Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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En una nota del 28 de febrero en La Hora, el ministro de la cartera de Economía indicaba que la economía de Guatemala es “resiliente” ante la crisis de Rusia y Ucrania y que el país podrá hacerle frente a la misma. Según él, ahora que termina el frío en el hemisferio norte, los precios de los hidrocarburos volverán a la normalidad y también indica que gracias a la parte “técnica” del Banco de Guatemala, tenemos una macroeconomía fuerte. Creo que al ministro le falta informarse, mucho, sobre las posibles consecuencias a corto y mediano plazo de este lamentable conflicto armado. Es preocupante su ablepsia.

Ucrania es uno de los principales productores y exportadores mundiales de: trigo, maíz, cebada, aceite de girasol y hierro, además de que cuenta con oleoductos y puertos de donde salen cantidades importantes de petróleo, gas natural y varios fertilizantes (urea, entre ellos), además del resto de productos que exporta, además de que tiene un inventario de barcos mercantes atrapados en el Mar Negro.    Es obvio que un conflicto de esta naturaleza va a afectar indefinidamente los precios de los principales granos básicos (trigo y maíz), que son materia prima para productos alimenticios como pan y tortillas, entre otros. Como el principal mercado de granos para Ucrania es la Unión Europea, esta región seguramente comprará sus granos en América, presionando los precios de los granos mencionados y también de los fletes.

Los precios de los hidrocarburos todavía no cederán. El crudo ya se cotiza por los 110 dólares el barril, lo que encarecerá los costos logísticos a nivel mundial. En Guatemala, ayer ya se vio un incremento en los precios de combustibles de casi 3 quetzales por galón, lo cual viene a confirmar la contumacia del funcionario de marras. Al incremento en los costos logísticos ocasionado por los altos precios del petróleo, hay que sumarle el aumento que seguramente tendrán los precios de sus derivados, entre los que se cuentan gas licuado de petróleo, urea y resinas plásticas, así como los precios de aceites vegetales para consumo humano, que se utilizan para biocombustibles cuando el crudo incrementa sus precios. También se debe considerar que Rusia es uno de los principales exportadores de fertilizantes nitrogenados, fosfatados y potásicos en el mundo (está entre los 5 principales productores mundiales de cada uno).

A los incrementos mencionados anteriormente, hay que sumar la escasez que habrá de los productos mencionados arriba, por dos factores principales. El primero es la restricción en la oferta de granos, aceite de girasol, hidrocarburos, fertilizantes y de medios para transportarlos, producto de la guerra. El segundo es el efecto que van a tener las sanciones económicas impuestas a Rusia en el comercio internacional, debido a que es uno de los principales productores mundiales de granos, petróleo y sus derivados, fertilizantes y productos de origen mineral. Al haber excluido a la banca rusa del sistema Swift, se va a limitar la capacidad de este país de recibir transferencias de fondos internacionales, restringiendo así su comercio y por ende la oferta de los productos que exporta Rusia.

Todo lo anterior va a tener repercusiones en los precios de productos de consumo diario como pan, tortillas y otros alimentos por el incremento en granos básicos, carne de pollo, res, cerdo y leche por el incremento en alimentos para animales, azúcar, verduras, frutas, aceites vegetales por el incremento en fertilizantes, construcción por el incremento en hierro y otros minerales y de los productos en general por el incremento en el petróleo y sus derivados, como las resinas, que son la materia prima principal de los empaques de la mayoría de productos.

Lo más preocupante, es que las estadísticas oficiales que presentan los “técnicos” del Banco de Guatemala no reflejan la inflación real que afecta a todos los guatemaltecos. Pareciera estos datos han sido preparados con el único fin de reforzar la cínica narrativa oficial de que la macroeconomía está bien y que no nos debemos preocupar.

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