Fernando Cajas

Fernando Cajas, profesor de ingeniería del Centro Universitario de Occidente, tiene una ingeniería de la USAC, una maestría en Matemática e la Universidad de Panamá y un Doctorado en Didáctica de la Ciencia de LA Universidad Estatal de Michigan.

post author

El país se pierde entre un levantamiento social que no encuentra eco en el gobernante de turno, el psicópata manipulador compulsivo Alejandro Giammatei que no solo es renco, sino que es sordo ante el clamor popular que solicita la renuncia de los tres golpistas: Porras, Curruchiche y Orellana. Hemos tenidos presidentes malos, pero este es el peor por mucho. Los audios filtrados sobre la forma en que el juez del juzgado séptimo de delitos de narco, actividad y contra ambiente decide en quince minutos el futuro de nuestra democracia es el reflejo del estado patético del sistema de justicia que tiene de todo menos justicia. Con esas pruebas tan contundentes, el ciudadano Fratti escribió una carta, que no es pública, porque seguro que es otro invento curruchicheano, en la que Fratti está muy preocupado, no de la democracia, no, qué va ser, sino de que se le deben dar dos dólares a cada voto de Semilla y hay que estar seguro porque él escuchó en algún lugar, que no se dice, que dicen que escucharon que Semilla tenía un proceso de cancelación y que hay que cuidar esos dos dólares porque son millones. ¡Válgame Dios! 

O sea, el ciudadano Fratti usurpa las funciones de la contraloría de cuentas y trata de llevar algún argumento al juzgado contra narco, actividad y lavado de dinero. Como saben que no tienen nada en materia electoral se llevan su invento, el caso en reserva contra Semilla, que está más guardado que Guillermo Castillo, y eso es bastante. Sin duda que Orellana, ahora en Panamá buscando inversionistas, les dijo, tráiganme algo en mi especialidad: narco, actividad y lavado de dinero.  Así las cosas, en la bella Guatemala uno solamente puede concluir que el Ministerio Público no tiene nada contra Semilla, nada de nada. Lo único que tienen es una narrativa falsa mal hecha. 

La frágil democracia nuestra siempre ha tenido como enemigo principal a grupos de derecha, venidos a menos con la superación de la guerra fría, 1960, época donde el mundo solamente se observaba en blanco y negro, esto es, con esa miopía de la simetría perversa de izquierda-derecha entre capitalistas y comunistas. Esa falsa dicotomía no fue superada ni por Méndez Ruiz, ni por Fratti, ni por Fallas, ni por todos los golpistas de derecha extrema, ya sean sirvientes o dirigentes del Pacto de Corruptos, y al no superarlo siguen viendo un mundo lleno de comunistas. Yo, tú, ese y aquel, esto es, Yo Cajas, tu Marroquín, esa Barrera y Arévalo, con comunistas, rojitos, chairos, pues en su nueva dicotomía chairo-facho.  Pero el comunismo nunca existió, solamente en la mente de los políticos y militares gringos de los años 50, léase Eisenhower como dirigente principal de la guerra fría.   

Realmente las ideas básicas del comunismo popularizadas en aquella triste década de los 50 del siglo pasado son dos: Que todo es de todos y de que en esos países se comen niños. Eso nunca existió en la realidad. Solo hay un país que se dice comunista y es Cuba, la bella Cuba, territorio de experimentación soviética, que pudo sobrevivir a pesar del bloqueo de los Estados Unidos, creando una intensa codependencia con Rusia. Cuba es un colapso social anti democrático. China se dice comunista, pero en la realidad es más capitalista que la Universidad Francisco Marroquín y el mismo Manuel Ayau.  Cuba en la quiebra y China, una potencia capitalista que compite con los Estados Unidos por el podio capitalista. Hay una Corea, la del norte, que se dice socialista como Venezuela y Nicaragua, estas dos últimas en el colapso total. Ni siquiera la antigua URSS, Rusia, fue comunista. Esa dicotomía capitalista-comunista es falsa. 

Los diez años que viví en Estados Unidos fueron suficientes para entender que hay capitalismo frío y capitalismos con más visión social. El capitalismo tiene una crisis existencial, siempre la tendrá, pero hay que ver las versiones de Canadá, Finlandia y Suecia que hacen pensar que es posible mejorar el capitalismo. Pero Semilla no es un partido de comunistas, ni siquiera de socialistas. Como en la revolución de 1944, este intento nuevo del 2024, es otro intento de modernización de la economía y de la política guatemalteca porque fuimos capturados por la corrupción con quien hemos vivido en la formación de una democracia que tiene que hacerse camino en una tierra de altísima diversidad biológica y cultural. En eso estamos, peleando con ladrones para que acepten vivir en democracia y que reconozcan que Guatemala es un país mega diverso por sus culturas, su fauna, su flora, sus pueblos. 

Si fuésemos ingenuos, podríamos pensar que ese temor por un comunismo inexistente, hace que Méndez Ruiz, Fratti y Orellana atenten contra las elecciones presidenciales, tienen terror de que quede Arévalo. Pero si somos realistas, estos desean asegurar su vida de privilegios, riquezas y opulencias a las que le ha acostumbrado el robo permanente de las arcas nacionales, el Estado a su servicio. En qué otro país una fiscal con título falso de doctora puede ser la jefa del ministerio público. En qué país un ingeniero químico que no es ingeniero, menos químico que vendió su cotizado cuerpo para tener un diploma, de lo que no es puede ser el jefe de jefes del Centro de Gobierno, cuando lo hicieron más poderoso que los ministros y que a la misma presidencia. Estos farsantes fabricantes de títulos falsos son los golpistas, gente inepta e inmoral queriendo vender todo el país. A eso hay que agregar que tienen compromisos con sus nuevos, sucios, con sus nuevos socios: los narcos y coyotes que capturan cada vez más al Estado guatemalteco. 

Aun dentro de esta crisis por defender nuestra frágil democracia hay que tener claridad con los problemas de fondo de Guatemala, los problemas existenciales. Uno de los problemas que requiere una reflexión de fondo es la desnutrición asociada a la pobreza, la cual está asociada a la falta de tierra para cultivo, lo cual está relacionado con la carencia de recursos financieros, cuya ausencia es la ausencia de trabajos dignos que hay, pero pocos porque no se permite un crecimiento sostenido de empresarios, se forman poco y pocos se forman bien. Realmente no hay trabajos porque en general el sistema económico guatemalteco es tradicional y no requiere de mano de obra calificada y eso porque la educación no es pertinente. No hay conexión real entre educación y sociedad, las escuelas y universidades capturadas por capos, narcos, ladrones, llámese Joviel Acevedo y Walter Mazariegos, no entienden de pertinencia educativa. 

El problema de fondo de la desnutrición es parte de una problemática más compleja, sistema de problemas interconectados. No hay formar de analizar, menos resolver, problemas aislados sino se entiende la complejidad de su interconexión. Esos problemas son factibles de ser comprendidos y se pueden empezar a resolver si se entiende la complejidad en la que están inmersos. Sin embargo, si esos problemas se afrontan desde el marco de la democracia primero hay que salvar nuestra atacada democracia. El problema de fondo es la crisis electoral producto de la judicialización de las elecciones a través de la intervención del Ministerio Público, que jura y perjura ahora que el fraude se hizo desde el sistema de información preliminar llamado TREP en asociación ilícita con las juntas electorales que tuvieron cuidado de cometer fraude con las boletas de presidente no así con las de diputado menos con las alcaldías y así sigue la trillada agonía del Pacto de Corruptos.  

Pero lo primero es primero. Debemos salvar nuestra frágil democracia de este golpe de estado en cámara lenta que nace, crece y se desarrolla en el mismo funeral de la anunciada muerte del Pacto de Corruptos. O es ahora o no será nunca Guatemala. 

 

Artículo anteriorLa moral de los repudiados
Artículo siguiente15 minutos