Adrian Zapata

zapata.guatemala@gmail.com

Profesor Titular de la USAC, retirado, Abogado y Notario, Maestro en Polìticas Pùblicas y Doctor en Ciencias Sociales. Consultor internacional en temas de tierras y desarrollo rural. Ha publicado libros y artículos relacionados con el desarrollo rural y con el proceso de paz. Fue militante revolucionario y miembro de organizaciones de sociedad civil que promueven la concertación nacional. Es actualmente columnista de el diario La Hora.

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Para la “convergencia perversa”, evitar la inscripción del binomio presidencial del MLP utilizando los argumentos formales relativos a la falta de finiquito de Jordán Rodas es sólo un cobarde pretexto. El objetivo que persiguen es evitar que se construya una opción política radical que represente electoralmente los intereses de los pobres y excluidos.

Aunque sus aversiones y temores, indisolublemente unidas, incluyen a Jordán Rodas, la razón principal es la ya referida. Él representa para esas élites perversas varias cosas. En primer lugar, su desempeño como Procurador de los Derechos Humanos, defendiendo con decisión y entrega los derechos de los desposeídos. En segundo lugar, porque su participación en las elecciones a Rector de la USAC demostró que, en poco tiempo, un “outsider” tuvo el liderazgo suficiente para retar las estructuras de poder tradicionales. Esto era un peligroso precedente de cara al proceso electoral en marcha. Y, en tercer lugar, el significado que tiene la inteligencia del MLP de ir más allá de su representación indígena y compartir el liderazgo nacional con un mestizo, con lo cual se establece un puente multicultural en la lucha política.

Por eso, a pesar de la escrupulosa estrategia de Jordán Rodas para lograr garantizar su inscripción, actualizando su finiquito reiteradamente, la institucionalidad cooptada encontró la manera de “justificar” su exclusión, recurriendo a groseras maniobras.

A escasos días de cerrarse el período de inscripción de candidatos para participar en el próximo proceso electoral, el MLP ha tenido que decidir entre cambiar su binomio sustituyendo a Jordán Rodas como candidato a Vicepresidente o ser literalmente coherente con la decisión tomada por sus bases en relación a la nominación de su binomio. La legitimidad de esta última opción es incuestionable, aunque resulta coyunturalmente conveniente para los intereses de las élites hegemónicas.

Personalmente, no sé si aún existe el tiempo procedimental y político para la primera opción (sustituir a Jordán). Pero de lo que no me cabe la menor duda es que para las élites referidas lo fundamental es evitar la consolidación de una opción político electoral que, aunque suene contradictorio, está dentro del sistema, pero con la pretensión de transformarlo. Esto es lo inaceptable para ellas.

La estrategia que hasta ahora ha seguido el MLP de agotar las instancias nacionales e internacionales pertinentes para lograr la inscripción de su binomio, ratifica su voluntad política de transformar respetando las formalidades democráticas. Pero la cooptación que existe de la institucionalidad relacionada directa o indirectamente con el proceso electoral hace difícil pensar que esto sea posible. De igual manera, los tiempos del proceso electoral hacen que las instancias internacionales a las que recurren no puedan incidir en él.

Así que, concluyamos diciendo que Jordán Rodas tiene todo el derecho a pelear por su inscripción. Y la dirigencia del MLP tiene toda la legitimidad en su pretensión de ser coherente con lo que las bases decidieron (postular al binomio Thelma Cabrera-Jordán Rodas).

Así las cosas, la convergencia perversa estará muy satisfecha con la consumación de la exclusión. Es, para ellos, un éxito coyuntural, no alcanzan a percibir el impacto que esto tendrá en el mediano y largo plazo.

Pero nosotros, la ciudadanía, lo que debemos entender es que la discusión sobre el cumplimiento o no de formalidades en la inscripción de Jordán Rodas, esconde el terror racista y clasista que caracteriza a aquellos cuyos intereses son coincidentes en la cooptación que han logrado de la institucionalidad estatal.

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