Emilio Matta Saravia
emiliomattasaravia@gmail.com
CTIM es un acrónimo que se utiliza para denominar las disciplinas académicas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. Es innegable que una inmensa mayoría de los productos, servicios y tecnologías de los que gozamos hoy en día han sido desarrollados por profesionales que han seguido las carreras CTIM. Todos estos avances tecnológicos han permitido que la humanidad mejore su nivel de vida.
No es casualidad que los países que han tenido un mayor grado de inversión en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto a lo largo del tiempo son las naciones más innovadoras del mundo. En casi todos los rankings que uno encuentra, se observan casi siempre los mismos países en los primeros lugares.
Hablaba hace algunas semanas con un colega sobre la transformación que está teniendo China en estos momentos, es muy similar a la que tuvo Japón en la década de los 80’s del siglo pasado y la que tuvo Corea del Sur de inicios del siglo XXI. Este país asiático (China) ha dejado de ser un copiador de tecnología, para convertirse en un generador de tecnología. Y la India viene detrás. El denominador común en el pasado económico de estos países es que iniciaron siendo economías con grandes centros de producción y mano de obra barata. El gobierno dio educación de calidad a toda su población, y lograron transformar su economía a una de innovación tecnológica.
Al igual que sucede con las carreras CTIM, el porcentaje de mano de obra calificada como porcentaje de la población económicamente activa es una herramienta valiosísima que ayuda a medir el impacto de la educación superior en la economía de un país. Por mano de obra calificada se entiende a las personas que adquieren un conocimiento técnico específico en una industria, graduándose de una universidad. La mayoría de las carreras universitarias exige una preparación mínima en matemáticas.
Por lo tanto, la matemática es una materia fundamental en las carreras relacionadas con las ciencias, la tecnología y la ingeniería. Y si algo he aprendido a lo largo de mi vida en todos los aspectos relacionados con mi profesión, inclusive con deportes que he practicado, si uno no domina los fundamentos, sus probabilidades de éxito se reducen sustancialmente.
Y esto me trae a los resultados obtenidos en matemática en 2021 (publicados en varios medios de comunicación) por la mayoría de los estudiantes guatemaltecos. Son resultados alarmantes, ya que la gran mayoría de alumnos no ha obtenido calificaciones satisfactorias en esta materia, hecho que se ha exacerbado, principalmente en el área rural, con la pandemia y la dificultad de los alumnos para recibir clases virtuales.
En lo anterior, tiene un altísimo grado de responsabilidad el gobierno del presidente Giammattei, que, durante la pandemia, teniendo a su disposición el presupuesto más alto que se ha aprobado en la historia de Guatemala, prefirió hacerlo chinche con el Centro de su Gobierno y sus financistas en vez de aprovecharlo para llevar tecnología educativa a todos los rincones del país. Un zalamero del presidente decía esta semana que el Mineduc tiene la “gran oportunidad de elevar la calidad educativa en matemáticas”. Más que una “gran oportunidad”, es la HARTA OBLIGACIÓN de quienes gobiernan el país proveer educación pública de calidad para todos los guatemaltecos.