Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com
No creo en las casualidades. Menos cuando se trata de acciones que involucran a este gobierno de Alejandro Giammattei.
No es casualidad que el titular de la FECI anunciara la semana pasada, tan sólo unos minutos antes de que el TSE oficializara los resultados de la primera vuelta, que el Juzgado Séptimo de Instancia Penal ordenó la suspensión de la personalidad jurídica del partido político Movimiento Semilla y que no podrían ser adjudicados en sus cargos, los candidatos de dicho partido. Cabe la pregunta, ¿Por qué el MP aún no ha investigado el uso de recursos públicos (nuestros impuestos) en la campaña presidencial del partido oficial, pero sí ha sido más que diligente para cerrar el partido Semilla?
Asimismo, no fue casualidad que el jueves 13 de julio en la madrugada un grupo de integrantes del MP, fuertemente armados y con gorros pasamontañas, allanaran las oficinas del Registro de Ciudadanos para secuestrar documentos del partido Semilla.
Tampoco es casualidad que se hayan colocado barrotes de metal alrededor de la sede central del Ministerio Público, y que la misma aún permanezca aislada del exterior. De igual forma, no es casualidad que durante el jueves 13 de julio un grupo de militares estuviera de guardia en los alrededores del Palacio Nacional. Las explicaciones del titular de la Cartera de Defensa simplemente son risibles y además ya tenemos evidencia de que desde Casa Presidencial se reprimen las manifestaciones con violencia, como fueron las manifestaciones de noviembre del 2020.
Cómo va a ser casualidad que dos ministros, el de Economía y el de Energía y Minas, quizás en un insólito arranque de decencia, renunciaran exactamente en la misma semana en que se dieron los acontecimientos citados con anterioridad, y que el secretario de comunicación de la presidencia, Kevin López, recalcara en su comunicado que los motivos de ambas renuncias eran “estrictamente personales”. Nadie había pedido dicha explicación y obviamente el funcionario a cargo de comunicación no ha destacado precisamente por su proactividad.
Menos casualidad aún, es que el sábado 15 de julio el exconvicto Manuel Baldizón fuera visto ingresando en el edificio de la sede central del Ministerio Público, supuestamente para realizar el marcaje de huella digital en el registro biométrico de dicha entidad. Estas explicaciones fueron aún peores que las del ministro de la Defensa.
Ni siquiera es casualidad que, entre la semana pasada y esta semana, es notoria la publicidad gubernamental destacando, como no, los supuestos “logros” del presidente Giammattei en materias como educación y economía, entre otros. Bla, bla, bla, como dijo el mandatario cuando fue a votar. También la titular del MP se reunió con el Arzobispo Metropolitano en un intento de lavar su ya deterioradísima imagen, y el tiro le salió por la culata porque la versión del Arzobispo es muy distinta a la vertida por la fiscal general.
Todo lo anterior no es casualidad. Son acciones planificadas, premeditadas y encima alevosas, que personas inescrupulosas han maquinado para evitar a toda costa que el partido Semilla pueda pasar a segunda ronda.
Se vienen más acciones, ninguna de ellas será casualidad, para intentar frenar la incómoda candidatura que el presidenciable de Semilla representa. Y es que resulta evidente que desde la cuarta y sexta de la zona uno se giran las instrucciones, cada vez más desesperadas, para sacar a Semilla de la contienda.