Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

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El Golpe de Estado luego de iniciar en cámara lenta se aceleró momentáneamente. Como suele suceder con los cobardes, Giammattei dijo que él, o ella, no tenían nada que ver con eso. La Fiscal General y jefa del Ministerio Público se hizo invisible, ya no apareció en ninguna actividad pública. Miguel Martínez, grabó un mensaje de despedida, luego del uso de alguna droga, pero los verdaderos jefes del Pacto de Corruptos, los oligarcas traumados, psicóticos por la creencia en la existencia de comunistas, que sólo viven en sus sueños, se sienten traicionados por la Corte de Constitucionalidad, la que al final, debió alinearse no solamente al nuevo gobierno, sino principalmente a la intensa presión internacional.

El Golpe de Estado inició su caída en octubre del 2023 cuando los y las guatemaltecas nos opusimos valientemente a esta aberración y cayó estrepitosamente por la reacción internacional en apoyo a la democracia guatemalteca. La pregunta es, si realmente el Pacto de Corruptos sabe que está derrotado desde aquella noche del 25 de junio cuando leíamos la crónica de su muerte anunciada o seguirán con sus ineptos intentos golpistas como gato panza arriba tratando de levantarse. Ya inventaron una vez crear una narrativa, una narrativa falsa basada en una docena de casos falsos, cada uno más falso que el otro, que al final nadie creyó, solamente Curruchiche, Monterroso y su juez estrella, Orellana.

El golpe de Estado se detiene, momentáneamente, porque los 48 Cantones y los grupos indígenas hicieron una brillante defensa de la democracia, que luego fue replicada en varios puntos del país, principalmente en Ciudad Capital con el ejemplo de defensa por la democracia que dio la Bethania. Realmente la gran mayoría de guatemaltecos dimos una histórica defensa por la democracia. Ese mes fue clave: Octubre. Fue el tiempo que ya no pudieron usar los corruptos para desarrollar sus falsos juicios, con sus falsas pruebas y sus falsos jueces, hoy sin visa. Si no hubo golpe de Estado se lo debemos a la captura del Katún, la captura del tiempo que hicieron los pueblos indígenas en octubre de 2023.

Con el alineamiento de la Corte de Constitucionalidad aparece un escenario más promisorio, pero aún peligroso. Realmente la presión internacional fue intensa. Este ejemplo es único en la historia de la defensa de la democracia en América Latina. Jamás tantos países habían apoyado a país alguno con esta intensidad. Ese apoyo es externo. La sostenibilidad de la democracia depende ahora de la fuerza interna que podamos tener para defenderla, fortalecerla y mejorarla. Urge un llamado al replanteamiento de nuestra identidad. Hemos aprendido estos meses de resistencia que la cultura nuestra es múltiple, hemos aprendido que los pueblos son varios, hemos escuchado de nuevo los varios idiomas en los que se expresa la palabra esperanza.

Empieza un período de reconstrucción nacional sin precedente. Esperamos que “Q`anil” o sea Semilla tenga un buen plan de gobierno. Ciertamente dicho plan tendrá que ser socializado y mejorado por la sociedad guatemalteca, esto es, los pueblos que conformamos Guatemala. Los problemas son varios. Este listado que presento no los representa a todos, pero el nuevo gobierno debe enfocarse, principalmente, en mejorar la educación, desde la primaria hasta la universidad. Estas instituciones no pueden seguir en manos de capos, ni de Walter Mazariegos, ni de Joviel Acevedo. Tampoco pueden seguir siendo instituciones elitistas. No podemos aceptar su baja eficiencia. Los estudiantes de secundaria al terminar sus estudios hacen un examen de matemática elemental, aritmética principalmente, y no gana ni el 10%. Las cosas en la universidad están aún peor.

La Universidad Nacional ya tenía serios problemas de pertinencia, eficiencia y calidad antes de que fuera capturada por Walter Mazariegos. Los anteriores rectores, Paiz y Gálvez, la traían en declive. La eficiencia terminal en la carrera de derecho, esto es, el número de estudiantes graduados dividido dentro del total de dicha cohorte, es de 4%. ¡Apenas 4 de cada 100 estudiantes de Ciencias Jurídicas y Sociales se gradúan en el tiempo que dice el currículo! No es derecho el único caso. Ingeniería Civil, un programa acreditado, apenas tiene una eficiencia terminal del 7%. Eso no es posible. No podemos seguir invirtiendo recursos públicos en programas tan ineficientes. Indicadores muy parecidos aparecen en todas las licenciaturas exceptuando las carreras de técnicos que se ofrecen en el único tecnológico universitario, el ITUGS, la San Carlos, en Palín Escuintla. Este es de los pocos programas pertinentes y eficientes pero los politiqueros universitarios lo han querido cerrar.

En resumidas cuentas, la educación plantea un reto enorme porque no solamente está relacionada con la formación de capacidades para el trabajo sino también, y fundamentalmente, es la base de la construcción del pensamiento crítico, sin el cual no existe democracia. Pero el reto también está en la creación de más empresas, con nuevas tecnologías, innovadoras, para ello hay que aumentar el ridículo 0.03% del PIB que invertimos actualmente en ciencia y tecnología y que va a la baja. Debemos mejorar ostensiblemente la inversión en ciencia, tecnología e innovación y con ello replantear la educación técnica. El Intecap, instituto de capacitación, hace un buen trabajo, pero no es suficiente. Es urgente que la universidad nacional, y las privadas, prioricen programas de formación profesional cortos, de uno o dos años, y no licenciaturas eternas.

Empecemos a dibujar un nuevo país. O es ahora, o no será nunca Guatemala.

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