Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

post author

Una fecha que marca la peor inutilidad del Estado de Guatemala para cuidar a su gente, a cargo de la señora Patricia de Morales, encargada de la Secretaria de Obras Sociales de la Esposa del Presidente, llegando hasta la punta de la pirámide de poder.

Jimmy Morales, quien en esa fecha era el presidente de este país para agradecer favores, colocó en un puesto de cuidado de menores a personas que no sabían como hacerlo. Involucrando a una jueza poco comprometida con su trabajo y una agente de policía, dolida y resentida con la vida.   El resultado: 41 adolescentes fallecidas, quemadas vivas, mientras permanecían encerradas en un cuarto que no tenía ni condiciones ni capacidad para albergarlas.

Pero a final de cuentas, ya  habían sido condenadas por sus madres que no supieron como educarlas, por sus padres que abusaron sexualmente de ellas, por un Estado incapaz de financiar las desigualdades e invertir en las mujeres, en las niñas, en la educación, la salud y el bienestar.

El 8 de marzo el mundo conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad: de trato, de salarios, de horarios de trabajo, de responsabilidades, de oportunidades.

Y mientras Naciones Unidas en Guatemala realizaba un encuentro bajo el nombre «Acelerando la Igualdad», reuniendo a las organizaciones de mujeres que por años han luchado desde sus distintas instancias, políticas, culturales, sociales, de vivienda, de empoderamiento, de derecho a la igualdad salarial en el trabajo, del respeto a sus decisiones, a la crianza de sus hijos, al sueño de sus vidas. En las calles aparecían vallas que con letras blancas en un fondo negro decían mujeres inútiles.

Y por un compromiso real o simplemente por un cuidado político, hasta el alcalde de la ciudad protestó. La empresa responsable y su representante trataron de explicar que buscaban crear expectativa sobre un producto para mujeres. El que no creo que quienes lo necesiten quieran utilizar esa marca, después de haberlas colocado en la mente de quien observó las vallas por lo menos un par de siglos atrás.

Dejando nuevamente en el imaginario colectivo, la imagen de la mujer sin capacidad de estudiar, trabajar, empoderarse de sus decisiones, desarrollar un conocimiento creativo y de aprendizaje tecnológico.

Una empresa, que fue la que finalmente aceptó y permitió ese tipo de publicidad, se define como misógina, incapaz de crear algo positivo para el desarrollo de una sociedad del siglo XXI. Y sus directores ejecutivos están  comprometidos a pedir perdón a las mujeres por su falta de visión.

Las mujeres queremos casarnos, criar hijos, darle a la especie la oportunidad de seguirse reproduciendo y reconstruyendo. Pero igualmente queremos una sociedad de la mano de un gobierno y un sector económico que invierta en la dignificación de la mujer y transformación social, donde las mujeres reciban inversión para su desarrollo y oportunidades para involucrarse en puestos de toma de decisiones.

Con espacios seguros, y educación a los hombres para fomentar el respeto a las mujeres, eliminar el machismo de las áreas rurales y el racismo de las áreas urbanas. Empezando por las oficinas del Estado en donde muchas mujeres siguen siendo juguete de los hombres para conservar su trabajo y poner comida en su mesa.

Una sociedad que, aunque veladamente, sigue criticando y censurando a las mujeres que deciden separarse de los hombres que les dan malos tratos. Mientras los juzgados alargan los juicios, los jueces favorecen a los amigos o a quien más paga y finalmente quien la paga son los niños que deberán vivir en hogares separados y con menos recursos, por lo que muchos dejan los estudios para ponerse a trabajar. Que al final sólo será como darle la vuelta a la ruleta y empezar de nuevo.

Por ello, una de las conclusiones de ese evento de Naciones Unidas: “Acelerando la igualdad” fue: que el país debe aumentar su marco de políticas públicas con un compromiso real del actual gobierno “de la Nueva Primavera” con mayor inversión económica para lograr avances, superando las brechas que separan a la población, en el cumplimiento de sus derechos humanos, con una respuesta rápida, acercando los servicios y la justicia a nivel municipal, con campañas de cobertura social que transformen la aceptación de la violencia de género y fortalezcan las capacidades para cerrar brechas y romper vacíos entre los hombres y las mujeres.

 

Artículo anteriorLo necesario de Arévalo, tras la Revolución del 44
Artículo siguienteEjército incauta lancha rápida con posible droga y detiene a cinco extranjeros