Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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La democracia en Guatemala es débil, sino raquítica. Como la mayoría de sus niños, la democracia se encuentra desnutrida. A pesar de la participación ciudadana en las recientes elecciones y a pesar del enorme esfuerzo que los y las ciudadanas hicimos para que pudiéramos tener una transición democrática, claramente hay un grupo de funcionarios públicos y de personas que prefieren vivir en un país autoritario porque eso les conviene a sus mezquinos intereses. Las instituciones públicas que tenemos fueron cooptadas por redes criminales y en las ultimas dos décadas, en un arranque anti democrático, han puesto al sistema de justicia a su servicio. El problema es que, aunque el Legislativo, esto es, el presidente Arévalo y su equipo de trabajo quieran avanzar, el Pacto de Corruptos tiene el control de la justicia la que aplican discrecionalmente.  

Ahora nuevamente el Pacto de Corruptos viene con la cantaleta de que hubo fraude en las elecciones presidenciales. Aquí juntan agua con aceite. Primero siguieron con el caso del sistema de Transmisión Provisional de Resultados Electorales, TREP. Este fue un caso montado a la medida, como todos los que ha hecho el Ministerio Público desde la triste noche, para ellos, en que supieron que Arévalo pasaba a la segunda vuelta. El caso es que el tribunal electoral compró equipo y servicios para dar resultados preliminares, un proceso puramente administrativo. Si hubo sobre valoración de este servicio eso debe ser dictaminado por la Contraloría de Cuentas, pero no hubo auditoría de dicha institución que sirviera de base al MP para iniciar su investigación. Como siempre, el MP, actúo como auditor, como juez, como parte, como todo hasta lograr el retiro de la inmunidad de los magistrados. Gritaron a la población que hubo fraude para confundir, porque si acaso hubo, ese fue un problema administrativo y no un problema electoral.

Segundo, ahora salen con que la Unión Nacional de la Esperanza de Sandra Torres, UNE, un partido claramente corrupto, claramente estafador, claramente anti democrático viene y dice que hubo fraude electoral. La Corte Suprema de Justicia, la recién nombrada a la carrera CSJ, dice que los magistrados del tribunal supremo electoral, que les quitaron lo supremo, cometieron fraude electoral y con ello retoman una denuncia que ya estaba más empolvada que el ex vicepresidente Castillo, denuncia del 25 de agosto del 2023 cuando el secretario general de la UNE dijo que ellos habían encontrado más de 150 actas alteradas. Como queriendo engañar al sueño estos corruptos reviven un caso que nació muerto para atentar contra las elecciones. ¿Qué es lo que realmente están buscando estos corruptos?

El Golpe de Estado en Cámara Lenta desarrollado desde la noche triste para los corruptos del 20 de agosto del 2023 no le dio frutos sino un desgaste nacional e internacional. El Pacto de Corruptos ya se dio cuenta de que la población está harta de la corrupción. La reacción internacional fue sin precedente. Ahora, luego de que Arévalo tomara posesión y que su gobierno ya inicia, lentamente, los procesos de transformación, salen que con esta cantaleta cuyo objetivo es desgastar al gobierno de Arévalo. Como se observa en las redes sociales y en la realidad social este gobierno está siendo sometido a una crítica intensa y exagerada. La Narrativa que quieren ahora lanzar es que el nuevo gobierno es inepto, es demasiado democrático, es ingenuo y al final no tiene capacidades para gobernar. La realidad es otra, el Pacto de Corruptos a través de todos sus aliados están boicoteando cuanto pueden.

Las transformaciones para construir de nuevo nuestra democracia requerirán un entendimiento más profundo de la compleja realidad social guatemalteca. Una población acostumbrada al autoritarismo, mediado por un populismo extremo, debe aprender a vivir en democracia. Está claro que las instituciones cooptadas pueden rescatarse. Ya hay ejemplos de cómo ciertos ministros están dando la batalla, como el caso de la ministra de la Vega, quien esta semana presentó una decena de denuncias dentro de las que destacan las famosas Escuelas Bicentenario, el proyecto estrella de la pareja Giammatei-Martínez, defensores de la familia y apoyados por los grupos religioides de la derecha. Estas escuelas, que en promedio cuestan 50 millones de quetzales, están hechas para robar y no para servir. 

Como país los y las guatemaltecas ya tomamos la decisión de vivir en democracia. Rechazamos las propuestas antidemocráticas y corruptas y decidimos apoyar a un gobierno democrático. El reto del nuevo gobierno es enorme porque las estructuras criminales están en todas las instituciones públicas donde una minoría de empresarios corruptos primero sostuvieron la narrativa del fraude electoral y ahora inventan la nueva narrativa de la incompetencia. Lo que realmente están haciendo, tanto en el congreso como en el organismo judicial, así como en la opinión pública es crear la creencia del desencanto, de que no es posible la transformación, eso es falso. Este país es nuestro, no de un grupito de corruptos cuya muerte social está claramente anunciada, como en la novela de Gabriel García Márquez. Vamos Guatemala, o es ahora o no será nunca. 

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