En la actualización de casos de Guillain Barré (GB) en la página de internet del MSPAS se señalaba hace un par de días, que los casos acumulados en tres meses suman ya 80 con 5 fallecidos y advierten que el MSPAS continúa con la investigación para determinar la causa. Por otro lado, en el diario Centro América, vocero oficial del gobierno, el 23 de febrero del presente se publicaba que estaba controlada la emergencia sanitaria por GB (72 casos para entonces). De ahí que surja la duda: ante que nos enfrentamos y cual es su magnitud pues los casos reportados son los que han atendido el MSPAS y el IGSS y a nivel de población aún ignoramos sus realidades.
Si realmente fue una epidemia o lo es aún en estos momentos, afirmar que está controlada no resulta tan cierto como lo demuestra el aparecimiento de los nuevos casos; a menos que a lo que se llama controlado, es que se identifican casos y se les atiende. En estos momentos, no podemos hablar de control de causa o causas y determinantes de su aparecimiento y daño, pues ignoramos cuáles son y si existe realmente una epidemia.
Otra cosa que llama la atención a estas alturas es que por ningún lado hay información sobre los resultados de los laboratorios de las muestras enviadas al extranjero y sobre lo que estos arrojaron y a que apunta su análisis.
Algunos antecedentes mundiales de este mal, hablan de posible relación del GB con inmunizaciones y eso al analizar la casuística de casos de esta epidemia, sobresale que un alto porcentaje de padecientes, están por encima de los 30 años (cosa coincidente es que la mayoría de la población mayor de 30 años, es la que se sometió a vacunación nueva en los últimos años, hablo de vacunas de COVID-19; pero también es curioso y en algún informe leí, que un alto porcentaje de los primeros enfermos de GB, no estaban vacunados contra COVID-19 ¿en qué quedamos? . Por otro lado, la situación médica mundial de COVID-19, señala una posible asociación entre COVID-19 y complicaciones tipo GB. Creo que sobre el tema no se ha profundizado lo suficiente o no se ha informado como se debe.
Preocupa también que nada o muy poco se ha hablado sobre “contaminación química o medicamentosa” si sobre alimentaria e infecciosa gastrointestinal, que es sobre la que hay mayor énfasis. Sabido es que la región en que se está produciendo el aparecimiento de casos de GB, es de alta producción e industrialización agrícola y en ella se utilizan y manipulan diversos químicos y no existen controles estandarizados de su uso y destino. Tampoco sabemos de posible relación de casos de GB y uso de productos terapéuticos farmacológicos o no.
Finalmente, es notoria la falta de información al gremio de profesionales de la salud, sobre el comportamiento de la incidencia y prevalencia del problema de GB con más detalle y de los manejos clínicos y del comportamiento de la enfermedad que se está haciendo y sus resultados. Por ejemplo, se desconoce la magnitud de las complicaciones y secuelas que están teniendo los que están siendo afectados y sí discrepan de las conocidas por su severidad y magnitud de los casos usuales que se producen a nivel nacional. Tampoco hay información sobre cómo los tratamientos se comportan y cuáles son sus éxitos y fracaso tenidos.
No es objetivo de esta nota de opinión, señalar errores, la hice tomando este lamentable evento, como lección de la necesidad que tiene con carácter de urgente el sistema nacional de salud, de abrir un programa de alfabetización en salud a diferentes sectores de población, acorde a situaciones y condiciones que está presentando este mal y al papel que corresponde tener a cada sector. Eso demanda de contar realmente con unidades mejor preparadas para informar a la par de una investigación epidemiológica con más recursos y mejores procesos.
Queda dentro de la población la duda de si ese GB fue un evento pasajero que se desarrolló y está apagándose o si realmente estamos ante un evento lento en su desarrollo actual que puede evolucionar a más o menos. Lo que si merece señalarse es que, si no se controla, podría estarse generando el aparecimiento de una epidemia aun de mayores proporciones.
Falta mucho por saberse o informarse sobre este evento y los distintos sectores de población, necesitan distinta información para lograr una mejor participación de todos en la solución, pues es un evento que a todas luces, demanda un enfoque multicausal basado en lo que está sucediendo en estos momentos. Luego es claro que en estos momentos, no sabemos si hemos resuelto la epidemia.