Carlos Rolando Yax Medrano
El gobierno de Alejandro Giammattei ha implementado una estrategia a la que ha denominado “el ABC de la economía” que consiste en tres ejes: a) Atracción de inversiones extranjeras; b) Impulso de las exportaciones; y c) Creación de oportunidades para pequeñas y medianas empresas.
Para el primer eje, la atracción de inversiones extranjeras, uno de los mecanismos principales de los que quiere sacar provecho es el nearshoring, que no es más que el proceso mediante el cual una empresa extranjera subcontrata personal en otro país cercano donde la mano de obra es más barata para ahorrar costos. Un ejemplo claro son los call centers y las maquilas. ¿Acaso no son lo mismo? A primera vista podría parecer la solución a muchos problemas de empleo en el país. El plan del gobierno es ampliar el nearshoring a “sectores más sofisticados con alto potencial de crecimiento en el país como la industria farmacéutica, aparatos médicos, aparatos electrónicos”, entre otros. Un obstáculo para que esto ocurra es que se necesita mano de obra calificada y en Guatemala no la tenemos. Por lo tanto, el nearshoring solo podrá continuar funcionando para la industria textil (es decir, maquilas), la explotación de materias primas y, en mucha menor medida, para BPOs (es decir, call centers).
Para el segundo eje, el impulso de las exportaciones, la estrategia es aumentarlas en un 50%. En 2021, los productos más exportados fueron los artículos de vestuario (textiles), el café, las grasas y los aceites comestibles (aceite de palma), el banano, el hierro y el acero, materiales plásticos, azúcar, cardamomo, bebidas y manufacturas de papel y cartón. El principal inconveniente es que esos productos de exportación no requieren de mano de obra calificada y, en consecuencia, los trabajadores no son bien remunerados. De esa forma, aunque aumenten las exportaciones en un 100%, se seguirán contratando a más personas que continuarán siendo mal pagadas. Con esto, el gobierno no está haciendo más que retomar la premisa noventera de que la clave para la economía es el crecimiento porque el crecimiento, por sí mismo, producirá un efecto “derrame” que sacará a todas las personas de la pobreza. Si fuera cierta, no habría tantas personas migrantes en busca de oportunidades de trabajo en el exterior. Solo el año pasado las remesas representaron un porcentaje similar al de las exportaciones del producto interno bruto.
Para el tercer eje, la creación de oportunidades para pequeñas y medianas empresas, basta decir que el Congreso de la República aprobó desde el año pasado un fondo de Q400 milloncitos, que aún no han sido utilizados. De esos fondos podrán optar a créditos de hasta Q80 mil las microempresas, de hasta Q1.5 millones las pequeñas empresas y de hasta Q3 millones las medianas empresas. Alcanza, a penas, para financiar a poco más de 250 pequeñas empresas, es decir, para darle empleo a entre 2 mil y 20 mil personas de las más de 12 millones de personas económicamente activas en todo el país.
En 2021, las remesas familiares probablemente superarán los USD 15 mil millones. En nuestro país no se puede vivir, solo se puede sobrevivir y, aun así, las oportunidades de sobrevivencia son inexistentes para millones de personas y sus familias, por eso han decidido irse del país. “El ABC de la economía” que ha implementado el gobierno de Alejandro Giammattei no es más que el retorno al discurso que dice que los pobres son pobres porque quieren, porque no hacen lo suficiente para salir de la pobreza.