Las mujeres junto a representantes de organizaciones celebraron la sentencia. Foto La Hora/José Orozo

Por Fabiola Toledo

Sentencia histórica es uno de los términos con los que se califica lo sucedido la tarde de este lunes en la Sala de Sentencia de Mayor Riesgo “A”, en donde se dictó condena de 30 de años de prisión a cinco hombres, todos ex miembros de las paramilitares Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), encontrados culpables de haber cometido delitos de violencia sexual contra mujeres Achí en Rabinal, Baja Verapaz, durante el Conflicto Armado Interno.

Los sentenciados son Benvenuto Ruiz Aquino, Bernardo Ruiz Aquino, Damián Cuxum Alvarado, Gabriel Cuxum Alvarado y Francisco Cuxum Alvarado, al ser responsables de delitos contra los deberes de la humanidad.

Activistas de organizaciones se reunieron afuera de tribunales, en medio de aplausos y expresiones de alegría “Qué vivan las Mujeres Achí”, se escucha en el fondo y tomándose de las manos agradecieron con una ceremonia maya, para acompañar a las sobrevivientes de aquellos abusos.

 

Una de la mujeres al ser entrevistada expresó: “Me siento tranquila porque gracias a la jueza, quien tomó en cuenta mi testimonio de lo que he sufrido durante 40 años desde que fuimos víctimas, comenzamos la lucha desde 2011, tenemos 10 años de lucha, tenemos que seguir buscando la justicia, esperamos que el Estado nos devuelva todo lo pasado y que los familiares no nos sigan amenazando”.

Las mujeres junto a representantes de organizaciones celebraron la sentencia. Foto La Hora/José Orozo

CELEBRACIÓN DE COLORES

Con yeso de colores escribieron las dolorosas historias que vivieron y tras 40 años de esperar justicia, hoy las pueden recordar con una nueva sensación en el corazón.

“Tenía 20 años cuando llegaron a la aldea y me violaron dos veces, los nombres de las personas que me violaron fueron Simeón Enríquez, Pedro, Francisco y Gabriel Cuxum”.

“Lo más espantoso fueron los gritos de los niños que tenían en el destacamento”.

“Los patrulleros se llevaron a mi esposo, eran bastantes. Dijeron que mi esposo se iba a morir”.

– Por qué si nosotros no debíamos nada, les decía yo.
– Está su nombre aquí, es el día y la hora, si lo defendés también te vas vos. Decían los patrulleros”.

“Vendí las cosas, mi piedra de moler para darle de comer a mis hijos”.

La Justicia ha llegado para las víctimas de uno de los tantos hechos que marcaron la época del Conflicto Armado Interno. Foto La Hora/José Orozco

“Feliciana de Paz, sobre los hechos cometidos contra su hermana Margarita de Paz, madre de Pedrina de Paz en 1982. Feliciana se dedicaba a las hortalizas. A su hermana Margarita se la llevaron junto a su esposo y quedó un bebé, entraron a la casa y violaron a la muchacha”.

“La foto de mi hermano, la foto de cuando era niña, quebraron todos los cuadros, yo tenía mis animales y mi panela”.

“Justicia para las mujeres Achí”.

“…Apenas aguanté a caminar, me hicieron mucho daño… me empezó la hemorragia que corría como si fuera río, porque por todas las violaciones que sufrí por toda esa gente de Xococ”.

“No fue Dios quien lo hizo, fue la gente. Ahorita ellos viven juntos, con su mujer, con su milpa y no han vivido todo lo que a mí me ha tocado, ahorita que está lloviendo mucho, la casa donde vivo se le cayó la madera”.

“Los hombres que me violaron eran ayudantes de las personas de la comunidad. Como me encontraron sola yo ya no pude hacer nada. Estas personas de particular viven en Xococ”.

Son historias escritas con yeso que narran una parte de aquellos hechos que se convirtieron en tragedia para miles de guatemaltecos.

Las lagrimas evidenciaron parte del ambiente que se percibió en Torre de Tribunales. Foto La Hora/José Orozco
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