En 1953 el virus de dengue identificado como serotipo 2 fue aislado por primera vez en las Américas en la isla de Trinidad.
Se calcula que el virus se importó de África propagándose en las islas del Caribe y América del Sur.
Hacia 1978 ya se hablaba del contagio del Dengue en nuestro país y para 1981 se había descubierto que el virus del Dengue está compuesto de 4 cepas. Todas transmitidas por el zancudo y de síntomas similares. Aunque se ha descubierto que el dengue 3 se vincula con casos de hemorragia, siendo el 4 el más inocuo.
El problema que presenta el virus del Dengue transmitido por el mosquito Aedes aegypti, es que son tan pequeños los insectos que pocas veces se conoce su presencia antes de picar.
A lo largo de los años los países infectados han tomado medidas rigurosas para eliminar las plagas, sin embargo, son devueltos por los vientos y los países todavía infestados por el mismo (Estados Unidos, Cuba y otras islas del Caribe, Venezuela) se convirtieron en fuentes de reinfestación para los que habían logrado erradicar el vector.
El fracaso de su eliminación incluyó un escaso apoyo político para los programas, traduciéndose en un manejo inadecuado y en la escasez de personal técnico adiestrado; la resistencia del A. aegypti a los insecticidas clorados y el costo elevado de los materiales, equipos y jornales.
El almacenamiento de agua en los hogares, como las pilas, a las que por cierto ya se les pudo haber inventado con una tapadera corrediza en, acordeón, especialmente ahora que la mayoría son plásticas. Sumándole el crecimiento exponencial de depósitos capaces de contener agua como llantas, latas, botellas y otros, contribuye al aumento de los mosquitos, favoreciendo así la transmisión viral.
Se considera que uno de los factores del rápido crecimiento y urbanización de las poblaciones en América Latina, el Caribe y la mayor cantidad de viajes realizados por la gente, facilita la difusión de los virus del dengue.
Actualmente, circulan por las Américas los cuatro serotipos de dengue, aumentando así el riesgo de dengue hemorrágico en esta región.
El cambio climático también ha tenido que ver con esto, pues anteriormente el dengue se observaba en época de lluvia, sin embargo, estamos ante una nueva época lluviosa y la transmisión no se ha detenido. Por el contrario, estamos viendo cada día más personas infectadas por este virus que no perdona edad, raza ni condición.
Recientemente, supimos de una madre en labor de parto ingresada en el Hospital Roosevelt, quien presentaba y sufría los síntomas del Dengue: fiebres, ardor de ojos, dolor de huesos, malestar estomacal, quien está siendo cuidadosamente atendida por los médicos y enfermeras y las edecanes del hospital.
Estas últimas que iniciaron con 10 integrantes como un proyecto experimental del Doctor Guillermo Echeverría Peralta y del licenciado en periodismo Ricardo Gatica Trejo para atender a los familiares de las personas ingresadas en dicho nosocomio y hoy forman un grupo de 35. Ayer 5 de julio precisamente se cumplieron 20 años de la creación de este nuevo grupo de servicio dentro del hospital Roosevelt a cargo de la licenciada en Trabajo Social Antonieta Siguí.
Una idea que se transformó en un “probemos” y que ha sido replicada en todos los hospitales nacionales, ha logrado brindar tranquilidad y consuelo a los familiares de los hospitalizados y descargar un poco la presión sobre los médicos.
Adelante doctor Luis Arturo Chávez Velásquez, por la salud de los guatemaltecos, por la tranquilidad de las familias, por el bienestar del personal roosveliano.
Quizá la labor es mucha, pero las recompensas serán mejores al ver a los pacientes rehabilitados, compartiendo con sus familiares. Ya llegará el momento en que Guatemala pueda adquirir cualquiera de las dos vacunas contra el Dengue que en la actualidad circulan.
Mientras tanto a cuidarnos, limpiar y sacudir, tapar los recipientes con agua y tirar todo lo que no nos sirve, especialmente la chatarra donde los zancudos pueden poner sus huevos.