Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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De acuerdo al Sistema de Vigilancia de VIH del Departamento de Epidemiología nacional, en el año 2019 se reportó un total de 1,303 casos de VIH y VIH avanzado, de los cuales el 77% (1,006) eran masculinos y el 23% (297) eran femeninos. Con una razón de por cada 3 hombres infectados hay 1 mujer.

¿Qué tal lectores ¡cómo les va! en este camino brumoso y desconcertante política y económicamente para nuestro país? Espero que al menos hayan disfrutado del día del fiambre, en que me he tropezado con una historia trágica que quiero compartirles.

Sucedió en la costa. Un hombre de 28 años de edad tras tres años de ausencia, falleció a los 4 meses luego de haber retornado de su migración a su aldea, dejando a su mujer embarazada, la que una semana después de haber dado a luz, igualmente falleció, dejando un bebé con claros síntomas y signos de SIDA. 

Como este caso, se dan miles en el mundo y muchos de ellos asociados aun simple hecho: la infidelidad o la promiscuidad con acto sexual sin protección. Esa situación no es por falta de información, inteligencia o formación sino de condicionantes culturales, que nos llevan a satisfacer pasiones, deseos e intereses llenos de machismo y egoísmo que nos exponen a sacrificar a nuestra pareja, anteponiendo nuestros afectos necesidades a nuestro antojo y haciéndonos naufragar en ese mar que son las infecciones por transmisión sexual. producto de falta de cuidado en lo que sexualmente hacemos

¡Entendamos de una vez! no puede haber enfermedad de transmisión sexual, sin portador y acto sexual, y por lo general, los hombres somos los agentes más importantes en esa cadena. Sumemos a esa ecuación la infidelidad y podemos desarrollar la siguiente ecuación: desamor más portador, igual enfermedad de transmisión sexual y ponga atención: más de 66% de los casos reportados con SIDA en 2019 en Guatemala, fue en personas entre las edades de 20-39 años. 

Más allá de la líbido (su mayor apogeo entre 16 y 20 años) el amor activa a la vida consciente, provocando dolores cosquilleos picores hasta -escoja su inquietud favorita- dolor, miedo, ira, desesperación y a su vez paz y tranquilidad. Todas esas sensaciones sentires y percepciones, sabemos que, en la mayoría de los casos, no dejan secuela alguna, quizás unos cuantos lloriqueos. Pero al médico, al psicólogo, le resulta difícil trabajar sobre los microelementos que despiertan las relaciones sexuales múltiples, que propician muchas veces comportamientos negativos, que van relacionados casi siempre a conductas instintivas y caprichosas de parte del don Juan, con pérdida de la responsabilidad a su protección y de su pareja y familia.

El amor es un don, sus efectos sobre el cuerpo no son dañinos; más él no poderle cultivar un acto sexual con protección, eso sí daña tanto al afectado como a los que le rodean. Las autoridades han estimado que, en el 2022 en Guatemala, había un total de 31,000 personas con VIH. El enemigo número uno del acto sexual sin protección, es el egoísmo, que conlleva a actos de irresponsabilidad. Se estima que menos del 50% de los infectados, tiene tratamiento. Si usted es egoísta y está casado o unido infiel, trate antes de comprometerse, a ser responsable en su acto sexual y refúgiese antes de que se derrame su pasión, en la prevención. Si está soltero, también. El 75% de pruebas en nuestra nación, se realiza en mujeres ¡que irresponsabilidad de parte del hombre! la tasa de transmisión maternoinfantil del VIH final, incluido el periodo de lactancia, es de 17.5%. Y recuerde, el SIDA no es cuestión de variaciones sexuales y trastornos de identidad sexual, es de actos sexual sin protección.  

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