Emilio Matta Saravia
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Claramente disociado de la realidad nacional, el presidente guatemalteco participó el jueves pasado en el Investors Summit en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, en donde expuso que Guatemala es un lugar atractivo y seguro para la generación de inversiones, principalmente para el “nearshoring”.
En su intervención, el mandatario habló sobre la macroeconomía y la estabilidad de la moneda durante los últimos 20 años, sin mencionar que son las remesas familiares y no sus políticas, la principal fuente de crecimiento económico y estabilidad cambiaria en Guatemala y que el Banguat hace hasta lo imposible, por medio del mecanismo de acumulación de reservas, para mantener devaluada artificialmente la moneda. También indicó que el año pasado se obtuvieron 3,354 millones de dólares de inversión extranjera, pero no dijo que dos terceras partes de dicha cifra fue la compra de las acciones de la principal empresa de telefonía celular del país a su socio local, es decir, una sola transacción que no genera más empleos de los ya existentes. Como parte de su discurso, dijo que el próximo año Puerto Quetzal, Escuintla, será un puerto inteligente, primero en su género en Centroamérica y el tercero o cuarto de Latinoamérica, resulta obvio que el presidente no entiende de puertos y no sabe que un puerto tan congestionado, con infraestructura limitada y calado poco profundo, como lo es Puerto Quetzal, va a necesitar inversiones muy importantes a nivel de infraestructura portuaria y en los alrededores si pretende tener competitividad. Sobre el tema portuario prometo a mis estimados lectores hacer una columna donde trataré el tema con mayor detalle y profundidad.
Me quedó claro, tras leer en los medios locales la intervención del presidente en el evento de marras, que es obvio que el mandatario padece de ablepsia. La infraestructura vial del país está en un estado calamitoso, literalmente hundiéndose, y la respuesta del gobierno ha sido prácticamente nula a pesar que a mediados de este año el Congreso aprobó un paquete de aproximadamente 3,200 millones de quetzales para el “fortalecimiento” de infraestructura estratégica; un copioso invierno desnuda la realidad de nuestras carreteras. La mitad de nuestros niños padece desnutrición crónica infantil, y el gobierno ha sido incapaz de llevar a cabo un programa coherente para la erradicación de la misma, las entregas de alimentos únicamente han sido utilizadas como herramienta de propaganda del mandatario. El sistema educativo es manejado por un dirigente sindicalista que vela única y exclusivamente por sus intereses, dejando a un lado la formación de nuestros niños. El gobernante dice que su gobierno es “facilitador” para la inversión extranjera, pero instituciones clave como el Registro de la Propiedad (donde se registran propiedades para ser hipotecadas, por ejemplo), el Registro Mercantil (que inscribe empresas y representantes legales de las mismas) o el Ministerio de Relaciones Exteriores (donde se apostillan documentos legalizados que deben ser utilizados en el extranjero) tienen sistemas que no funcionan o que presentan fallas.
La ausencia de infraestructura vial de calidad, de niños sanos y nutridos que asistan a centros escolares de calidad para formarse adecuadamente y adquieran los conocimientos, capacidades y competencias que les permitirán desarrollarse plenamente en su vida, y de reglas claras e instituciones que funcionen, son precisamente los factores que minan la competitividad de nuestro país.
Me imagino que el presidente tampoco les explicó a los inversionistas norteamericanos que, si hay un corte de energía eléctrica en el aeropuerto de Guatemala, no podrán regresar a su país ese día porque perderán su vuelo debido a que el aeropuerto ni siquiera cuenta con una planta eléctrica que funcione.