Danilo Santos
Según Marx “…la religión tiene un fuerte componente ideológico, ya que justifica las desigualdades de riqueza y poder que se dan en la sociedad”. Escudarse en ella para tomar decisiones políticas, públicas, de Estado, es recurrir al dogma, para que nadie cuestione, para que se acepte lo que se decida porque es la voluntad de Dios. El bienestar, al igual que lo paupérrimo, no es un milagro o un castigo, es algo que se construye.
Invocar el poder divino para que ayude al Presidente a elegir a la persona que ocupará el puesto de Fiscal General del Ministerio Público, es un acto claramente falaz y populista.
A falta de una buena gestión y políticas públicas, este gobierno ha sido el culmen de la ocupación de lo religioso en los asuntos públicos; en lugar de alejarse de cuestiones ideológicas, las exacerban, las imponen. Así vemos iniciativas como la de declarar el 9 de marzo el día por la vida y la familia, para manifestarse desde la institucionalidad contra una supuesta agenda globalista, o lo declarado por el Presidente en la OEA “…Guatemala será declarada a partir del 9 de marzo de 2022 como Capital Iberoamericana Provida”. Ambas propuestas tienen una fuerte carga ideológica, y hay armonía entre el Ejecutivo y el conservadurismo en el Congreso de la República. Así que el listado que saldrá para que el Presidente elija nuevo Fiscal, será uno donde no figurarán quienes sean defensores de derechos humanos o tengan la plena convicción de separar lo público de lo religioso. Esto, va aparejado con que la actual administración salga ilesa al finalizar su mandato y, que exista continuismo en la ocupación cultural de ideas religiosas.
Si no era suficiente la situación social, política y económica en el país, este y el anterior gobierno se entregaron de cuerpo entero a crear una división maniquea peligrosa, donde si no estamos de acuerdo con las decisiones que se toman, estamos en contra de Dios, somos malos, somos, por lo tanto, merecedores de castigo. Están creando las bases para que el pueblo sea manso en lugar de ser pensante, crítico, con la presencia de sus reivindicaciones como revulsivo para hacer crecer lo público de cara al bienestar común. Es pues, populismo religioso, puro y duro.
En el fondo, están reprimiendo a la población, haciendo que esta acepte la inequidad y el abuso de poder por razones religiosas. Así las cosas, hay que perdonar a los corruptos si se arrepienten, al violador, al que mata, al que hace lo que le venga en gana desde el poder político y económico.
La suerte para la elección de nuevo Fiscal del MP está echada. La de las próximas elecciones irá por el mismo camino, partidos invocando a Dios para salvar a la patria. Si no detenemos esto, cuando nos demos cuenta, estaremos sumidos en la más profunda esclavitud de las ideas, en la persecución de quien atente contra la uniformidad, en un país pobre y abiertamente corrupto, pero temeroso de Dios y sus representantes en la Tierra…