Edmundo Enrique Vásquez Paz

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El análisis y la interpretación de lo que va ocurriendo día a día, así como las prospecciones que se aventuran sobre los posibles escenarios a futuro, son elementos indispensables para entender en qué situación se encuentra nuestro país. Pero no es posible limitar nuestra atención a esos aspectos y olvidar qué asunto es importante abordar para salir mejor librados…

Siempre insisto en que la organización ciudadana para fines políticos es asunto indispensable. Y propongo que, cada una de esas entidades, si es seria, debe tener clara consciencia de las “necesidades” que unen a sus miembros. Solo teniendo claridad sobre las “necesidades” que auténticamente tienen, será posible derivar “posiciones” o soluciones puntuales que deseen promover. Una de las expresiones más claras de ello, son los programas de gobierno que proponen los diferentes partidos. Los programas, son propuestas de posición.

Saber diferenciar entre “necesidad” y “posición” es sumamente importante. Es frecuente que diferentes grupos compartan las mismas necesidades pero que difieran en los modos o posiciones que proponen para alcanzarlas.

La costumbre más extendida es la de partir de “posiciones” y que los diferentes grupos se empecinen en hacerlas valer sin, antes, haber reflexionado sobre cuál es la verdadera “necesidad” o “interés” que tiene cada uno y que pretenden satisfacer. Y esto, conduce a confrontaciones que, muchas veces, son innecesarias.

Se obvia que lo más natural es que cada uno genere sus propuestas de solución (o “posiciones”) a partir de sus propias visiones, de su propia “cultura”, de sus propias capacidades o limitaciones de imaginar futuros… pero olvidando que, por regla general, existen muchas formas de posibles soluciones a un determinado conflicto.

 Y que, la base para facilitar que eso suceda, consiste en saber identificar la necesidad básica de ambos,

Esto todo, lo que quiere decir es que es muy importante realizar el ejercicio de la búsqueda, el encuentro y la articulación de la necesidad o interés que subyace a cada una de las posiciones que se externan. 

En los textos sobre resolución alternativa de conflictos o diferencias es común leer o escuchar ejemplos sobre esa diferencia entre “necesidades/intereses” y “posiciones”. Se presentan, con el propósito de animar a que los grupos reflexionen en ese sentido.

Uno de esos ejemplos es el siguiente:

Se cuenta que un “déspota buena onda”, rey al fin y al cabo, caminando en compañía de sus ministros de Estado por las comarcas de su reino, se encontró con un bello lago y, en su centro, una curiosa isla, llena gente pobre y necesitada. Le llamó la atención.

Como era su “día de ser bueno” y sabiendo que su Ministro de Finanzas llevaba en el bolsillo un interesante superhábit en efectivo que, aunque limitado, de algo podría servir, ordenó que le presentaran al Gobernador de la ínsula para conversar con él.

Preguntó el rey del cuento que cuál era la “necesidad” de los isleños. A lo que el Gobernador respondió: “Un puente, Señor Vitalicio, es lo que deseamos todos en la isla”… 

Luego de consultar con su Ministro y ver que la plata no alcanzaría para eso, le dijo que eso superaba sus alcances y se despidió recordándole que en diez años volvería…

¡Se les desperdició la oportunidad! Misma que, si hubieran conocido su verdadera necesidad –que era la de estar comunicados con tierra firme de manera segura y rápida–, no se les hubiera escapado. De haberla sabido articular correctamente, el Excelentísimo Señor Presidente bien les hubiera podido donar la lancha que su Ministro de Gobernación le acababa de decomisar a unos traficantes en un caudaloso río aledaño y, con eso haber resuelto la auténtica necesidad de los isleños. Necesidad consistente en poder sacar de la isla a los enfermos y conducirlos a un puesto de salud sin necesidad de hacerlo a nado… poder sacar sus productos y venderlos en los mercados cercanos, poder enviar a sus niños a la escuela…

Lo del puente era una “posición”, así como lo hubiera sido la de contar con un helicóptero o cuánta más. Posición para satisfacer la necesidad –para ellos, oculta o inarticulada…–.

Se quedaron sin la lancha y sin el puesto de trabajo que hubiera significado la labor de lanchero…

El cuento viene al caso porque hoy, en Guatemala, deberíamos estar pensando con seriedad en nuestras verdaderas necesidades nacionales y preparándonos ya para ser efectivos y eficientes en impulsar su satisfacción.

Son muchos los asuntos que hay que componer. Uno de ello, fundamental, es el que se refiere a la reforma del sistema electoral y de partidos políticos. Y para que no sea un “parche” más en esta nuestra historia de “parches” y “chapuces” en las que estamos atrapados, debemos proceder adecuadamente. Los diferentes grupos de interés que constituimos este país, debemos participar en la identificación de las verdaderas necesidades nacionales en este tan importante tema (porque es determinante para la connotación de todo lo demás) y ponernos de acuerdo sobre ellas.

Es después de lo anterior que deberemos exponer o plantear nuestras diferentes visiones y propuestas para alcanzarlas. De esta manera, habremos hecho una verdadera contribución al diseño de nuestro país. Habremos logrado acuerdos sobre lo esencial, algo que en Guatemala nos falta. Y, a partir de ello, será muchísimo más fácil llegar a acuerdos sobre la forma de satisfacer esas necesidades

Y hacerlo urge. No debemos olvidar que la actual Ley Electoral y de Partidos Políticos (Art. 256 Bis) abre esta importante oportunidad. Y tener consciencia que no es una ventana para estar abierta para siempre.

“Artículo 256 Bis. Comisión de Actualización y Modernización Electoral. Al concluir el proceso electoral se establecerá la Comisión de Actualización y Modernización Electoral, cuyo objetivo es evaluar el proceso electoral finalizado y de ser necesario, presentar propuestas de reformas que fueren procedentes a la presente Ley. 

Las organizaciones sociales, académicas y políticas, podrán presentar sus propuestas a la Comisión. 

El Tribunal Supremo Electoral, de ser procedente presentará la correspondiente iniciativa de ley, ante el Congreso de la República, quien tendrá que conocer de las mismas previo a finalizar el primer período ordinario de la nueva legislatura.”

En un siguiente texto, me referiré a interesantes ideas y criterios de varios importantes personajes que han escrito y analizado el tema desde la perspectiva de diferentes países y circunstancias. Entre ellos el francés Jean–Marie Guéhenno, el clásico italiano Norberto Bobbio, el español Manuel Jiménez de Parga y el guatemalteco Raúl Barrera. Ideas que pueden servir para alimentar la reflexión sobre Guatemala.

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