Flaminio Bonilla Valdizón
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He sido en todo atmósfera y ambiente, realizado algunos sueños, sé que todavía faltan algunos abandonos y algunas rebeliones, porque siempre, tengo relatos y broncas, pero mis torbellinos casi nunca nadie pudo amainarlos, debilitarlos y plegarlos, porque yo palpito y mis latidos es a mil. Y creo que esos vendavales me seguirán lacerando, pero jamás dañarían la inspiración de mi pluma, aunque tengo en ocasiones lagunas, omisos y olvidos y mil palabras se fruncen, son raquíticas y se arrugan; ese río de vocablos y facundias se secan en ocasiones de pronto, pero de repente vuelven en cascada vocales y consonantes y me las vuelvo a zurcir con el cáñamo o el cibaque más fuerte, para que no se despeguen de mi cerebro y mi piel. Porque sin el numen e inspiración, las palabras son baldías, desiertas, muy solitarias y es imposible escribir y llevarlas al papel, cuando el soplo y la sugestión no fecundan, germinas y nacen en el calor de un corazón. Ya que como bien dice una estrofa de la maravillosa canción de los 70s’ de la inglesa Jeannette Anne Dimech “. . . y tengo el corazón de poeta, de niño grande y hombre niño.” “o como nos canta nuestro Ricardo Arjona en su balada Soledad, “la soledad es entender por fin, que no hay mejor compañera que la soledad. “Y como dijo el poeta inglés Robert Browning: “El que escucha música siente que su soledad, de repente, se puebla”; en esta frase nos da a entender que la música tiene tal poder y energía que puede aliviar la soledad. Por la soledad de antes que era mía, ahora de mucho júbilo, como dice esta frase anónima: “Tenía una sonrisa enorme en el rostro, y los ojos le brillaban de júbilo.
O también la soledad con nuestro júbilo, aquí de ello, algunos fragmentos y frases de nuestro bardo revolucionario de Otto René Castillo: un fragmento del poema –Duele menos estar solo- “Creo que duele menos estar solo con tu recuerdo, bajo este cielo duro, bajo este viento espeso, bajo miradas agudas..” “Y grito: Llevadme llamas con vosotras, a cualquier parte. No me dejéis ardido de escombros. “Llevadme, en vuestros lomos, porque me duele el calvariento recuerdo de los pájaros que cantaron en mi techo, por las tardes.” “Así todos los días amante mía.”. “Créeme, pero me duele más tu recuerdo amada mía, que mi vencida soledad.” Y en otro poema –Viudo de mundo- algunos fragmentos: “Compañeros míos, yo cumplo mi papel luchando con lo mejor que tengo.” “Qué lástima que tuviera vida tan pequeña, para tragedia tan grande y para tanto trabajo.” “No me apena dejaros. Con vosotros queda mi esperanza.” “Sabéis, me hubiera gustado llegar hasta el final de todos estos ajetreos con vosotros, en medio de júbilo tan alto, Lo imagino y no quisiera marcharme.”. Este juglar Otto René, decía: “Amor, nosotros somos invencibles. De historia y pueblo estamos hechos.”
También hay soledad y júbilo, porque tengo otro amigo “mi Duende”, que muchos de ustedes conocen y cuesta un chingo tratarlo porque es algo quisquilloso; mi hechicero y grande compinche, mi carnal, que a veces me hace rabietas y bulliciosos berrinches y por periodos me abandona y se aleja sumamente emputecido, pero yo mismo comprendo que lidiar con un carácter como el que llevo en el cuerpo, el corazón y la mente, es a veces abrumante y sofocante. Y cuando sufro ayunos de sueño estos siempre algo me dejan, porque todo o casi todo, lo que en mi vida he escrito para el mundo literario, político y periodístico, lo he logrado en mis vigilias. Me da el impulso de artista, me inspira, me ilumina y entusiasma; aunque a veces de mi pluma salgan muchas pendejadas, una que otra cabronada, un sinfín de pretensiones, versos sombríos y amotinados, algunas cursilerías y muy pocas certidumbres o equilibrados grafemas, naciendo mi encendida poesía y prosas irrefrenables y sumamente indomables. Porque para mí escribir me inyecta autonomía y realidad, más a veces es complejo que la imaginación y la inventiva se presente tal y como la deseamos, para imprimir esa peculiar personal, que en lo que a mi atañe siempre ha sido un estilo con una particular enérgica y neuronal, ya que busco que lo plasmado en el papel, sea intenso, espontáneo, sólido, impactante y perdurable, porque estimo que es allí en donde se palpa la belleza artística, de quienes nos sentimos ser artesanos de las coplas y los versos.
Lo que me tiene aprisionado es no poder enteramente dedicar mi vida y esfuerzo, con mi aún lucidez de mente, para sólo seguir escribiendo, porque creo que “mi cuate” “mi pana” puñetero, hace que con frecuencia mi quehacer se dirija a conjugar o des conjugar las letras y dar nacimiento a poemas y prosas que para mí son hermosas, palpables, desafiantes y otras muy temerarias, porque están impregnadas de pujanza y dinamismo, y ese atisbo de poco brío que desde mis 17 años, sentí para mí ser un oficio y convertirse en orfebre de palabras, que es un trabajo creativo, precioso y relajante, tornándose en “escribiente”. Más cada día se vuelve más dificultosa la vida y por ello me dedicó con ahínco a practicar la literatura y la ciencia del derecho para continuar en la senda de buscar y rastrear mí siempre latente y presente utopía: ¡Que en este país haya JUSTICIA SOCIAL!
(*) Canción de Cecilia (Evangelina Sobredo Galanes). “Mi querida España”. Cantautor de España (RIP).