Dr. Edwin Asturias Barnoya

post author

En 1989 una epidemia de sarampión se amplió de El Salvador hacia Guatemala, provocando mas de 8,000 casos.  Para 1991, la epidemia había causado casi 5,000 muertes en niños y jóvenes, le había costado el puesto al ministro Carlos Gehlert Mata, y develaría la necesidad de robustecer el programa nacional de inmunización con estrategias de puesta al día que lograron que Guatemala se mantuviese libre de este virus por los pasados treinta años.

  El virus de sarampión es uno de los virus más contagiosos para los humanos.  Es diez veces mas contagioso que la influenza y cuatro veces más que el COVID y el virus de polio.  La infecciosidad de un virus es clave porque a mayor nivel de contagio, mas inmunidad comunitaria se precisa para evitar una epidemia. Para mantener bajo control la hepatitis o la polio, basta que ocho de cada diez estén vacunados.  El sarampión por otro lado necesita que más de nueve de cada diez estén protegidos para evitar que se propague.  La vacunación de la niñez en toda América Latina sufrió bajas durante los pasados tres años por la pandemia de COVID.  En nuestro vecindario, la cobertura de vacunación contra el sarampión en El Salvador bajo hasta un 58%.  En Guatemala, la cobertura de la primera dosis de sarampión cerro con 88% y la de segunda dosis con 77%.  Esto significa que al menos uno de cada ocho niños en Guatemala no está protegido contra esta infección.  El ultimo año que Guatemala logro coberturas contra el sarampión arriba del 90% fue en 2017, una hazaña de la ministra Lucrecia Hernandez luego de que el gobierno Perez Molina dejara de pagar por vacunas y botara la protección de cientos de miles. 

El problema de mantener coberturas bajas contra el sarampión es que cada año se dejan desprotegidos y se acumulan 10-15% de niños no protegidos. Eso se traduce en 35,000-50,000 niños por año, o sea cien a 150,000 en los pasados tres años. Y lo peor, es que, por Departamento, las peores coberturas están en la región central, en la que la conglomeración de jóvenes y niños llevaría a una epidemia explosiva.  En los pasados tres años, el área de salud central de Guatemala no ha logrado cubrir a mas del 70% de los niños. (Cobertura de personas vacunadas esquema regular por vacuna y dosis)

En las primeras siete semanas del 2024, la mayoría de los países de la región de las Americas han reportado 653 casos sospechosos de sarampión, de los cuales varias docenas han sido confirmadas en Estados Unidos y Canadá. De los 35 casos confirmados en Estados Unidos una gran mayoría están en el este y sur del país, con los últimos 4 casos en una escuela de Florida, donde padres dubitativos y contrarios a vacunar a sus hijos ponen en riesgo a centenares de colegiales.  Perú y Argentina ya han confirmado 2 casos cada cual, todos importados.  Es cuestión de semanas para que el sarampión toque a la puerta en Guatemala, y a menos que el Ministerio de Salud ponga en marcha con premura una puesta al día en menores de 10 anos en todo el país, el riesgo que la historia se repita persistirá muy alto.

Artículo anterior¿Hacia dónde va la primavera?
Artículo siguiente¿Y César Montes qué?