Por Grecia Ortíz
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Según un artículo publicado por la Universidad de San Carlos de Guatemala, una Comisión de esa casa de estudios desarrolla una prueba sanguínea para la detección de anticuerpos al coronavirus COVID-19. La Comisión es integrada por profesionales de la USAC.
La primera fase, según explicaron, permitirá validar una innovadora prueba llamada Enzyme-Linked Immunosorbent Assay (ELISA), que cuantifica y detecta anticuerpos en la sangre.
“Esta casa de estudios se propuso desarrollar la innovadora prueba “USAC-CENTIVAX” para detectar y cuantificar anticuerpos IgG para SARS-CoV-2; uno de los pocos grupos de desarrollo científico en el mundo”, afirmaron.
El proyecto, mencionan, ha sido apoyado unánimemente por el Consejo Superior Universitario (CSU), al mismo tiempo aseguraron que la prueba de ELISA, para anticuerpos, será una importante herramienta en el campo de la epidemiología clínica e investigación biomédica para Guatemala.
“También beneficiará al mundo con respecto a la selección adecuada de donadores de plasma convalecientes”, asegura el artículo de esa casa de estudios.
En la nota destacan la participación del catedrático titular de la Facultad de Ciencias y doctor Erwin Calgua Guerra, investigador a cargo del diseño metodológico general y aspectos éticos del proyecto, que por su nivel de complejidad requiere la incorporación de conocimientos de múltiples disciplinas y colaboraciones para alcanzar la transferencia de tecnología y desarrollo biotecnológico.
Calgua también trabaja con investigadores de “talla mundial” que participan en este proyecto, como lo son Jacob Glanville, Ph.D.; y Sarah Ives, M. Sc., de Distributed Bio, quienes han sido reconocidos por la serie “Pandemia”, de Netflix.
A la vez, el rector de la USAC, Murphy Paiz, coordina y preside el proyecto en el cual colaboran profesionales médicos, químicas biólogas, epidemiólogos clínicos, médicos veterinarios, biotecnólogos y especialistas en ingeniería e inmunología computacional; además, tienen el acompañamiento de un equipo de abogados, añade el artículo.
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INVESTIGADOR DE LA USAC HABLA DEL PROYECTO
Calgua Guerra, dijo en una entrevista para el periódico de la USAC, que debido a que el virus es nuevo, no existen métodos de diagnóstico seguros y sencillos.
“El primer problema es que, al inicio de la pandemia, el Gobierno ni siquiera tenía acceso a las pruebas diagnósticas, aunque tenían el dinero. Por eso decidimos apuntar hacia una prueba diagnóstica, pero aquí viene otra complejidad: ¿de dónde la USAC puede hacer una prueba diagnóstica?”, aseguró.
El especialista, aseguró que desde el primer momento sabían que la prueba estándar iba a ser por rt-PCR, así que, con ese contexto, el equipo decidió centrarse en una prueba de diagnóstico para tamizaje que fuese más segura, pues utilizaría sangre venosa para la detección del nuevo coronavirus.
“De esta forma, el elevado riesgo de contaminación disminuye y evitaremos que los doctores se infecten, tal como sucedió en Wuhan, China, de acuerdo con lo que nos explicaron al establecer comunicación con ellos”, apuntó Calgua.
El investigador de la USAC también mencionó que los científicos Sarah Ives y Jacob Glanville, aceptaron colaborar en el proyecto, al tiempo que destacó como Ives al ser ingeniera inmunóloga, ha sido la investigadora líder en desarrollar metodológicamente la prueba diagnóstica para tamizaje de la COVID-19.
“La prueba ELISA será una importante herramienta en el campo de la epidemiología clínica e investigación biomédica. Sabemos que beneficiará al mundo en cuanto a la selección de donadores de plasma convalecientes. Es precisamente en este último punto donde Jacob Glanville ha centrado la primera aplicación de esta prueba, lo que sería a través de un estudio clínico que, al cuantificar IgG para SARS-CoV-2, nos permita identificar los mejores donadores para tener una verdadera calidad de plasma del paciente convaleciente, con la finalidad de tratar a quienes tienen la COVID-19”, afirmó Calgua.