Edith González

“Ser provida es defender la vida de los demás desde su inicio a su término como el valor básico sobre el que se asienta la convivencia en sociedad. Ser provida es un compromiso vital que mueve a la acción”.                                                                                                                                                José Pérez Adán

A inicios de semana pasada se habló de la ley 5272 aprobada por el Congreso de la República en la noche de la conmemoración del Día de la Mujer, seguramente luego de desearles feliz día a muchas, aunque no precisamente reconocer sus esfuerzos, derechos y libertades y buscando quedar bien con Giammattei.

Por supuesto le paró el pelo a los médicos porque les amarraba las manos para poder asistir a las mujeres que por una desgracia del destino, incapacidad corporal, un golpe, caída u otro perdieran a su bebé, o se viera en peligro su vida, como ocurre con los cientos de niñas que son violadas y quedan embarazadas, con el aviso de irse presos por 10 a 50 años.

La organización Human Rights Watch indica que varios estudios sugieren que hasta el 30% de los embarazos terminan en abortos espontáneos en una instancia temprana de gestación, y al menos el 10% de los embarazos clínicamente reconocidos culminan por aborto espontáneo.

La medida legislativa -presentada en abril del 2017 por un grupo de parlamentarios encabezados por Fernando Linares Beltranena y Aníbal Rojas Espino que se autodenominaban «provida»-, causó controversia en una sociedad dividida especialmente por el tema de la interrupción del embarazo. Y que en septiembre 2018 ya había pasado a segunda lectura, entonces seguramente para congraciarse con el presidente Jimmy Morales y su Consejo evangélico.

Sin embargo poco duró pues sólo 2 días después y luego de nuevas y numerosas manifestaciones en contra, el presidente Giammattei salió diciendo que él no propuso la ley y no estaba de acuerdo. Por lo que no la aprobaría. Y todos para su casa, que aquí no ha pasado nada. Así las pancartas, ataúdes, carteles y los tenis, fueron guardados, casi sin usar.

Aunque sí, Guatemala fue declarado por una organización religiosa el país centroamericano como «Capital Provida de Iberoamérica». Por personas que no saben que la vida debe tener calidad, que para obtenerla se necesita estar bien nutridos, no morir de desnutrición en el vientre, en la infancia o crecer con ella si hay suerte.

Guatemala registró 3,230 casos de niños menores de 5 años con desnutrición aguda en las primeras seis semanas de 2022, según un informe del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.  Y la cuenta sigue.

Porque aunque diga el presidente que defiende la vida desde su concepción, la realidad en el país que dirige es otra.  incluyendo la incapacidad de llegar a la población con la vacuna contra el Covid, que sigue quitando la vida a los guatemaltecos.

Giammattei también develó un monumento en el Palacio Nacional y renombró como «Patio de la Vida» una de las áreas del edificio histórico.

Mientras muchos nos preguntamos y por qué robarle a la paz en el Palacio de la Cultura. Por qué no crear su propio espacio con su monumento, o mejor aún por qué no utilizar ese dinero para alimentar a los miles de niños desnutridos y sus madres.

Ser provida no puede ser sólo estar en contra del aborto. Sino atender, cuidar y defender la calidad de vida de todo ser humano, su salud física, mental y emocional.

Edith González

hedithgonzalezm@gmail.com

Nací a mediados del siglo XX en la capital, me gradué de maestra y licenciada en educación. He trabajado en la docencia y como promotora cultural, por influencia de mi esposo me gradué de periodista. Escribo desde los años ¨90 temas de la vida diaria. Tengo 2 hijos, me gusta conocer, el pepián, la marimba, y las tradiciones de mi país.

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