A la venida de los españoles en 1524 la antigua Culahá de los mames y la Xelajú (Lajuj Noj) de los quichés ya era un floreciente lugar. La historia de la actual Quetzaltenango, tierra de quetzales, no se puede reducir a quinientos años, pero son estos un sistema de referencia arbitrario para levemente entender la complejidad de las culturas que durante siglo tras siglo se han interconectado, mezclado, hibridado creando la actual Quetzaltenango, previamente Quezaltenango la Xelajú del poeta Víctor Villagrán Amaya quien describe las pequeñas calles de la ciudad en el Romance a la Mejor Calle del Pueblo:

«Un camino la atraviesa
Con alarde de osadía
y torcida se prolonga,
porque recta no sería
la mejor calle del pueblo
rebelde a la simetría…»

El territorio de la actual Quetzaltenango fue el centro de enormes civilizaciones que dejaron su marca en la actual Ciudad de los Altos, en memoria de su Estado de los Altos, una región que buscó su independencia económica y política de Guatemala hasta convertirse en el Sexto Estado de la Unión de Centroamérica. Ha sido el centro cultural de Guatemala, la Cuna de la Cultura, por su poesía, artes, música, marimba, arquitectura, teatro, universidades que la han transformado. Con ellos viene el crecimiento urbano desordenado el cual se refleja en un municipio donde los últimos gobiernos municipales no han tenido brújula alguna para direccionarlo.

Ni el actual gobierno municipal, ni el anterior (del mismo), ni el anterior han querido o podido construir un plan de desarrollo del municipio de Quetzaltenango, un municipio con enormes posibilidades económicas, políticas y culturales. Quetzaltenango ha sido un centro económico, no solamente con la emergencia del café en el siglo XIX, sino por la misma emergencia de industrias locales que por falta de una infraestructura física, eléctrica y ambiental no han podido crecer en cantidad y calidad. Así que si Quetzaltenango ha crecido y se ha mantenido como un pujante municipio y una activa ciudad no ha sido por sus tristes gobiernos municipales, sino más bien por su gente, por quienes invierten, por quienes generan, por quienes emprenden a pesar de no contar con plan de desarrollo municipal alguno.

En materia económica no se visualiza plan alguno, en materia de desarrollo territorial ciertamente sí se impulsó un Plan de Ordenamiento Territorial, (POT), cuyas sugerencias fueron muy controvertidas y que mantienen la triste dicotomía urbano-rural y con una visión urbana elitista, racista que se refleja en la forma en que se ha ocupado y desarrollado el territorio quetzalteco. Por eso hay que hacer una evaluación del POT, de sus implicaciones, si acaso ha tenido alguna y replantearlo consensuado con las diferentes comunidades del municipio. Quetzaltenango es un municipio y no solamente la zona urbana y mucho menos el Centro Histórico, que también ha sido abandonado al extremo que actualmente se reporta que ni agua tiene. Esta semana el colegio Encarnación Rosal reporta la suspensión de actividades presenciales por falta de agua potable. ¡Qué barbaridad!

En materia educativa Quetzaltenango ha tenido un enorme crecimiento. Se ha consolidado la tendencia de Cuna de la Cultura que traía desde el Siglo XVIII y que se consolida en el Siglo XIX con la primera universidad pública, la verdadera Universidad de Occidente de 1876 y no el otro monigote que hicieron para tener participación en la elección de altas cortes. La verdadera Universidad de Occidente fue un icono de finales del Siglo XIX, cancelada como fue cancelado el Ferrocarril de los Altos por el dictador quetzalteco Manuel Estrada Cabrera. Pero a pesar de todo la educación floreció en Quetzaltenango con sus institutos normales, con sus excelentes escuelas públicas y sus renombrados profesores, entre ellos Lucas T. Cojulum, Pablo Garzona Nápoles entre muchos. Toda esa historia hizo que Quetzaltenango se convirtiera en una especie de Ciudad de la Educación, con sus escuelas, institutos y más de una docena de universidades. Pero tampoco hay un plan para el desarrollo de la educación sino aquel olvidado Clúster de Universidades promovido por el Grupo Gestor en el 2005.

En materia ambiental Quetzaltenango ha retrocedido. El actual gobierno municipal, y el anterior (el mismo) y el anterior simplemente colecta la basura para írsela a tirar a los vecinos del Valle del Palajunoj, como si ellos fueran ciudadanos de segunda categoría. No hay manejo real de los desechos, simplemente recolectan con una empresa privada de dudosa reputación, pero no hay intención alguna en manejar los desechos ni de hacer un vertedero real. Lo mismo pasa con el agua. Parece que cree el gobierno municipal que el agua es infinita y seguro que no han entendido el ciclo natural del agua y menos el ciclo social del agua porque no hay acciones en tratamiento de agua, ni una sola planta de tratamiento hay. ¡Otra barbaridad!

Si el problema de ausencia de un plan de desarrollo no fuera suficiente, si la ausencia de sistemas de tratamiento de desechos y de agua no fuera suficiente, si la depredación de los árboles y el incremento de mineras que destruyen los bosques quetzaltecos no fuera suficiente, si los cortes de electricidad no fueran suficientes, si el incremento a la tarifa eléctrica, por no tener sistemas de producción de energía local pero principalmente por haber hecho un negocio sucio la compra de electricidad al Instituto Nacional de Electricidad, INDE, no fuera suficiente, si las calles todas llenas de agujeros no fuera suficiente, si los drenajes llenos de basura no fuera suficiente, sin la ausencia de planes para reducir las inundaciones urbanas, si esto no fuera suficiente, entonces hay que agregar el subdesarrollo político del gobierno municipal de Quetzaltenango.

El subdesarrollo político de Quetzaltenango es la incapacidad de gobernar democrática y eficientemente. El actual gobierno municipal ha sido muy criticado, pero fue reelecto. En esta reelección inicia con abusos de poder como el de negar el derecho legal y democrático de Sacándole Brillo a Xela, SBX, quienes pidieron grabar las sesiones del Concejo Municipal, algo legal. Pero no. El autoritarismo vence y llegan al extremo de inventar casos de femicidio para sacar a los concejales de SBX, algo injusto e ilegal. Pero a este triste caso hay que agregar otra serie de abusos que solamente se explican por la anarquía y autoritarismo reinante de un gobierno municipal que no piensa en el pueblo quetzalteco, sino más bien en sus jugosos sueldos y sobre sueldos, cobrando por sesiones tras sesiones, un problema nacional en todas las municipalidades guatemaltecas cooptadas hasta los dientes.

El camino para empezar a cambiar el terrible estado de cosas en el municipio de Quetzaltenango es proponer alternativas de solución desde las diferentes comunidades y sectores. El concejo municipal no tiene, no debe tener carta blanca para actuar sino más bien debe responder los problemas de la comunidad. Hay varios diagnósticos en diferentes áreas. Especialmente las universidades han evaluado diferentes problemas. La universidad de San Carlos ha hecho propuestas específicas para el manejo integrado del agua en el municipio y eso podría ser un primer paso para iniciar una conversación institucional entre el CUNOC, Centro Universitario de Occidente, y la municipalidad quetzalteca.

Atender el problema del manejo de desechos sólidos y la normativa sobre separación de desechos de parte del Ministerio de Medio Ambiente y la ministra Orantes, es fundamental. Se puede iniciar un proyecto de aprendizaje, esto es, un proyecto piloto para desarrollar la separación de desechos, el transporte de dichos desechos y principalmente el manejo de los desechos en el basurero, el terrible basurero del Palajunoj. Aquí hay que desarrollar un proyecto que ilustre la relación entre el Ministerio de Medio Ambiente, la Universidad de San Carlos y la municipalidad de Quetzaltenango. Se trata de generar un espacio de aprendizaje para aprender a manejar, tratar y construir vertederos eficientes que no contaminen. En este espacio de aprendizaje pueden reconstruirse las relaciones económicas y de poder que se dan en el vertedero para que los recolectores y separadores en el Palajunoj tengan opciones dignas para ganarse la vida.

El camino de recuperación de Quetzaltenango nunca ha sido tan complejo como ahora. Luego de décadas de gobiernos municipales corruptos o ineficientes, es el momento de transformar a Xelajú. Es el momento de cambiar. Hagámoslo quetzaltecos. Si no es ahora, no será nunca.

Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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