Emilio Matta

emiliomattasaravia@gmail.com

Esposo y padre. Licenciado en Administración de Empresas de la Universidad Francisco Marroquín, MBA de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile, Certificado en Métodos de Pronósticos por Florida International University. 24 años de trayectoria profesional en las áreas de Operaciones, Logística y Finanzas en empresas industriales, comerciales y de servicios, empresario y columnista en La Hora.

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Emilio Matta Saravia
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Esta semana, el gobierno de los Estados Unidos de América le tiró un segundo salvavidas al Presidente Alejandro Giammattei, con la donación de 3 millones de dosis, que se suman al millón y medio recibido hace un par de semanas.

El primer salvavidas se lo tiró el Vicepresidente Castillo el 4 de diciembre del año pasado, cuando las manifestaciones en contra del Presidente arreciaban principalmente por la tozudez del mandatario de aprobar “SU” presupuesto: el más alto y desfinanciado en la historia de Guatemala en medio de la crisis económica y sanitaria provocada por la pandemia. A pesar de sus fallidos intentos de disolverlas por la fuerza, atacando incluso ancianos, mujeres y niños, los guatemaltecos acudimos a manifestar nuestro repudio ante el Presupuesto 2021, el Centro de Gobierno y el pésimo manejo de la pandemia.

La primera oportunidad que tuvo el mandatario la desperdició monumentalmente haciendo un show mediático con el presupuesto, que al final tuvo que engavetar, cerró el Centro de Gobierno, pero trasladó a quienes allí laboraban a distintos ministerios removiendo a cuadros técnicos existentes y nunca se investigó la responsabilidad de las autoridades de la cartera de gobernación en los actos violentos de las manifestaciones. Todas las promesas de la conferencia de prensa de marras fueron incumplidas y utilizó al Vicepresidente para que lo sacara del problema.

Pocas, muy pocas veces, la vida le brinda a uno una segunda oportunidad, como la que le dieron los gringos al Presidente. Lamentablemente, está dando la pauta de que no estará en disposición de aprovecharla. El manejo de la pandemia sigue siendo muy deficiente, con un importante incremento en casos diarios y acumulados, además de un serio retraso en la inmunización de la población debido a la falta de vacunas. La negligencia del Ejecutivo y del Congreso por no aprobar una ley de exención de responsabilidades (como el resto de los países) que permitiera negociar con otras casas farmacéuticas los inmunizadores, retrasó las negociaciones con otras casas farmacéuticas, dejando la mesa servida para comprar la vacuna Sputnik V al intermediario Human Vaccine LLC. Se pagaron por adelantado casi 80 millones de dólares, equivalentes a la mitad de las vacunas compradas: 8 millones de dosis, de las cuales solamente 860 mil han sido enviadas (un poco más del 10%). Las vacunas donadas triplican a las compradas. A la fecha no hay cronograma de entrega. El gobernante y sus ministros se empecinan en no dar a conocer el contrato firmado. El negocio tiene un nauseabundo hedor a corrupción. Con todo esto, el Presidente y su ministro de Finanzas inauguraron ayer el Proyecto de Presupuesto 2022 que, según ellos, generará “confianza” y niveles de transparencia a los que “nunca se había llegado”. El Presidente Giammattei no tiene credibilidad. Él solo la ha perdido. Sus delirantes llamados a “unirnos contra la pandemia” no son más que farsas, ya nos ha dado abundantes muestras de que él no cumple.

La carencia de humildad del mandatario le pasará factura. La soberbia de atribuirse logros que no son suyos, como las donaciones de vacunas y el crecimiento económico (impactado principalmente por las remesas), pedir un presupuesto seguramente mayor y aún más desfinanciado, y sobre todo no aceptar el error de comprar la vacuna rusa, poniendo en riesgo la salud de los guatemaltecos, va a terminar de hartar a la población.

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