Foto ilustrativa: Una persona observa en una ventana durante uno de los toques de queda que implemento en su momento el Gobierno guatemalteco. AP/Moises Castillo

POR REDACCIÓN LA HORA
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Frente a la situación que atraviesa el país a causa de la detección de casos coronavirus COVID-19, el doctor Sergio Acajabon, quien se encuentra finalizando una especialización en salud pública, planteó una propuesta.

Acajabon se comunicó con La Hora y expresó que es un médico guatemalteco cursando actualmente una maestría en Salud Publica en Baylor University.

El doctor plantea una serie de propuestas ante la crisis provocada por el Coronavirus COVID-19. Foto: La Hora/José Orozco

A continuación, reproducimos la segunda parte de su propuesta:

He recibido diferentes comentarios acerca de la primera parte de mi propuesta, la mayoría a favor y una que otra, tal vez no en contra, pero si con la incertidumbre de lo que un encierro completo significa para la economía. No tanto de la macroeconomía, que es un tanto compleja, más bien preocupados por la economía familiar y el abastecimiento de productos básicos de consumo. Entiendo estas inquietudes, por lo tanto, quiero antes de empezar con los pasos complementarios de mi propuesta, aclarar que el concepto que manejo, es por supuesto desde el punto de vista sanitario. La Organización Mundial de Salud define que “salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solo la ausencia de enfermedad”. En base a eso, las corrientes en Salud Publica toman en cuenta no solo los servicios clásicos como hospitales, centros y puestos de salud, sino también el comportamiento de las personas y el entorno socioeconómico como parte de un llamado modelo Ecológico que evalúa la relación de las personas entre sí y su entorno. Por lo tanto, como mencione en la primera parte de la propuesta, me preocupa también que la cura pueda ser peor que la enfermedad, sin restarle importancia a la enfermedad por supuesto, pero esto es para dar énfasis que en la etapa del encierro completo, mencione que no puede ser prolongado ya que se vendrían otro tipo de complicaciones (violencia, delincuencia, alcoholismo y suicidios), debido a las falencias económicas y que este tiempo de encierro no solo serviría para disminuir los riesgos de propagación del virus, sino también para prepararnos para una salida del encierro inteligentemente ordenada y así podernos integrar de nuevo a cierto ritmo de vida, que si bien ya no será el mismo, permita a las familias poder hacerse de ingresos y poder adquirir lo necesario. Por consiguiente, si las personas son productivas para sí mismas sin poner en riesgo su salud, también lo serán para las empresas para las que trabajan, pero también se requiere de inteligencia y creatividad de estas empresas para ponerse a funcionar en condiciones y/o productos diferentes. En este sentido, hasta el comercio informal debe ser creativo para poder continuar ofreciendo servicios o productos de forma segura. Las personas, empresas y países que salgan mejor paradas de esta situación, serán las que llevaran la ventaja en el periodo posterior a la crisis.

Habiendo aclarado lo anterior, continuo con la fase de recomendaciones:

1. Se debe crear una comisión de salud específica para el manejo de la situación COVID-19. Pero que trabaje coordinada con el Ministerio de Salud Pública y el Seguro Social (IGSS).

A. Para que la administración del sistema regular de salud no deje de ser administrado ni atendido.

B. Para que la situación COVID-19 tenga un ente enfocado exclusivamente en su manejo.

C. Para que los servicios de salud no dejen de atender las necesidades preexistentes, que de por sí ya se atendían con dificultad. Hay situaciones de salud que no paran de ser motivo de consulta y necesidad, tengamos o no coronavirus (las consultas por situaciones de trauma, accidentes o violencia tal vez disminuyan, pero apendicitis, colecistitis aguda, complicaciones de diabetes, hipertensión e infartos, no dejaran de existir).

D. Que, así como se mencionó la realización de actividades por zonas, también se adapten servicios de salud en cada zona, mientras más reducida el área de vigilancia, mejor será el control. Comunidades pequeñas en Italia, manejaron mejor y más fácilmente la situación (Vo’, en el norte de Italia, con 3,000 habitantes fue un ejemplo).

E. Identificar instalaciones ya construidas (edificios u hospitales*), que puedan adecuarse para servir como área de consulta exclusivamente para pacientes con problemas de vías respiratorias. Que pueda instalarse área de encamamiento y unidad de cuidados intensivos. El objetivo de estos servicios es separar los potenciales casos de COVID-19 (consultantes por problemas virales) del resto de consultas y que la evaluación sea inmediata y en la misma área de residencia de las personas. Que cuenten con equipo, materiales y personal** especializado en el manejo de Cuidados intensivos y aislamiento. Cuidados tanto para ingresar al edificio, como para salir del mismo, sin arriesgar a sus familias. Desde todo punto de vista es mejor descentralizar los servicios que tener un solo centro de referencia.

Diagnosticar de forma rápida (utilizar todos los métodos posibles, desde pruebas en laboratorio, como pruebas rápidas), el hacer diagnóstico temprano no es meramente estadístico, es para tomar medidas inmediatas (como se mencionó anteriormente, aunque algunos tratamientos están en estudio, han mostrado resultados). Si queremos ser pioneros, aquí es un buen momento. Se ha mencionado que el progreso de la enfermedad en Nueva York se debió a atraso en toma de medidas, tanto de diagnóstico como de manejo (uso de terapéuticas) debido a la burocracia existente. Para aprobar el uso de algunas pruebas y medicamentos, aun sabiendo que eran adecuadas, los procesos administrativos (CDC, FDA y otras comisiones) retardaron su empleo. Nosotros tenemos la ventaja de saber que ya están aprobados, usémoslos. Si podemos saber quién es portador del virus, aunque este sea asintomático, podemos tratar de acortar el periodo de enfermedad y por ende el ser contagioso, aun cuando el cuadro sea leve, podremos disminuir el número de personas a las que pueda contagiar, especialmente personas de riesgo. Si desde el inicio del contacto tratamos a pacientes de riesgo, probablemente evitemos que se compliquen.

2. Promoción masiva y educación en métodos de autoaislamiento preventivo en el mismo hogar para personas susceptibles (este punto es desarrollado posteriormente).

3. Guatemala Urbana es diferente a Guatemala Rural y la interrelación entre ambas es desordenada. Aquí el papel de alcaldes, gobernadores y Jefes de Área de Salud debe tener como objetivo apoyar a la comisión de Salud COVID-19 que se asigne a cada departamento. Especialmente en Municipios y comunidades fronterizas, ya que el contagio puede darse desde la Ciudad Capital hacia los departamentos, pero puede darse desde los Departamentos fronterizos hacia el centro del país, especialmente por la falta de control en puntos ciegos. Recordemos que El Salvador, Honduras, México y Belice tienen casos reportados.

4. Todas las instancias estatales deben facilitar el trabajo de la comisión COVID-19 agilizando los procesos administrativos.

*Se requiere colaboración y solidaridad del sector privado, personas o asociaciones, propietarios de edificios y/o hospitales. Para que faciliten la renta al estado de instalaciones que se utilizaran durante el tiempo de necesidad en cada zona.

**El personal sanitario a contratar debe ser independiente del personal laborando en el sistema de Salud Pública actual. El Seguro Social debe participar en el equipamiento de instalaciones, así como en el pago de salarios del personal, ya que sus afiliados también son usuarios de estos servicios.

Dr. Sergio Acajabon.

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