Edith González
“La temporada de lluvia este 2022 inició a finales de abril, principios de mayo y según el Insivumeh continuará hasta el mes de noviembre”.
Es evidente que la recién llegada temporada de lluvias en el país, a más de causar destrucción de carreteras, siembras, puentes y otras instalaciones, también nos demuestra cómo no estamos preparados para hacer frente a estas emergencias.
Es recurrente, que año con año, a la llegada del invierno se registran emergencias y no es nada nuevo, pues en décadas anteriores los ríos de la costa sur arrastraban puentes, inundaban viviendas y cultivos, provocando muerte, invalidez y cuantiosos daños materiales.
Inundaciones de gran escala en sectores privados, públicos y municipales que, al realizar el recuento, resultaba que los daños eran superiores a los presupuestos, tanto personales como municipales.
Y uno espera que el gobierno esté preparado en principio, para identificar las áreas de peligro y luego para enfrentar cualquier tipo de emergencia.
Unidades de primera ayuda, albergues, maquinaria para habilitar carreteras y puentes, ingenieros que, en las zonas de peligro, delimiten rutas alternas y ante todo garantizar la vida de los guatemaltecos.
Pero… a “ojo de buen cubero”, parece que en el estado de Guatemala nos gobiernan polacos, brasileños, peruanos, colombianos y de otros países. Porque llegó el invierno y con el daño en dos de las más importantes carreteras de Guatemala, pasado el tiempo no hay claridad en lo que van a hacer.
Ahora que se produjeron los daños hay personas que “revelan que cuando se estaban terminando estas carreteras, ahí había una gran laguna… ahí había pozos… eran potreros… las bestias y las vacas ahí pastaban”.
Nadie en el gobierno conocía sobre esas declaraciones. Nadie en el gobierno se dio cuenta que llegaba el invierno y que se debía de mantener vigilancia en la red vial del país y prevenir cualquier alteración generada en esas rutas.
Y se imagina usted… y qué será de aquellas carreteras de segunda en el interior de Guatemala, muchas de terracería. Ahora nos gritan que ahí, donde se han registrado las emergencias, se han hecho trabajos urgentes pero las lluvias arrastran con todo.
Ya en 2017 el ingeniero Grady Hillhouse indicó que los socavones en áreas públicas se generan por malas construcciones que generan filtraciones de agua. Aunque resalta que algunas veces estos se pueden producir por fenómenos naturales, resalta que los últimos acontecimientos como estos son producidos por errores de los humanos, sobre todo al ensamblar tuberías.
Y el ingeniero Eddy Sanchez, exdirector del Insuvumeh indicó hace unos años que si se continúan abriendo pozos para las colonias privadas estamos convirtiendo la ciudad en un queso gruyer, lleno de agujeros que en algún momento, como ahora podrían colapsar. Pero las autoridades no escuchan.
Y no perdamos de vista el informe del Insivumeh que la temporada de lluvia de este 2022 inició a finales de abril, principios de mayo y según ese organismo continuará hasta el mes de noviembre.
Algunos de los ríos que pueden generar emergencias en lo que falta del invierno son Motagua, Las Ánimas, Quetzaltenango. Río Bobos, Izabal. Río Pasabien, Zacapa y Río Las Vacas.
Pero otros ríos también pueden darnos emergencias. Es por eso que el Estado tiene que tener planes para la vigilancia de estas corrientes, planes de prevención y de ayuda llegada la emergencia y planes para atender a eventuales damnificados.
Un buen aliado de las autoridades son los Bomberos Voluntarios que cuentan con equipos y personal en la mayor parte del territorio nacional. Y mientras tanto, cuánto tiempo tenemos que esperar para que habiliten las dos carreteras vitales para la economía nacional.
Y para ajustar más la situación, en los pasados días se ha registrado una red de temblores en el país. Y los agujeros en las calles y carreteras continúan apareciendo en diferentes regiones del país.
RECORDEMOS: la temporada de lluvias deja ya 23 muertos y caos en la red vial.
