Claudia Virginia Samayoa

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Claudia Virginia Samayoa
@tucurclaux

Cuando Guatemala entra en crisis, como estamos ahora, siempre aparecen las voces indicando que debemos concentrarnos en hablar sobre lo bueno para evitar frustrar a las personas y grupos que contra viento y marea buscan prosperar.

Es cierto que es más fácil dibujar el gran cuadro de las cosas que especificar el laberinto que recorren las buenas iniciativas. Pongamos de ejemplo, la recién aprobada Ley de las Vacunas que obliga al Estado brindar vacunación universal y gratuita para lo que exime de impuestos la compra de estas o sus componentes. Esa iniciativa no era nueva, más bien se adeudaba desde hace décadas y la tragedia de la pandemia la puso en vigencia. Ahora toca recuperar los niveles de vacunación para otras enfermedades graves para niños y niñas; así como adultos, cosa que se hubiese evitado de haberse aprobado hace algunas décadas y haber parado la corrupción a tiempo.

Recientemente hemos visto sendos artículos sobre jóvenes científicos que han logrado sobresalir fuera del país, emprendimientos novedosos que logran exportar y artistas y deportistas que triunfan más allá de las fronteras. 9,200 plazas para formación en el INTECAP por acá, unos chips para acercar el internet a menos de un millar de escuelas, funcionarios formados en oriente y microcréditos para mujeres en occidente.

Si, en Guatemala hay potencial y, de vez en cuando, se logra romper la barrera de la desigualdad y la discriminación. Pero ante los millones de guatemaltecos que han migrado no podemos negar que son privilegiados los que lo logran. Lograr que pasen una buena ley en el Congreso, que esta se ejecute y que no se roben el dinero es una verdadera hazaña en Guatemala. Lograr que su emprendimiento pueda tener éxito a pesar de la competencia desleal del contrabando y de los monopolios, o de una burocracia lenta e ineficiente requiere no solo fortaleza sino recursos económicos. Que los pocos jóvenes que consigan la capacitación en el INTECAP consigan trabajo y que les paguen bien será otro gran reto y así podemos seguir hacia adelante.

Con ello no quiero frustrarles, estimado lector y lectora, quiero hacer ver que en una sociedad donde prevalecen los intereses de una élite explotadora, la corrupción y el crimen lograr salir adelante con el esfuerzo propio o colectivo es como caminar en un laberinto. Un laberinto donde las probabilidades de encontrarse al Minotauro y desaparecer son altas.

Por ello, no solo se trata de animarnos a seguir con pasión nuestros sueños que es lo que se pone de moda cuando estamos en crisis. También es importante que trabajemos para que el camino al buen vivir para todas y todos sea más recto. Se lo debemos a los jóvenes y a las próximas generaciones.

Así es que le invito que entusiasmados con todas esas buenas historias y noticias que nos hacen orgullosos de ser guatemaltecos y guatemaltecas nos pongamos a romper los callejones sin fin de laberinto. Este año es perfecto para ello. Se elegirá a: Fiscal General; Procurador de Derechos Humanos, Contralor General de Cuentas, Director del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) y Relatores del Mecanismo Nacional contra la Tortura.

Escoja usted, cuál proceso monitoreará y articúlese con otras y otros para participar activamente o a través de la auditoría social. ¡Rompamos el laberinto donde se desvanecen las acciones buenas!

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