Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

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Alfonso Mata

Hace menos de un año, la mayoría de jóvenes y adultos pasaban los días agitados, prendidos en celulares o computadoras, en reuniones de Zoom y desplazándose por las noticias de sus redes sociales. Titulares como «El número de muertos sigue aumentando», «COVID-19 puede tener implicaciones para la salud a largo plazo» y «Sistemas de atención médica topados» y todo un mundo hablando de ello, aparecía ante la pantalla. Y se encontró que produce un fenómeno: Tu estado de ánimo se hunde, pero no puedes dejar de desplazarte. ¡Vaya contradicción! las personas van a la caza de información en tiempos de incertidumbre, es un mecanismo natural de afrontamiento.

Surge entonces la duda en que si la búsqueda persistente de información en las redes sociales, a veces llamada doomscrolling, es útil durante una pandemia o en cualquier crisis. Por supuesto que es lógico pensar, que hay efectos en el estado de ánimo por malas noticias y probablemente sea perjudicial para nuestro bienestar emocional. Y en nuestra respuesta y alrededor de esto, surgen otras dudas como si la angustia mental es cuestión de cantidad: cuanto más tiempo se consumen noticias sobre algo malo, más infeliz se siente uno contra ello. Eso que nos pasa con COVID ¿será que también nos pasa con la política? Más infelices nos sentimos, dentro de una sociedad y contra una institución como el gobierno, que funciona mal.

Siguiendo con el tema se realizaron estudios de COVID en cientos de personas, con contenido del mundo real en Twitter o YouTube, durante dos a cuatro minutos. Los feeds de Twitter y los videos de YouTube, presentaban noticias generales sobre COVID o noticias sobre actos de bondad durante COVID. Luego se midió el estado de ánimo de estos participantes y se comparó su estado de ánimo, con el de los participantes que no se involucraron con ningún contenido en absoluto. Era de esperar me dirán; las personas a las que se les mostraron noticias generales relacionadas con COVID, experimentaron un estado de ánimo más bajo que las personas a las que no se les mostró nada en absoluto. Mientras tanto, las personas a las que se les mostraron noticias de COVID que involucraban actos de bondad, no experimentaron el mismo declive en el estado de ánimo, pero tampoco obtuvieron el impulso negativo esperado predicho.

Estos hallazgos sugieren que estar de dos a cuatro minutos consumiendo noticias negativas sobre el COVID-19, pudo tener un impacto perjudicial en nuestro estado de ánimo. Lo interesante y queda en el aire es: puede ese hartazgo de noticia sobre algo malo (el COVID, la actividad política) llevar a la indiferencia y pasividad; que el uso de las redes sociales haga que las personas se sientan miserables y apáticas. Los estudios tampoco han encontrado una mejora en el estado de ánimo de los participantes, a quienes se les mostraron noticias positivas, que involucraban actos de bondad y se explica que esto puede deberse, a que las historias todavía estaban relacionadas con COVID. En otras investigaciones, las noticias positivas se han asociado con mejoras en el estado de ánimo. Solo cabe recordar que el estado de ánimo, es fundamental para participar en algo y que persiste la duda clave sin respuesta: ¿Doomscrolling hace que la gente sea infeliz, o es más probable que la gente infeliz haga doomscroll?. Destaco que no le estoy sugiriendo que evite todas las noticias y el contenido negativo. Sin embargo, también debemos ser conscientes de nuestra salud mental: de que está pasando en nuestro mundo.

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