Danilo Santos
Cuánta acción y suspenso deberá pasar hasta el 14 de enero de 2024, cuánta sandez tendrá que soportar el pueblo de Guatemala por parte de los obcecados liderazgos del partido Vamos y sus aliados en el Ministerio Público, las cortes, el Congreso de la República y cierto sector de las élites económicas. Al final, “la mano que mece la cuna” surge del tálamo presidencial, eso queda claro para toda la población guatemalteca.
El umbral del asombro para las y los guatemaltecos se expande de tanto en tanto, y nos toca observar “muertos acarrear basura” que se niegan a dejar de formar parte del “pintoresco” paisaje político del país. Los resultados electorales son claros y contundentes, la diferencia entre quien ganó, Semilla, y quien perdió, la UNE: fue brutal. No se esperaba Giammattei, Conde y el resto de la camarilla, que no alcanzara con el músculo gubernamental para hacer que una aliada tomara el poder y así, que la gavilla siguiera viviendo y actuando con impunidad.
El ataque hacia Semilla constituye una clara afrenta a la voluntad popular expresada en las urnas, contiene todo el abuso que desde la autoridad se puede ejercer, significa que la batalla por el país es real y apenas empieza. Tienen mucho que perder al asumir el poder una expresión política que no está alineada con la corrupción y la captura del Estado. El latrocinio y la manera en que se han aprovechado de los recursos del Estado es tal, que están dispuestos a lo que sea para no dejar asumir al binomio Arévalo y Herrera, ganadores absolutos en segunda vuelta.
Los negocios espurios a lo largo y ancho del país al resguardo de la “mano que mece la cuna”, les ha hecho perder el pudor, la sensatez y sobre todas las cosas, cualquier preocupación por el bienestar común, por el país.
Lo actuado desde el Ministerio Público raya en lo absurdo, y juega con un fuego con el que terminará por quemarse. Esta vocación piromanía se ha extendido a quienes han logrado su reelección en el Congreso de la República y quedarían completamente al descubierto en una administración horada, y en ese tenor hay jueces, magistrados, biempensantes anticomunistas y demás yerbas anti todo, anti todo lo que no se parezca a la guerra fría y al maniqueísmo obsoleto del bien y el mal y, todo aquello en lo que ellas y ellos se creen superiores moralmente.
La gente se cansó de sus histrionismos, sus gritos, su bota, su incivilizada forma de resolver la vida y hacienda de las y los guatemaltecos, la ciudadanía no quiere saber nada más de esta clase política que no ha podido sacar de la pobreza a más de la mitad de la población en 37 años. Que roba gobierno tras gobierno. Que ha formado una “sociedad” alrededor de la corrupción. Que han demostrado que no les interesamos en lo absoluto y que están dispuestos a destruir el Estado y la democracia con tal de salvarse del cadalso y seguir robando a manos llenas.
Se acabó. Les devolvemos su consiga: “Con Semilla, vamos, porque vamos”.