David Barrientos

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Guatemalteco con educación para el análisis de coyuntura, administración, dirección, alta gestión y coordinación de proyectos de seguridad, defensa, logística y manejo de crisis, con experiencias en el liderazgo de grandes unidades militares e interinstitucionales, actualmente consultor independiente y doctorando en ciencias sociales.

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David Barrientos

Si bien es cierto que las economías liberales no han sido la solución, por los abusos en los que incurren al abrir la brecha entre los desposeídos y los acaudalados en todo el mundo, que es un tema poco tratado y que sea de paso, le da de comer a los intentos de imponer economías controladas, resolver ello es una tarea pendiente de la “Democracia”, dicho sea de paso, es una mejor opción que los modelos socialistas, donde las economías centralizadas han agotado los recursos de algunos países hasta verse al borde del precipicio económico, como lo ha sido la cuba de Fidel Castro, todo ello con el menosprecio de la calidad de vida de los habitantes. Hoy, aunque de manera tardía la Isla empieza a dar muestras no solo de agotamiento económico, sino que su modelo fue un fracaso.
Por alguna razón en 1985 la Perestroika en Rusia libera la economía al estilo occidental; cuando se privatizó la mayor parte de su industria y agricultura, aunque el Estado mantiene la propiedad en áreas estratégicas y su sistema político sea controlado. China impulsa una metamorfosis económica en 1990, liberando la economía y extendiendo la propiedad privada, haciendo crecer a la clase media de manera exponencial, aunque su sistema político sea controlado, a tal punto que ha logrado desbancar a Japón como la economía más importante de Asia y arrebatarle el puesto número dos del ranking mundial. Si quisiéramos seguir podemos comparar a Corea del Sur, que se rige por un sistema liberal pluripartidista de democracia representativa y se encuentra con envidiables niveles de vida de sus habitantes; y una Corea del Norte que se asigna como modelo económico centralizado socialista, y alrededor del 40% de su población vive por debajo de la línea de pobreza. De tal cuenta que los modelos de economías centralizadas o controladas empiezan a contarse con los dedos de una sola mano; agotados por la naturaleza, esencialmente por dos razones: primero porque no está basada en incentivos sino por el temor al castigo que reprime la conducta, contrario a los esfuerzos positivos que tienden a reproducirse. Profundizar en materia económica no es la intención de este espacio, pero sí identificar en cuál de los modelos económicos debieran vivir nuestros descendientes; un modelo que permita el desarrollo humano basado en oportunidades de desarrollo humano, pero no basado en agendas globales de control, sino de incremento de la clase media que permite mejores niveles de vida para grandes conglomerados.

Así como en Cuba, que el Estado no supo resolver los problemas económicos de los cubanos, y que la tendencia es a abrir los mercados; también es cierta la posibilidad, que países con economías abiertas de mercado, que no puedan administrar las necesidades de sus ciudadanos, tiendan por el camino de las economías controladas por el Estado, juego al que los populismos le apuntan gustosamente. Por ello, la experiencia de la década de los años noventa en Rusia y China nos dejan claro que los modelos mixtos con todo y sus inconvenientes son una gran posibilidad. ¿No cree?

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