Aire más Limpio

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Cortesía - Aire más Limpio
Foto La Hora / Cortesía – Aire más Limpio
Por: Marcelo G. Velázquez B.L.V.
Especialista en Transición Energética y Desarrollo de Bioenergías
Energy for Sustainable Development – eSD
Marcelo Velázquez, de profesión economista, es consultor internacional especialista en transición energética y desarrollo de bioenergías, fue representante de Bolivia ante la Junta Ejecutiva y el Consejo Técnico Económico del Foro de Países Exportadores de Gas, exmiembro del Directorio de la empresa estatal boliviana de gas y petróleo YPFB, ex-Director en el Ministerio de Hidrocarburos y Energías, fue analista senior en la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas y docente de la carrera de Economía en la Universidad Privada Boliviana.

 

La semana pasada, tuve el privilegio de visitar Guatemala y compartir directrices para la formulación de políticas públicas sobre biocombustibles, destacando la experiencia de Bolivia en la mezcla de etanol anhidro con gasolina como aditivo vegetal. Bolivia ha recorrido un camino notable en la adopción de bioenergía, y creo que su experiencia puede ofrecer lecciones valiosas para Guatemala, que se encuentra en un momento crucial para adoptar un mandato de mezcla a la brevedad posible.

Desde 2005, la gasolina en Bolivia está subsidiada y tiene un precio regulado de 0.52 USD/l, lo que ha generado estabilidad en precios pero, a la vez, desafíos macroeconómicos fiscales y monetarios. En 2018, se diseñó una nueva política sobre biocombustibles líquidos con un enfoque integral y adaptativo, enfrentando la resistencia de sectores, preocupaciones sobre calidad, infraestructura y percepción pública de los biocombustibles. A través de la implementación de más de 32 normas reglamentarias, la colaboración con diversos actores y una campaña de desmitificación y concientización pública, logramos transformar los retos en oportunidades.

El enfoque flexible de la norma permitió incrementar gradualmente la mezcla de etanol, comenzando con un mandato de 8% e incrementando gradualmente hasta 25%, sujeto a las condiciones de mercado y producción. Este enfoque permite a Bolivia ajustarse rápidamente a las fluctuaciones de mercado y maximizar los beneficios económicos y ambientales de los biocombustibles.

La colaboración entre gobierno, productores agrícolas, industria y estaciones de servicio ha creado un ambiente de cooperación pública/privada que ha facilitado la aceptación e implementación de la política de aditivos de origen vegetal. Este enfoque ha asegurado que todos los sectores relevantes estén alineados hacia un objetivo común: seguridad energética y alimentaria con soberanía, junto con una economía local fortalecida.

Además, Bolivia ha puesto gran énfasis en los beneficios para la salud pública y el medio ambiente. Reemplazar los aditivos fósiles ha reducido significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, mejorando la calidad del aire y contribuyendo a la salud pública.

La viabilidad económica es un factor determinante. Bolivia ha demostrado que los aditivos de origen vegetal pueden estimular el desarrollo productivo al crear demanda para el etanol producido localmente, reducir los costos de importación de gasolina y disminuir gradualmente los subsidios a combustibles fósiles. Esto ha impulsado el desarrollo productivo, ha mejorado la posición en cuenta corriente de la balanza de pagos y reducido la presión del financiamiento del déficit fiscal causado por subsidios.

Durante mi visita, discutimos desafíos que Guatemala enfrenta en la implementación de una política de etanol. Observé mitos y malentendidos similares a los que Bolivia desmintió. Entre ellos, problemas de corrosión que no son generados por el etanol, sino por agua, y este aditivo es anhidro y no contiene agua; el efecto positivo del etanol en motores ciclo Otto, mejorando la calidad de la mezcla por su alto nivel de octanaje RON, la reducción del desgaste en vehículos, y beneficios en reducción de emisiones de gases nocivos para la salud pública.

Considerando lo anterior, invito a todos los grupos de interés en Guatemala a considerar la implementación de la política de mezcla con etanol a la brevedad posible. La experiencia de Bolivia demuestra que, con políticas bien gestionadas y una estrategia de implementación ágil, inclusiva y flexible, los biocombustibles pueden ofrecer enormes beneficios económicos, ambientales y para la salud pública. Es el momento de actuar, aprender de experiencias exitosas y adaptar las mejores prácticas a las necesidades y condiciones locales.

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