La jornada del 7 de diciembre inició con movilizaciones desde muy temprano. Al menos tres columnas muy nutridas de personas confluyeron en la Plaza de los Derechos Humanos de la CSJ.
A eso de las 8 a.m., Bernardo Arévalo arribó al punto de encuentro. Ahí lo esperaban algunos simpatizantes y políticos de distintas tendencias. Edmond Mulet, ex candidato presidencial, fue el más visible.
En las gradas de la entrada se unieron a él, líderes de los 48 Cantones, el diputado Julio Héctor Estrada y el ex candidato presidencial Roberto Arzú. Unos 30 minutos después, la marcha enfiló por la séptima avenida, pasó por el Congreso de la República y terminó en la Corte de Constitucionalidad.
La marcha fue muy nutrida, en línea recta dio cabida a más de tres cuadras de personas que asistieron para manifestar su apoyo a la democracia y a la voluntad del pueblo manifestada en las urnas.
El discurso de Bernardo Arévalo frente a la CC hizo referencia a los planes golpistas que pretenden desconocer los resultados electorales y declaró con mucha convicción que no permitiría que estos planes se consumaran.
Participé en la marcha y prensencié los discursos y acá escribo 6 conclusiones de lo que deja esta demostración política.
- Se percibe mucho entusiasmo y apego hacia el gobierno de Bernardo Arévalo.
- Quienes insistan en las medidas golpistas tendrán que saber que las movilizaciones de rechazo serán masivas y que los pueblos defenderán la democracia con mucha vehemencia.
- Es cierto que hubo algunas críticas hacia la presencia de algunos líderes de otros partidos. También es cierto que tanto Arévalo, como Pacheco, de los 48 Cantones, hicieron un llamado a respetar la presencia de quienes, aun siendo de corrientes políticas distintas, tuvieron el deseo de manifestarse en contra de los intentos golpistas.
- La gran mayoría de quienes critican la participación de otros liderazgos en la marcha, ni siquiera asistieron. Desde Twitter, criticar se hace más fácil que hacer presencia en las calles.
- Más que la presencia de algunos liderazgos, sorprende e incluso asusta ver la ausencia de tantos otros líderes políticos, económicos y sociales. Su silencio es muy sintomático. Y,
- No se puede convocar a una Marcha para la defensa de la democracia y pretender que sólo los cuates de mi tribu asistan. La exclusión y los sectarismos son la receta perfecta para ser dominados por élites políticas extractivas bien organizadas. No olvidemos que para construir la democracia se necesitan ciudadanos democráticos.