Fernando Mollinedo

mocajofer@gmail.com

Guatemalteco, Maestro de educación primaria, Profesor de segunda enseñanza, Periodista miembro de la Asociación de Periodistas de Guatemala, realizó estudios de leyes en la Universidad de San Carlos de Guatemala y de Historia en la Universidad Francisco Marroquín; columnista de Diario La Hora durante 26 años, aborda en sus temas aspectos históricos, educativos y de seguridad ciudadana. Su trabajo se distingue por manejar la palabra sencilla y coloquial, dando al lector la oportunidad de comprender de modo sencillo el universo que nos rodea. Analiza los difíciles problemas del país, con un criterio otorgado por su larga trayectoria.

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Fernando Mollinedo C.

Puede decirse que, una universidad es excelente cuando es capaz de ofrecer servicios de calidad a los estudiantes y a la sociedad de donde ellos provienen, proporcionándoles una educación integral que les permita ser capaces para enfrentar y solucionar los diferentes problemas que se presentan en la vida cotidiana y laboral.

Para el conocimiento general de la población, es necesario saber cuál es la calidad de la educación superior, me refiero al nivel universitario de los 16 centros académicos con que cuenta el país para atender a la población estudiantil que busca la profesionalidad en determinadas disciplinas científicas, técnicas y sociales.

De éstos, uno es estatal, 12 son privados y 3 son indígenas comunitarias e interculturales; los cuales ofrecen carreras de pregrado (técnicas), de grado (licenciaturas), maestrías y doctorados. La oferta de estudios es de 1,086 carreras de las cuales 729 son ofertas privadas y 357 públicas.

Puede decirse en términos generales que las universidades persiguen proporcionar a los estudiantes el compromiso formal que establece la universidad con el conocimiento, el desarrollo del país y la formación integral de los estudiantes por medio de la calidad educativa.

La universidad nacional tiene como obligación generar una oferta educativa con suficientes recursos humanos capacitados y con las condiciones materiales adecuadas a sus fines. En el caso de las universidades privadas, éstas tienen como último objetivo garantizar y concretizar la inserción laboral de sus egresados en el supuesto de contribuir de esa forma a mejorar la calidad de vida de la sociedad.

Al utilizar la palabra calidad es aludir a la finalidad que se persigue y que, en el caso de la educación universitaria es la formación profesional de la persona; para ello, es imprescindible la calidad docente del equipo de profesores, maestros y catedráticos que posean en su formación profesional la especialidad en pedagogía y didáctica y a la vez una especialización en investigación científica del curso a impartir.

Para que los alumnos tengan una excelente comprensión de la disciplina que estudian, es fundamental que se cuente de manera indispensable que los catedráticos posean el arte de hacerse entender y comprender utilizando recursos propios como el dominio completo del tema para dar explicaciones y aclaraciones, así como recursos tecnológicos auxiliares para su función didáctica; sea esta actividad presencial o a distancia.

Respecto de la calidad docente que deben tener los catedráticos para impartir sus clases, es necesario decir que no debe ser un mero transmisor de conocimientos que dicta sus enunciados con un vocabulario técnico sofisticado e incomprensible para la mayoría de los alumnos, puesto que de ser así no logrará ni captar la atención de los alumnos y mucho menos la comprensión de lo que pretende enseñar. Un docente de calidad es aquel que insta a sus alumnos para lograr un aprendizaje profundo y respeta los diferentes estilos de aprendizaje por parte de los estudiantes; debe estar y expresar satisfacción por el servicio educativo que presta.

Sin embargo, con la aplicación de la educación a distancia es común saber de maestros, profesores y catedráticos que presentan una gran deficiencia en cuanto a su formación académica, hay tiranos a quienes les fascina demostrar su magister dixit, los hay también que se dedican únicamente a leer sus notas, otros hablan “entre dientes” y otros que duermen a los alumnos.

Es cierto que, “en la viña del Señor” hay de todo, es decir que encontraremos docentes universitarios muy buenos, que tienen conocimiento pleno de las materias que imparten y que permiten la participación directa de los estudiantes en el proceso de enseñanza aprendizaje.

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