Danilo Santos

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Politólogo a contrapelo, aprendiz de las letras, la ternura y lo imposible. Barrioporteño dedicado desde hace 31 años a las causas indígenas, campesinas, populares y de defensa de los derechos humanos. Decidido constructor de otra Guatemala posible.

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Danilo Santos

Cuando se urdió el plan para el continuismo de quienes gobernaron los últimos cuatro años y, quienes han negociado con quienes gobiernan cada cuatro años, jamás contaron con que la gente de manera organizada, desorganizada, politizada o no, se uniría en contra del evidente cinismo de secuestrar el poder político e ignorar la decisión popular.

Las protestas han sido variopintas, producto de la dislocación de un movimiento nacional, sin una sola cabeza o una sola organización conductora (nada más antimarxista que esto, para quienes gritan rancios discursos anticomunistas). Alegría, baile, violencia, tensión, ira, descontento, pero, sobre todo, rechazo a Giammattei y Porras, es lo que se ha podido vivir en cada bloqueo, plantón y concentración.

Las soluciones que la gente ha encontrado para el hartazgo, han sido protestar, bloquear. Daña la economía, sí. Se restringe el derecho de la locomoción en ocasiones, sí. Sin embargo, el punto es que no ha habido otra forma de parar el abuso que se estaba cometiendo, que aún pende en el aire y, sobre todo, que se había hecho costumbre social, política y hasta jurídica. Los corruptos no dejaron otra opción a la población, que hacerse escuchar con medidas de hecho.

Por otro lado, el ejemplo que ha puesto a la ciudadanía en general, el liderazgo de los 48 Cantones y las Autoridades Indígenas, es superlativo. Si la juventud busca referentes, ahí los tiene, no en los partidos políticos y en excandidatos que andan buscando hacer campaña cuatro años antes o diciendo abiertamente que lo que quieren es que se repitan las elecciones. Los 48 Cantones y las Autoridades Indígenas, claramente han dicho que el Ministerio Público violó la Constitución Política y que Consuelo Porras debe renunciar, además de que se deben respetar los resultados electorales: no están defendiendo a Semilla, están demostrando que respetan la doctrina donde casi no figuran, pero que le da cierto orden al país. Es decir, están haciendo lo que no se ve por ningún lado que hagan, muchos de los grandes sindicatos y organizaciones, liderazgos derrotados en las urnas y mucha de la intelectualidad supina (que lo sabe todo, pero no hace nada). Están defendiendo la Constitución, la democracia y los derechos de toda la población.

La crisis no ha terminado, falta todavía un buen trecho, pero el hartazgo se solucionaría en buena medida con la renuncia de Porras, y con que la actual clase política empiece a respetar a la población, sus derechos y reivindicaciones. Hablo de alcaldes, diputadas y diputados en funciones y electos. A esos que se esconden y no hablan sobre el Golpe de Estado, sobre la corrupción y el abuso de poder del actual gobierno y el partido oficial.

Independientemente del desenlace, queda claro que la población despertó, y en cada aldea, municipio y departamento, quienes gobiernen a partir del 2024, deben tener muy en cuenta que llegaron al poder para resolver problemas, no para crear más o ignorarlos mientras se llenan los bolsillos o ejecutan sus caprichos. Ya no más.

Para quitar los bloqueos, la única solución es que el pacto de corruptos desbloquee la democracia.

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