Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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El nombramiento del señor Álvaro González Ricci como presidente del Banguat es eminentemente político, no técnico, lo cual quedó claramente evidenciado en su primera entrevista a un medio local, la cual fue publicada el día de ayer.  Es lamentable que el flamante funcionario tergiverse la realidad de forma tan burda.

Indica el funcionario de marras que el comportamiento del tipo de cambio es “normal”, y el mismo se debe a un factor estacional por las compras de productos para la temporada de fin de año por lo que incrementa la demanda de dólares, y que a eso hay que sumarle la factura petrolera.  Dicha demanda asciende a 100 millones de dólares diarios, según González Ricci.  Si uno analiza la balanza cambiaria (la suma de toda la oferta y demanda de dólares del país), la oferta de dólares a la que se refiere, las remesas familiares más las exportaciones, suma una cantidad muy similar a la demanda de dólares, las importaciones que incluyen la factura petrolera, por lo que el efecto neto debería ser neutro.  Por lo tanto, en mi humilde opinión, hay factores adicionales a la supuesta “sobredemanda” de dólares que están afectando el tipo de cambio y no los quieren revelar.

En la entrevista hacen referencia a un comunicado de la Cámara de Comercio de Guatemala (CCG) donde denuncian que el Banguat ha comprado 1,396.4 millones de dólares en lo que va del año, a lo cual el funcionario indica cínicamente que se han inyectado (vendido) 1,019 millones de dólares, ya que inyectan o retiran (compran o venden dólares) dependiendo del comportamiento del tipo de cambio.  En realidad, el Banguat ha comprado 1,694.8 millones de dólares este año, de los cuales únicamente 298.4 millones han sido por la regla de participación y 1,396.4 millones por el mecanismo de acumulación de reservas, instaurado por su predecesor, por lo que claramente se han comprado 66% más dólares de los que se han vendidoLos números evidentemente validan los argumentos de la CCG, no los del funcionario.  Desde su inicio hasta el día de hoy, el Banguat ha intervenido en el mercado cambiario comprando 4,434.8 millones de dólares a través del mecanismo de acumulación de reservas monetarias internacionales.

Indica el presidente del Banguat, refiriéndose a la regla de participación cambiaria, que: “El banco central sigue con la regla cambiaria, la cual ha funcionado bastante bien y es lo que se está haciendo ahora”, y también dice que “…la regla se activa solo por la volatilidad, porque no se quiere cambiar la tendencia y se pone un límite diario”.  Eso es una MENTIRA FLAGRANTE.  A inicios del año 2017 la Junta Monetaria estableció el mecanismo de acumulación de reservas precisamente para modificar la tendencia del tipo de cambio (evidenciado en la gráfica), que venía apreciándose desde el segundo trimestre del 2016 como consecuencia del incremento del flujo de remesas proveniente de los Estados Unidos de América.  En un inicio fue de carácter temporal, pero luego, a finales de 2017, la misma Junta Monetaria dio continuidad a dicho mecanismo volviéndolo permanente.  Cabe resaltar que la participación del Banguat en el mercado cambiario a través del mecanismo de acumulación de reservas es discrecional, no obedece a ninguna regla transparente.

Por último, con la arrogancia y altanería que caracterizan a los funcionarios de este gobierno, el exministro de Finanzas minimiza la devaluación de la moneda indicando que “…ni siquiera se ha llegado al 2% de diferencial”.  Si uno hace la comparación porcentual entre los niveles de 7.70 quetzales por dólar que estaba a mediados de año contra los niveles actuales a los que cotiza el quetzal frente al dólar, que rondan los 7.90 quetzales por dólar, el diferencial es de 2.6%.  Aplicando ese 2.6% en una cadena de suministro (es obvio que el funcionario no lo ha hecho y por eso dice esos disparates), podrá entender que el impacto desde la producción o importación del bien hasta el precio al consumidor final es mucho mayor que el “ni siquiera” 2% que indica el funcionario.

Es sumamente peligroso que una institución eminentemente técnica sea dirigida por un político, cuyas decisiones seguramente no serán basadas en criterios técnicos, más bien políticos.  No está de más recordar que el descalabro económico de muchos países ha sido consecuencia de una deficiente gestión en el banco central, por lo que debemos exigir al nuevo presidente que privilegie a los cuadros técnicos del banco sobre los caprichos de su jefe y del jefe de jefes.

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