Dicen que quien olvida la historia está condenado a repetirla. También le pasa a quien nunca la conoció o a quien su familia, el gobierno y hasta él mismo se negó oportunidades en la vida.
“Dios es Fiel”. Nombre del asentamiento humano bajo el puente El Naranjo del Periférico a zona 7 donde viven unas 104 familias y se estima que hay 86 lotes (D.H). Sólo puedo pensar que el nombre fue elegido para confiar en que Dios les protegería en ese lugar tan apartado, inestable, inseguro, inhabitable.
Una vecina narró que tiene 10 años de vivir en ese lugar y que la madrugada de este lunes, 25 de septiembre, mes de la patria, la tragedia se asentó en el lugar hacia las 02:00 horas y dijo: “me levanté a encender la luz y no había”.
Y yo ahora creo en las palabras de Ríos Montt, cuando decía “no le pongan chorros ni luz a los asentamientos, para que la gente se retire de esos sitios inseguros, ante la falta de agua y luz.”
Las unidades de rescate listas prestas y dispuestas llegaron inmediatamente a donde las autoridades municipales, autorizaron tácita y expresamente la construcción de viviendas al no ejercer la ley de protección a la vida y reconocer la creación de un COCODE. Pero “hicieron oídos sordos” cuando estas personas se quejaron porque el lugar, ya de por si inseguro, se convirtió en un tiradero de ripio y basura, que finalmente junto con la lluvia desbordó una represa y arrasó con lo que a su paso encontró. Tal y como sucedió el 3 de junio de 2018 cuando del Volcán de Fuego salió material piroclástico y provocó la muerte de 431 personas que vivían en los alrededores.
O cuando el 1 de octubre del 2015, la humedad en el talud del cerro al pie del que se construyó el Cambray, se deslizó y dejó, según el Instituto de Ciencias Forenses 282 personas fallecidas de las cuales narra el licenciado Ricardo Gatica Trejo en su libro “El Cambray dos” muchas de ellas sin que se pudieran identificar, al sólo encontrar “restos humanos”. Hecho por el cual dos alcaldes de Santa Catarina Pinula fueron procesados legalmente al considerárseles cómplices de la tragedia, al autorizar que ese asentamiento de 20 casas en la década de 1990, se convirtiera en colonias en 2009, claro pagando el IUSI y servicio de agua.
O como desde principios de este mes los vecinos de la colonia Covias en zona 5 capitalina temen por su vida porque según dicen, una fuerte lluvia que provocó el crecimiento del río Negro, que utiliza una bóveda para pasar entre una montaña frente a ellos, lo que generó el desprendimiento de una gran parte de la montaña.
O como cada invierno este domingo 24 el desbordamiento del Río Platanitos provocó inundaciones en varios sectores, principalmente en Santa Inés Petapa, zona 4, y en el bulevar Villa Hermosa, zona 7.
Algunos ejemplos de la falta de interés de las autoridades por la protección de la vida y bienes de las personas, como dice el artículo primero de nuestra Constitución Política. Por ello las tragedias se repiten ante la falta de vigilancia, control, supervisión y precauciones. Sin que los que salen o entran a los puestos públicos hagan algo real por los guatemaltecos que se ven en la necesidad de vivir en sitios de riesgo ante la falta de instrucción, trabajo y ayuda del Estado.
Para la historia quedaron la colonia Vivibien, los Multifamiliares, los proyectos 4-4 y 4-3 y en zona 6, cuando el Estado construía casas a bajo costo y con facilidades de pago. Pero dejó de hacerlo ante la corrupción de sus funcionarios.
SÓLO NOS QUEDA ESPERAR, CONFIANDO EN LAS ACCIONES POSITIVAS, EN ESTE ASPECTO, DEL NUEVO GOBIERNO AREVALISTA.
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