El proceso electoral guatemalteco le salió al revés al Pacto de Corruptos. El Tribunal Supremo Electoral, TSE, un órgano que debiera ser independiente, fue totalmente cooptado por el Ministerio MP, casi inmediatamente después de que se dieran los increíbles resultados de la primera vuelta electoral. El plan fue crear en el imaginario de los guatemaltecos la idea de que Semilla fue ilegalmente formado, que siete difuntos firmaron la fundación del partido, que son comunistas y que Bernardo Arévalo es uruguayo. La narrativa del MP es una fiel copia de la participación de la candidata Sandra Torres en el único debate al que asistió, porque la obligaron sus jefes de Alba Visión.
Ya ubicado el MP como ente investigativo en materia electoral ahora esperan con ansias los resultados de la segunda vuelta. El MP como parte integral del Pacto de corruptos apuesta todo a Sandra Torres. A juzgar por las encuestas de intención del voto, los resultados del próximo domingo 20 de agosto serán claramente a favor de Bernardo Arévalo. A pesar de ello, el Pacto de Corruptos no pierde la esperanza de que suceda un milagro. Pero sino sucede, toda la maquina jurídica esta enfocada en avanzar el Golpe de Estado en cámara lenta que inició justo la noche en que Semilla pasó a segunda vuelta.
En vísperas a la elección de la segunda vuelta guatemalteca, el camino al fraude está claro. A pesar del entusiasmo de los votantes pro Semilla y de aquellos que no son de Semilla, pero que miran en este Movimiento Político una opción al cambio, a pesar de ellos, el Pacto de Corruptos sigue el guion que Méndez Ruiz le ha impuesto a la Señora Fiscal, Consuelo Porras. El Pacto de Corruptos ha apostado todo a la «investigación» de Curruchiche, a la guía oportuna de la Elite Depredadora y al terror que le tienen los corruptos al cambio de poder en Guatemala. Por eso harán lo imposible porque Arévalo no sea presidente.
Ante este escenario catastrófico para todos, menos para un puñado de corruptos, el país se encuentra en una especie de equilibrio inestable, tanto así que ni siquiera Almagro quiso seguirle el juego sucio a Giammattei y sus aliados, para quienes las horas están contadas. Desesperados en su madriguera, mueven piezas aquí y allá, construyen escenarios de esto y aquello, evalúan que dirá los Estados Unidos y en contra de todo pronóstico diplomático, se lanzan contra Bernardo Arévalo, justificando que es comunista, uruguayo y que tiene barba. Así las cosas, sólo nos dejan una opción: Defender los resultados de esta elección.
Ya no hay marcha atrás. Los guatemaltecos sabemos que esta es nuestra oportunidad de salir de subdesarrollo. Sabemos con claridad que es ahora o no será nunca. Sabemos que tendremos que luchar y sabemos que lo haremos. Sabemos que defenderemos, con uñas y dientes, con todo, con todo; los resultados de esta elección porque ese es nuestro futuro. No habrá Golpe de Estado porque nosotros no dejaremos que sea.