Carlos Figueroa

carlosfigueroaibarra@gmail.com

Doctor en Sociología. Investigador Nacional Nivel II del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología de México. Profesor Investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Profesor Emérito de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales sede Guatemala. Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Carlos. Autor de varios libros y artículos especializados en materia de sociología política, sociología de la violencia y procesos políticos latinoamericanos.

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Carlos Figueroa Ibarra

Grandes ganadores de la contienda electoral intermedia del 6 de junio han sido Morena y la 4T. Prevalecieron sobre las derechas neoliberal y filofascista que quisieron hacer de la pandemia y la recesión económica, la oportunidad para destrozar la aplastante mayoría con la que ganó en 2018. El cronograma reaccionario para defenestrar a Andrés Manuel López Obrador contemplaba varias batallas: 1. Aprovechar la crisis provocada por la pandemia para ganar la opinión pública a través de la guerra mediática. 2. Ganar la batalla en la Suprema Corte de Justicia para frenar legalmente las reformas y leyes progresistas. 3. Lograr la mayoría en 2021 en la Cámara de Diputados. 4. Desgastado el presidente, usar el referendo revocatorio de 2022 para defenestrarlo. Lo sucedido ayer revela que no triunfaron en la batalla mediática y por tanto no ganaron la batalla electoral de 2021. Quedan pendientes las batallas por el poder judicial y el referendo de 2022 y persistir en la guerra mediática.

El gran desafío de las elecciones del 6 de junio era mantener la mayoría simple en la Cámara de Diputados. Morena y sus aliados lo ganaron. Triunfaron en 184 de los 300 distritos electorales federales (61%). Los datos del Programa de Resultados Preliminares indican que Morena y sus aliados obtuvieron 280 diputaciones. En la contienda por las 15 gubernaturas, Morena y sus aliados ganaron 11 de ellas derrotando al PRI y al PAN con lo cual agregando a las seis que ya se tenían suman 17. Podría sumarse la gubernatura obtenida en San Luis Potosí por la coalición PVEM-PT con lo cual habría 18 gubernaturas proclives a la Cuarta Transformación.

Pero los partidos de la 4T no obtuvieron la mayoría calificada en la Cámara de Diputados (333 de 500 diputados). La derecha logró uno de sus objetivos: la contención de la mayoría oficialista. No podrá frenar a la 4T en el manejo del presupuesto pues ésta tiene la mayoría simple, pero podrá contenerla en materia de reformas constitucionales porque no logró la mayoría calificada. También logró una victoria significativa: derrotó a Morena y a sus aliados en 9 de las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Esto último no es menor, pues la Ciudad de México tiene décadas de ser el bastión progresista en México. No cabe duda que haber sido el epicentro de la pandemia en 2020, la tragedia del metro que costó la vida a 26 personas y la guerra mediática hizo mella en el electorado, sobre todo en las clases medias. También el descontento y división generados en un sector significativo de las bases de Morena por las controversiales decisiones de la Comisión Nacional de Elecciones de Morena al designar candidaturas.

En este proceso electoral Morena y sus aliados obtuvieron victorias y sufrieron derrotas. El balance es favorable: la 4T esencialmente ganó estas elecciones. Pero hay un triunfo mayor como lo evidencian los triunfos y reveses de los partidos de la 4T. Contrariamente al discurso reaccionario, la 4T está haciendo triunfar en México a la democracia.

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