Edmundo Enrique Vásquez Paz

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Edmundo Enrique Vásquez Paz

El asunto de la forma en que se comportan los políticos y qué impresión le cusan a la ciudadanía, es importante. Abordarlo, puede conducir a interesantes reflexiones.

Los siguientes, son algunos de los párrafos de un libro (Vásquez, E., Guatemala, un país que merece gobernarse a sí mismo, Serviprensa, Guatemala, 2015) en el que se tratan algunos aspectos del tema. Entre muchos otros. Siempre orientados a la toma de consciencia ciudadana sobre el Estado de Calamidad en que se encuentra nuestro país y la necesidad de que nos decidamos a actuar para rescatarlo y darle rumbo.

Los párrafos están numerados para facilitar la localización de las ideas que interesen y se puedan compartir con otros con el ánimo de conversar y discutir con ellos. La idea es presentar criterios y opiniones que motiven a la reflexión.

“34. [Entre la ciudadanía], existe una generalizada manifestación de extrañeza respecto a la actuación de los políticos. Se dice que cómo es posible que, a éstos, ya en el ejercicio del poder público –y como si fuera el producto de un embrujo–, se les desaparezca el sentido común y empiecen todos a actuar de la misma y tradicional manera. Incluso en contra de lo que pregonaron en campaña. Este reclamo implica una singular pretensión: que los políticos cambien, o que la nueva generación de políticos sea diferente – ¡como por arte de magia!–.

“35. Lo anterior, sólo se puede explicar reconociendo que en nuestra sociedad no existe claridad sobre el concepto de “ser político” y nadie demanda que, los que lo aparentan ser, lo sean efectivamente. Diferente es lo que ocurre cuando la falsedad se da en el ejercicio de otras profesiones: a un músico, el público podría abuchearlo ante un ejercicio ofensivo de su arte; a un mecánico chambón, se le negaría el pago por causa de haber descompuesto más el automóvil; a un médico que ejerce falsamente, se le podrían calificar de brujo y llegar a sufrir horribles consecuencias; …

“36. Existe poco conocimiento sobre lo que los políticos deben saber hacer y, así, poder velar porque lo hagan bien. Igualmente, se desconoce por qué es necesario que en una sociedad haya políticos y que ellos sean buenos. No se entiende que esto es exactamente igual a como ocurre con la necesidad de que una sociedad cuente con buenos panaderos, con buenos ingenieros, con buenos médicos, con buenos abogados, campesinos, policías, periodistas, músicos, deportistas, maestros y poetas.

“37. Se desconoce cuál debe ser la función de los políticos, por qué y para qué son necesarios y qué características deberían tener en un caso como el de nuestro país. Y, lo más importante: se ignora quién o quiénes son los que los deberían calificar de “políticos” y concederles el derecho para ejercer ese tan importante oficio. [Nota: No es posible que a cualquiera que toque a nuestra puerta presentándose, por ejemplo, como Contador calificado le concedamos, sin verificar quién lo acredita y que historia laboral tiene, el manejo de nuestras cuentas …].

“38. No se comprende cuál debe ser “la relación entre el político y la población” (ya sea organizada en grupos de interés y de presión; o en partidos políticos). Esto es de vital importancia. [Nota: Los estudiosos, apuntan que el político es el “mandatario” obligado a actuar en representación de amplios grupos de ciudadanos con el propósito de que los intereses de esos grupos se puedan llegar a transformar en proyectos políticos tales como leyes, programas o proyectos concretos].

“39. El político ungido como tal por sí mismo no es, necesariamente, un político. Este es el caso de los que son dueños de las máquinas mediante las cuales se puede acceder al ejercicio de la función pública vía elección popular: los partidos políticos.

“40. En Guatemala, necesitamos políticos que sean calificados y escogidos como tales por los grupos organizados de los cuales ellos son parte. Sólo así tendremos la suficiente garantía de que su actuar sea en correspondencia con los intereses de sus agrupaciones. El grupo escoge a los políticos por su condición de ser los más aptos dentro de la organización para fungir en un determinado cargo o posición como sus mejores representantes. Y cada uno de ellos (los políticos) asumen el compromiso sabiendo que cuando tengan que hacer valer los programas o acciones que son del interés de los que lo escogieron, contará con su apoyo; lo que le da al político el “poder” necesario para ejercer la función pública. Esto se llama, contar con “adeptos”. Son los adeptos los que dan al político el sustento y el poder.

“41. Aún hay escasa comprensión de que la “causa” real del problema está en la estructura del sistema político partidista existente, en lo que corresponde a la práctica de la política por parte de los partidos, que son las maquinarias o instituciones que “producen” los denominados “políticos”. Esta estructura y esta maquinaria, funcionando de la manera tradicional, es la que permite que el surgimiento de los llamados “liderazgos” políticos no suceda como se apunta en el párrafo anterior, si no que dentro de un estilo mesiánico; un estilo que fomenta la creencia en que la salvación se dará cuando llegue o “aparezca” el buen líder. Para algunos, permeados de esta filosofía, todavía la esperanza está en que surja un buen “dictador” o un buen “sátrapa” …

“42. Pero, lo que realmente nos sucede es que no estamos organizados políticamente y no participamos [¡con lo cual devaluamos la importancia de nuestro propio parecer y voluntad!]. Por esa razón, no contamos con la fuerza necesaria para que sucedan las cosas que deseamos y que deberían suceder.

“43. [En su gran mayoría,] los “políticos”, los “líderes” de la actualidad, no son tales. No es posible creer que lo sean cuando son ellos mismos los que se auto ungen y no son el producto de un mecanismo adecuado y confiable de seleccionarlos de entre un conjunto de miembros de un grupo de interés, que los escoge por considerarlos los más idóneos para que desempeñen el oficio y para que desarrollen las tareas que ese grupo les encomienda. Son, éstas, ideas a las cuales es importante ponerles atención.

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