Por: Adrián Zapata
Ayer, AMLO, en la tradicional “mañanera” (conferencia de prensa diaria que da el Presidente mexicano), dijo: “Quiero expresar mi más sentido pésame a familiares de migrantes mexicanos, hondureños, guatemaltecos, que murieron ayer asfixiados en un tráiler. Es una tremenda desgracia, esto ocurrió en San Antonio, Texas. Hasta ahora son 50 los fallecidos, 22 de México, siete de Guatemala, dos de Honduras y 19 todavía sin información sobre su nacionalidad”. También dijo: “Quiero comentar que el 12 de julio voy a tener una entrevista, un encuentro, con el presidente Biden en Washington y este tema (la migración) es central. Es un tema básico a tratar, lo hemos venido planteando, pero hace falta”. El camión fue encontrado en una zona de poco tránsito, cerca de una vía de tren en el suroeste de San Antonio, que queda a unos 250 km de la frontera entre EE. UU. y México. Clic aquí. El Jefe de Policía de San Antonio Texas, William McManues, informó “… que recibieron una llamada cerca de las seis de la tarde, donde un trabajador escuchó gritos pidiendo auxilio y halló el vagón con las puertas semi abiertas y miró a las personas fallecidas”. (Telemundo, Junio 28).
Por su parte, el presidente Giammattei reaccionó a esta tragedia por medio de un trino, donde dijo: “Es imperdonable que se sigan perdiendo vidas inocentes por el tráfico de migrantes. Mis condolencias a las familias de los fallecidos en Texas. Es imperativo que se encuentren mecanismos para el endurecimiento de penas y que el coyotaje sea un delito con fines de extradición”.
Es inimaginable la angustiosa agonía que tuvieron esos migrantes, una tragedia más que ocurre en el marco de la migración forzada. Hace apenas seis meses, murieron otros 49 migrantes en México, tras volcarse el camión en el que viajaban.
En este trágico contexto, resulta relevante señalar la grosera y cínica respuesta del Presidente guatemalteco, contraria a lo que expresa AMLO, quien es coincidente con lo planteado por la Administración Biden, ya que las razones de la migración forzada, en el caso de Guatemala, radican en que los territorios de donde proviene son expulsores de su población, debido a la ausencia de oportunidades para poder sobrevivir. Y esta situación tenderá a agravarse debido al efecto que tendrá en nuestro país la situación prevaleciente a nivel internacional. La crisis alimentaria y la inflación galopante nos sacudirán, a lo cual hay que agregar los efectos de los fenómenos meteorológicos previstos para la actual temporada de tormentas.
Por eso, es de suma relevancia que el tema migratorio se aborde multilateralmente, entre los países de la región centroamericana y los Estados Unidos. La Administración Biden parece tenerlo claro, pero su adecuada comprensión no se concreta en un plan integral y contundente que cuente con la voluntad política de impulsarlo y, obviamente, con los recursos necesarios.
Afirmar, como lo hace Giammattei, que la solución es la represión a los odiosos coyotes y convertir ese delito en uno extraditable, no es el camino. Ello tendrá como efecto subir los costos del dantesco viaje hacia los Estados Unidos para quienes migren buscando el “sueño americano”. Su respuesta es coherente con la visión y práctica de este gobierno, que pretende resolver los problemas sociales a través de la represión. Su patológico autoritarismo y vocación de dictador no le permite ver más allá de ese limitado horizonte.
