Aglomeración de personas en el mercado La Terminal zona 4, el pasado Miércoles Santo. Foto La Hora/José Orozco

Por Redacción La Hora
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El profesor de Pediatría y Epidemiologia de la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado, Edwin J. Asturias, MD, explicó a La Hora que el país se encuentra actualmente en una fase de mitigación del coronavirus COVID-19, en la que solo se puede manejar sus consecuencias y prevenir la mayor cantidad de enfermedad y muertes, al tiempo que añadió que se anticipa, con el escenario actual, que lo peor de esta primera ola del nuevo virus, será para finales de mayo y junio.

El Gobierno ha anunciado en los últimos días cifras de personas infectadas de 40 casos diarios, bajo esa perspectiva ¿nos estamos acercando al punto más álgido?

Sin duda estamos ya en la fase de aceleración de la epidemia de COVID-19. Los casos se están duplicando cada 5-7 días y la epidemia ya demuestra una transmisión comunitaria constante. En los países en los cuales la epidemia comenzó a tener este comportamiento, el pico se dio 6-8 semanas después. Así que anticipamos que lo peor será para finales de mayo y junio en esta primera ola.

¿Qué medidas se necesitan entonces si nos acercamos a ese punto más álgido?

Esta es una fase de mitigación, lo que significa que ya no podemos contener el virus, solo manejar sus consecuencias y prevenir la mayor cantidad de enfermedad y muertes. Lo más importante en este momento es equipar al personal médico y de enfermería de los hospitales con equipo de protección personal, suficientes ventiladores y sistemas de oxígeno. Cada hospital necesita poder hacer pruebas a cada paciente que ingresa, con o sin síntomas, y deben poder hacerse pruebas si algún médico o enfermera o personal tiene síntomas de COVID-19. No podemos perder a nuestro personal más preciado en el frente de esta batalla.

En la segunda: Un grupo de personas hacen fila para ingresar a una agencia bancaria de la zona 1. Foto La Hora/José Orozco

El Gobierno también ha anunciado que se han hecho más pruebas, pero ¿cuantas más se necesitan? ¿Por qué es tan importante el testeo?

El Gobierno ha hecho un esfuerzo importante con la ayuda del sector privado, el IGSS y las universidades por aumentar el número de pruebas de 30-40 por día a 500-600 por día. Pero aun necesitamos 10 veces más. Esto se debe a que cada hospital debe poder hacer pruebas a sus pacientes, y son por lo menos 90 hospitales públicos y 130 privados. Además el Ministerio y el IGSS necesitan hacer pruebas a los brotes y contactos de casos que van apareciendo. La limitante es que no hay suficientes pruebas en el mercado internacional, y son costosas, y por ello deben usarse en donde mejor tengan impacto. Por lo menos necesitamos 5 mil pruebas diarias para mitigar la primera ola y poder regresar a reabrir la economía.

¿Habría cambiado en algo el escenario si desde el principio se hubieran hecho más pruebas?

Lo dudo mucho, no hay país que haya podido contener este virus. Lo que ha ayudado mucho a Guatemala es que cerramos temprano, y eso nos ganó tiempo para prepararnos. El problema es que la preparación ha sido un poco desordenada, y aun no tenemos la capacidad de pruebas, y faltan guías y equipo en todos los hospitales. Los hospitales temporales de COVID-19 ya están llenándose, y servirán para mitigar el rebalse del sistema.

¿Cuál ha sido la evolución desde el caso 100?

Tenemos desde entonces una aceleración empinada. Vamos hacia el pico, y creo que lo único que nos permitirá manejar esa curva es continuar con las medidas de distanciamiento social estricto y prevenir que las personas mayores de 60 años o con enfermedades crónicas salgan de su casa. Esta será la diferencia entre más muertes y hospitalizaciones o menos.

¿Cómo ha avanzado la evolución de transmisión comunitaria del virus?

La vemos cada vez más diseminada, hay más casos en niños que regularmente se contagian de algún caso en la familia, y hay más casos en todos los departamentos.

¿Qué es lo mejor que se puede hacer para aplanar la curva?

Distanciamiento social, pero en Guatemala, por lo menos en los centros urbanos donde las personas usan internet en su celular, Google ha podido comprobar que hemos reducido nuestra movilidad a restaurantes y comercios en un 60% y a supermercados un 35%. El mejor efecto sobre la curva se obtiene cuando ese Distanciamiento y Aislamiento social es mayor de 80%. Por debajo del 40% es como que no se hiciera casi nada.

¿Comparado con otros países de Centro América que perspectiva observa de Guatemala?

Los países que más casos reportan en este momento son Panamá, Costa Rica y Honduras. Los dos primeros fueron de los primeros países en detectar casos por ser centros de tránsito internacional, y Honduras tuvo una cuarentena tardía. Pero en este momento Guatemala y El Salvador tienen las curvas más aceleradas.

¿Por qué es importante tener estadísticas sobre el lugar de origen de los casos confirmados?

Las estadísticas por departamento e inclusive por municipio nos sirven mucho para saber cómo se está mitigando la epidemia en cada localidad. Esto no viola el principio de protección a la identidad de personas y el nivel de municipio es suficientemente grande para no estigmatizar a una aldea o pueblo. En las próximas semanas, casi todo el país estará contagiado y ya no habrá porque no dar esta información valiosa. Si sabemos que un municipio está teniendo muchos casos y muertes, nos ayudara a saber cómo apoyamos a ese hospital y sus centros de atención.

Las personas hablan de que esperan volver a la normalidad, pero que ocurrirá ¿volveremos a la normalidad mientras no haya una vacuna para el nuevo virus?

En algún momento podremos intentar relajar las medidas, pero eso no puede pasar hasta que tengamos control de la epidemia y la curva tenga un descenso sostenido por 2 semanas. Además tendremos que tener pruebas suficientes para que si usted trabaja en una empresa, y alguien aparece enfermo, podamos contener el brote. De otra manera, las empresas tendrán que ser cerradas con cuarentenas totales. Esto ha pasado en otros países, aun con fábricas de productos esenciales.

Finalmente hemos visto como países desarrollados se han enfrentado al virus y se han visto rebasados, entonces ¿qué se puede esperar en países con altos índices de pobreza y condiciones complejas por ejemplo como el nuestro?

Como nadie es inmune a este virus, sabemos que sin ninguna mitigación, el 60-80% de personas se infectarán. Somos 17.5 millones de guatemaltecos. Si no aplanamos la curva para el final de esta primera ola que puede durar 3 a 6 meses, se estima que tendríamos 300 mil hospitalizaciones y 50 mil personas en intensivo. Ningún sistema en Guatemala puede con estas cifras, y el sufrimiento humano y familiar será enorme, no digamos la perdida de personas valiosas a la economía.

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