dosis de la farmacéutica Pfizer. Los países que hasta ahora han donado vacunas son México, Israel, Argentina, India, Estados Unidos y España. La incertidumbre por las escasas dosis disponibles y el lento proceso de aplicación, mantiene excluidos a millones de jóvenes y habitantes de alejadas comunidades indígenas del área rural. Las poblaciones en riesgo que aún no han recibido o completado el proceso de vacunación esperan que se acelere la inmunización.
El temor natural de la gente frente a la pandemia, ha incrementado la ansiedad de sentirse protegidos al recibir la vacuna, pero ante la lentitud del Gobierno se sabe que muchas personas han optado por viajar a ciudades mexicanas fronterizas buscando ser vacunadas, como de hecho ha sucedido, otros jóvenes van al vecino El Salvador y hay quienes por su poder adquisitivo viajan a Estados Unidos donde también han sido vacunados; pero hay cientos de miles y quizá millones de personas que no tienen recursos para viajar a buscar la vacuna. Son los marginados, quienes tendrán que seguir esperando que el Gobierno sea más eficiente, capaz y que cumpla con su deber de garantizar el acceso a la salud en procura del bien común.
Siempre no se olviden de preguntar, ¿Y dónde está el dinero?