Los cambios traen tormentas seguidas de calma y de la Nueva Primavera.
Cuando un Estado no se siente competente para auxiliar y servir correctamente y con dignidad a su población contrata servicios, que brinden la atención. Así ocurrió en Guatemala, cuando el 23 de abril 2020, se realizó el Convenio Administrativo Interinstitucional con el Ministerio de Salud y la aseguradora del Crédito Hipotecario Nacional (CHN), para la adquisición del seguro médico escolar, que tendría cobertura del servicio a nivel nacional hasta un máximo de dos millones seiscientos mil (2,600,000) estudiantes. Con vigencia de un año, pudiendo ser renovado. Lo que se realizó por 3 años.
Y la alegría llegó al pueblo cuando escuchó en las noticias sobre ese nuevo beneficio, porque se supondría que cada uno de los 340 municipios tendrían por lo menos un médico y una farmacia que surtiera las medicinas de manera gratuita para el estudiante y cuyo costo sería absorbido por el Ministerio de Educación. O al menos eso entendimos, porque antes si un patojo se caía de un árbol, pues se llamaba a los bomberos que lo trasladaban al centro de salud o al hospital más cercano si era la necesidad, o lo atendían los paramédicos de los mismos bomberos. Sin embargo, pese a la existencia de 190 centros de salud, 174 centros de atención permanente, 11 centros de atención integral materno-infantil y 48 hospitales, pues, muchas veces no había cómo trasladar al patojo, o no lo recibían porque están rebasados de pacientes. O al menos eso decían. Todo culpa del COVID- 19.
Pero ahora con el seguro escolar, pues los padres se sintieron más seguros. Sin embargo, como todo, «se trabaron las carretas”, pese a que sí se socializó el servicio con la entrega de afiches y volantes a las comunidades educativas, elaboración y adaptación de mensajes en idiomas maternos de audio y video y utilización de redes sociales.
Por ejemplo, en el departamento de El Progreso, que cuenta con 8 municipios, sólo había 4 farmacias en Guastatoya con dos médicos y 4 en Sanarate con 7 médicos. Y si bien el número de médicos rebasaba al número de municipios sólo dos municipios fueron realmente beneficiados porque los habitantes de los otros 6 debían buscar la atención en alguno de estos dos. Dejando de ser pronta y cumplida.
Similar situación se daba en Alta Verapaz con 16 municipios, donde 6 farmacias atendían en Cobán, contando con 14 médicos y una farmacia y un médico en San Juan Chamelco. Situación que se repitió en todo el país. Además el artículo 5, del Acuerdo Ministerial 842-2020, señala que los directores de los centros educativos debían elaborar la nómina de los estudiantes beneficiados por el Seguro Médico Escolar, pero la Procuraduría de Derechos Humanos estableció que no se cuenta con dicho registro. Así que nos pueden decir que se benefició a 2 millones 600 mil escolares, o a 500, pero el costo estipulado fue pagado. Al Crédito Hipotecario Nacional de Guatemala, creado por Decreto Gubernativo 1040 como Institución bancaria del Estado, que decidió crear una agencia de seguros. Y del cual los guatemaltecos tenemos malas experiencias relacionadas con los presidentes y el saqueo al mismo.
El gobierno de la Nueva Primavera ha derogado este contrato creando un nuevo sistema de atención en salud para los escolares, en un convenio entre el Ministerio de Educación con Anabella Giracca al mando y el Ministerio de Salud a cargo de su ministro Óscar Cordón. Iniciando con una línea de llamada al 1528 que conecta al estudiante o su encargado con servicios de salud gratuitos en todo el país.
El ministro de Salud, Óscar Cordón, aseguró haber dado las instrucciones para la pronta atención de los escolares y entregando medicina gratuita y brindando cobertura en gastos funerarios como un complemento del Programa de Salud Escolar como estaba antes.
La creación de este Programa de Salud Escolar surge por señalamientos de diversos sectores sobre su funcionamiento, dudas sobre su cobertura así como deficiencias en beneficio/costo.
Con seguridad el Programa deberá ir afinándose y por supuesto sin el beneficio de la duda. Ya Joviel Acevedo y sus aliados protestaron por este cambio amenazando con “llevar a cabo movilizaciones y medidas de hecho si no se cumplen sus demandas. Aduciendo que la decisión pone en riesgo los derechos fundamentales de nuestros niños y niñas, así como la integridad de la cobertura educativa en Guatemala”.
Habría que escarbar y conocer cuál es el verdadero motivo por el que quiera que se siga pagando una póliza de seguro escolar que está adicionada a su pacto colectivo.
Y si el incendio en las faldas del Volcán de Agua, pareció un primer reto para el nuevo gobierno. Enfrentar a este señor vividor, del Estado y su grupo de seguidores será una batalla que esperamos gane el gobierno y destierre de una vez y para siempre el “tetunte en el zapato de la educación”.